"No puede ser, no puede ser, no..."
Me repetía eso una y otra vez porque seguía sin creerlo ¿por qué lo hizo? ¿Por qué él? ¿Por qué a mí hermano, porque le asesinó? Me dolían tantas cosas, pero me dolía mucho más que una persona a la que amaba se descubriera ante mis ojos como el asesino de nuestra familia, me había arrebatado las cosas que más quería, entre ellas... mi admiración por él.
Mi mente mezclaba la rabia y el dolor, porque quería ver como se podría en una cárcel, pero por otra parte... la parte del niño que creció escuchando sus historias no podía pensar en que todo esto fuese cierto, porque fue mi padre quien mato a mi hermano y a mi propia madre, fue él quien mandó a asesinar a aquellas personas a las que más decía querer en esta vida, vanagloriandose de que sería capaz de morir por ellos y él mismo les arranco sus últimos suspiros.
Salí del hospital por la puerta trasera porque no podía mirarle a los ojos y hacer como que no sabía nada, no podía reprimir el impulso de preguntarle a gritos porqué lo hizo, que ganó con hacerles ese daño, a ellos, a mí...Sentía que el aire se me atragantaba, me costaba respirar y dejar de pensar en todo... en todo este estúpido mundo en el que nadie es quien crees, porque para mí mi padre era justo lo que quería ser de mayor, eso pensaba de niño, que quería ser como él y construir una familia así con ese empeño que él había puesto en construir la nuestra, que ironía...
Seguí caminando, supuestamente sin rumbo, porque cuando levanté la vista vi que mis pies me habían llevado justo a aquella librería en la que la voz de Zoe lo llenaba todo leyendo historias para mí, solo para mí. Era ya de noche, no sabía cuánto tiempo había pasado andando pensando demasiado en todo aquel asunto, pero ella seguía ahí, la pude ver recostada a uno de los estantes mediante el cristal que no quedó tapado con la cortina, y quise preguntarle:
"¿Tanto te duele el alma para que te encierres en tus libros?"
Nathan una vez me contó que cuando a Zoe le dolía el alma y se rompía en mil pedazos trataba de unirlos y recomponerse mediante las mil páginas de un libro, pero que no podía sola, nunca se sintió capaz de caminar sin nadie, y la vi ahí, frágil en aquel instante y sentí que me necesitaba, o tal vez porque yo la necesitaba a ella, y estaba mal, estaba mal porque Nathan me pidió que la cuidase, no que me enamorara de la chica que el había amado con locura, porque pronto ella descubriría quien soy yo en realidad, y quien es ese asesino que le arrebató al chico que cantaba cada canción de amor pensando en ella, pero aún así, empujé la puerta y entré, y nuestros ojos se encontraron, y ya no hubo vuelta atrás.
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Las heridas de Zoe
RomanceElla era una chica llena de heridas, llena de sonrisas rotas corriendo tras sus deseos para encontrar las ganas de vivir. Él era el antídoto, la cura para los rasguños que se habían marcado en la piel de Zoe.