Vuelta al pasado.

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Todo eran risas hasta que entendimos

que el tartamudo quería jamón.

ADVERTENCIA: Se trataran temas sensibles como depresión, autolesiones y mención acerca de sangre

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ADVERTENCIA: Se trataran temas sensibles como depresión, autolesiones y mención acerca de sangre. Nada es real y sobre todo, no recrear en casa.

Sharpener - Cavetown

Hay veces en las que el corazón le gana a la mente, por muy jodido que sea el asunto. ¿Cómo lo hace? Muy sencillo: odiaba sentir tanto. La intensidad de sus emociones lo abrumaba, lo envolvía en una niebla espesa que oscurecía su juicio y lo dejaba indefenso ante el peso de su propia tristeza. Sentir tanto lo hacía vulnerable, lo exponía a un dolor tan profundo que parecía no tener fin.

Lo hacía odiar cada cosa que era, por más pequeña que pareciera a la vista ajena.

Lo hacía sentir diminuto, lo hacía sentir débil.

Es por eso que Aiden estaba con una opresión gigante en su pecho, las ganas de seguir viviendo se escapaban entre sus dedos sin darle tiempo a detenerlas y pedirles que se quedaran más tiempo. Que aún era lo suficientemente joven como para morir por nada.

Simplemente quería tomar un descanso, un descanso donde no piense nada y de preferencia que no respire. El cuerpo vuelve a doler y solo apunta a lo cansado que está -tanto física como mentalmente-, siente que no puede más.

Aiden se encuentra en su habitación, rodeado por el murmullo constante de la lluvia que golpea suavemente contra la ventana. El día sigue siendo oscuro y melancólico, reflejando el estado actual de su alma; y esa atmósfera lúgubre parece filtrarse en su alma. La mudanza lo ha dejado rodeado de cajas llenas de recuerdos, y abrirlas es como desenterrar fragmentos de su pasado que preferiría olvidar.

Con cada caja que abre, los objetos que yacen en ese lugar lo arrastran a un torbellino de nostalgia y dolor. Su corazón aprieta, haciéndole sacar suspiros de tristeza y dolor en una mezcla completamente rara para su gusto; saca una fotografía enmarcada de su familia, capturada durante unas vacaciones en la playa. Una sonrisa triste se dibuja en su rostro antes de desvanecerse en una mueca de añoranza; aquellos días de su infancia, cuando todo le parecía tan simple y claro, ahora se le hacen tan jodidamente lejanos.

En esa casa de recuerdos, dónde era ajeno a todo y lo que más le preocupaba era que el mar no deshiciera su figurilla entre la arena. Donde no sabía completamente acerca de quién era su familia. Dónde se suponía que era feliz en verdad.

Las risas lejanas de niños en algún parque perteneciente a sus recuerdos, las tardes perezosas leyendo cómics, las cenas familiares, su gata Kira... todo eso se ha convertido en un eco lejano, un sueño desvanecido.

Le dolía, le dolía vivir encerrado en el pasado.

Las sombras de su pasado lo persiguen mientras continúa desempacando. Encuentra una caja con viejos cuadernos de la escuela dónde iba, y una ola de tristeza lo inunda al recordar los momentos de soledad y rechazó, las veces que se sintió incomprendido y marginado por los demás.

Melodias del corazón ✶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora