¿Sabías que? Las flores pueden crecer más
rápido si hay música a su alrededor.Paradise - BTS
El día había comenzado como cualquier otro, pero para Aiden, había una emoción palpable en el aire, un cosquilleo constante en su estómago que lo mantenía en un estado de ligera euforia. El sol apenas se asomaba por el horizonte, pintando el cielo con tonos suaves de naranja y rosa, mientras él se terminaba de ponerse su chaqueta favorita. Sabía que no era un día extraordinario, al menos no en el calendario, pero en su interior, todo indicaba lo contrario.
Hoy es el día, se repetía mentalmente mientras se miraba en el espejo por última vez. Su reflejo le devolvía la mirada con un aire de anticipación. Liam. El nombre resonaba en su mente como un eco que no podía silenciar, y aunque trataba de mantener la calma, sentía que su corazón latía con más fuerza cada vez que pensaba en verlo; no podía negar que esas mariposas que revoloteaban en su estómago tenían todo que ver con Liam.
Caminó por las calles aún tranquilas de la ciudad, disfrutando del aire fresco de la mañana. El aroma a café recién hecho se escapaba por las puertas entreabiertas de las cafeterías que comenzaban a abrir, y el sonido de la ciudad despertando le daba una sensación de pertenencia que le reconfortaba. Sus pasos lo guiaron automáticamente hacia el pequeño parque que siempre atravesaba de camino a la cafetería donde Liam trabajaba. Era un ritual, una costumbre que había adoptado sin siquiera darse cuenta, y que ahora parecía tener un nuevo significado.
Mientras cruzaba el parque, se encontró con Jhon. Jhon era el tipo de persona que siempre parecía estar de buen humor, con una sonrisa fácil a pesar de su expresión casi amargada, algo contradictorio siendo sinceros, y una actitud despreocupada que hacía que todos se sintieran cómodos a su alrededor. Al verlo, Aiden no pudo evitar sonreír; sin embargo, aquella sonrisa no pasó desapercibida.
—¿Qué te trae tan feliz esta mañana, Aiden? —preguntó Jhon con una ceja levantada, su tono de voz cargado de curiosidad—. No es muy común verte así de animado tan temprano.
Aiden se detuvo, tratando de mantener la compostura. No quería parecer demasiado entusiasta, pero era difícil ocultar lo que sentía.
—Nada en especial —respondió, intentando sonar casual—. Solo estoy de buen humor, eso es todo.
Pero Jhon no se dejó engañar tan fácilmente. Lo miró detenidamente, como si estuviera buscando algo más en su expresión, y luego sonrió de manera traviesa.
—¿De buen humor, eh? —dijo, inclinando la cabeza ligeramente—. ¿O es que alguien te tiene así de contento?
Aiden sintió que un calor subía por su cuello hasta sus mejillas. No quería que Jhon supiera lo que estaba pasando por su mente, al menos no todavía. Era demasiado pronto para hablar de eso con alguien, incluso con Jhon, que era uno de sus amigos más cercanos.
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Melodias del corazón ✶
Teen FictionEn una época distante, una ballena solitaria emitía su canto a una frecuencia de 52 Hz, un lamento melancólico que resonaba en los océanos. Los científicos especulaban que esta singular melodía era un anhelo de amor no correspondido, perdido en el v...