¿Sabes lo que le pasa
a los mentirosos?Mi móvil vibra con insistencia una vez más después de que ya sea la tercera vez que apago la alarma. La primera no ha tardado en aparecer y con ella el insoportable sol que ilumina cada pequeño espacio de la habitación. Levanto la cabeza aún dándome vueltas de la fiesta de ayer viendo el pelo rojizo de una chica acostada boca abajo. ¿En qué momento ha pasado esto?
Tiene el sujetador a medio quitar y la falda levantada deja ver sus bragas negras de encaje bien colocadas. Menos mal. Escucho las pisadas de algún idiota bajando las escaleras como si fuera un maldito elefante en estampida y me muerdo la lengua para no tener una pelea recién levantado.
Abro la puerta dando directamente con Nick. Lleva la camiseta del equipo colgado de su hombro desnudo y el pelo empapado.
—¿Qué quieres desayunar, guapetón? ¿Tu querida damisela nos acompañará en esta magnífica mañana? —todo esto es él, que se levanta bien enérgico, yo sigo disociando un poco todo lo que está pasando.
—¿Te has comido un príncipe azul?
—Yo soy el príncipe azul. Soy limpio, guapo, sé cocinar, amante de los romances que jamás pasarán y un incomprendido para esta época.
Le miro con la cara más seria que soy capaz de expresar en una mañana así mientras me sonríe ampliamente.
—El chico ideal —mi sarcasmo hace que pierda su característica sonrisa mañanera.
Afina los ojos en una línea.
—¿Quieres desayunar o no?
—Sí —alza las cejas esperando—, ¿por favor?
—No es tan difícil —se queja bajando las escaleras poniéndose la camiseta—. Para que veas lo mucho que te tengo aprecio te haré mi receta especial de tortitas.
—¿Cuántas recetas especiales tienes para las tortitas?
Cada fin de semana hace unas tortitas y cada fin de semana les hecha algo diferente para acabar diciendo que es una "nueva" receta especial. Al bajar y sentarnos en la cocina solo hay que esperar que haga su magia.
—¡Buenos días, chiquitos! —la voz particular que me ha atormentado la última semana con otra cita inesperada se aproxima por la puerta principal.
Cruza la pared que nos separa y me quedo observando el aspecto resplandeciente de Grace mientras mi cara está echa un asco y Nick está manchando la cocina de harina y huevo. El ingrediente sorpresa de hoy es la canela.
—¿Por qué tienes llaves? —la pregunto sin esperar realmente que conteste.
—Para emergencias.
—¿Y hay alguna emergencia?
—¿Qué le has hecho ya? Nunca está tan borde por las mañanas —pongos los ojos en blanco cuando se sienta a mi lado y Nick se encoge de hombros—. Ayer estabas muy animado.
Su empujoncito de hombro me saca otro bufido y es cuando escucho una vocecita a mis espaldas de alguien que no reconozco. La chica. La que estaba en mi cama ahora está ahí, quieta, mirándome con los ojos bien abiertos y... ¿nerviosa? Con pocas palabras se despide y cierra con un portazo que me saca una palabrota entre dientes. Es oficial, ayer me emborrache de lo lindo y ahora estoy pagando las consecuencias.
—Pues sí que estabas animado —Grace bebe de mi café y dejo caer mi cabeza en una de mis manos— ¿Quién era?
—Ni idea —confieso llevando miraditas de mis dos amiguitos— ¿Qué?
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Precavidos sentimentales {Parte 1 ✔️ y 2}
Teen FictionPara Lena la vida universitaria tiene un proceso que tiene que cumplir si quiere estar a la altura del sueño adolescente. Aunque su lista de pasos es ligeramente diferente: 1. No pasar tiempo con su hermano 2. No enamorarse (ya conoceréis los detal...