El primer partido
—¿Hunter Miller? ¿Dónde se supone que está?
Alzo la cabeza del ordenador y veo a mi profesor, el señor Henderson, la sala está vacía y es cuestión de tiempo que se cierre, es la última clase y no sé en qué momento me he quedado... solo.
Sus ojos no me despiertan confianza a través de las gafas que lleva. La verdad es que nunca he sido de buscar relación con los profesores. Simplemente son eso, profesores, me enseñan lo que me tengo que aprender y yo memorizo.
Apenas sé si realmente lo que estoy estudiando es lo que quiero hacer en un futuro, si es lo que estoy destinado a hacer el resto de mi vida. Solo de pensarlo me da vértigo. ¿Y si estoy echando el tiempo a perder? Pero luego pienso en el baloncesto, en todo lo que puede cambiar mi vida si llego a conseguir un puesto en ese mundo y la adrenalina me llega como un torrente de energía.
—Disculpe —meto el ordenador aplastando algunos papeles en la mochila y salgo por delante de él, aunque me agarra del hombro cuando estoy a punto de salir del aula—. Estaba pensando en... cosas mías.
—¿Cosas suyas? —inquiere con la ceja alzada.
La mirada desconfianza desaparece y de repente solo veo a un señor con gafas y camisa de cuadros que me mira, preocupado. No sé de dónde sale la pregunta, tampoco sé si lo estoy haciendo por buscar realmente una respuesta o es que necesito que alguien adulto me refleje algo de positivad.
—Señor, ¿usted alguna vez pensó en que haría si lo que está haciendo no sale bien? ¿Alguna vez quiso hacer algo pero tuvo miedo de que saliera mal?
Sus manos caen a los laterales de su cuerpo y ya no me da la sensación de que sea mi profesor, más bien lo siento como algo que nunca tuve. Su mirada, de ojos claros, me transmite calma. ¿Cómo se puede cambiar tan radicalmente con la mirada?
—Señor Miller, ¿le importaría hablar en algún momento conmigo? Como si fuera una tutoría.
Deje de tener tutores hace mucho tiempo. Si es verdad que el señor Henderson ha sido lo más parecido a un tutor, pero no sé que tendrá que hablar conmigo como para solicitarla. Al fin y al cabo es una pregunta sencilla, tampoco pido que me desvele un mundo nuevo es solo si... soy solo yo un caso perdido.
Sé que hay personas que les pasa lo mismo pero esas mismas personas tienes un plan B, C y así hasta el final porque aunque no encajen donde quieren siempre tienen un segundo plan. ¿Pero yo? Yo estoy muy seguro de qué no sé qué quiero. Ni siquiera sé si soy suficiente para entrar en un equipo de baloncesto profesional.
Asiento y me cita ese mismo día más tarde. Pensaba en ir a entrenar, echar el día en el gimnasio y más tarde ver las películas de Star Wars hasta aprenderme de memoria aquella parte que aún no me sé.
Dejo que la rutina se desvanezca mientras espero en los bancos donde el señor Henderson me ha citado. Las dedos me bailan buscando algo donde entretenerse mientras espero. Alzo la vista y miro el lugar donde he residido y estudiado estos años.
Es igual a cuando llegué. No ha cambiado. Siguen los árboles, la brisa que empieza a ser más fresca cada vez... ¿qué me pasa? Sacudo la cabeza y mi cabeza se voltea a la derecha, donde el señor Henderson acaba de sentarse. Su aspecto es cansado, lleva su típico maletín marrón y sus gafas están ligeramente empañadas.
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Precavidos sentimentales {Parte 1 ✔️ y 2}
Teen FictionPara Lena la vida universitaria tiene un proceso que tiene que cumplir si quiere estar a la altura del sueño adolescente. Aunque su lista de pasos es ligeramente diferente: 1. No pasar tiempo con su hermano 2. No enamorarse (ya conoceréis los detal...