Precavidos sentimentales {Parte 1 ✔️ y 2}

15

Si sigo con ella en la
cabeza voy a perderla
(La cabeza)

—¿Tenías que venir en mi coche?

La pregunta hace que Jonah suelte una risa dejando el móvil a un lado.

—Era necesario.

—¿Para tocarme las narices?

—Sí.

Deja retumbar otra risa de las suyas y suelto un pequeño bufido justo antes de aparcar frente a la bolera. Mi móvil comienza a vibrar y lo veo de reojo, si es un mensaje de Willow o Grace sobre el tema con el que Jonah intenta joderme será un circo. Gracias a mi buena o mala suerte, como quieras verlo, es el entrenador.

—Eso te pasa por no pasar el balón —dice mi compañero al bajar del coche y dejarme solo con el móvil aún vibrando.

Antes de que mi mente comienza a maquinar conversación ridículas respondo.

—Hola, entrena...

—¡Miller! —separo el dispositivo de mi oreja. Este señor nunca deja de chillar— ¿¡Dónde te has metido!?

—Estaba con los chicos, ya sabe, celebrando. —mentira, todo mentira. Si he hecho algo durante estas horas antes de venir ha sido intentar escabullirme del plan, algo imposible gracias a Jonah—. ¿Quería decirme algo?

—Sí, para eso te llamo. No lo hago por gusto —elevo la mirada a mis compañeros, están entrando a la bolera sin dejar de mirarme y reírse, lo que provoca una media sonrisa por sus comentarios estúpidos—. Sebastian me dijo hace un par de días que la nueva entrenadora de los pequeños, la hermana de Ridley —sí, entrenador, sé quién es—, necesita ayuda con los entrenamientos. Cómo te quitó el puesto he pensado en decírtelo a ti.

Me da que es tan terca como su hermano y seguro que me mintió desde el primer momento que me dijo que sabía jugar y que todo lo iba perfecto. Eso o que me quería alejar lo más posible y si eso fuera así lo mejor que podría hacer es negarme a esta propuesta. Que pena que vaya a aceptar y sea su pesado particular.

—De todas maneras habla con ella primero, hoy mismo tiene entrenamiento así que pásate y se lo comentas.

—Tranquilo entrenador, seguro que nos va de maravilla juntos.

Él no lo ve, pero tengo una sonrisa triunfante.

El entrenador se ha alegrado en cuanto he aceptado y no es para menos, yo también lo estoy. Si esta chica me quiere lejos porque no quiere a nadie del círculo de su hermano cerca le voy a demostrar que el equipo de los Steel Demons somos la mejor compañía del campus.

Ya lo tengo más que asumido, no voy a ser más que el pesado que es amigo de su hermano y ahora compañero de trabajo, pero puede que eso esté bien. Ya sabes, relación de amistad... eso seguro que puedo conseguirlo.

(Porque como quiera invitarla a mi cama seguro que me llevo un puñetazo con la otra mano)

En la bolera no ha cambiado su actitud hacia a mi. No me ha mirado desde que ha entrado y cada vez que algo dentro de mí quiere mirar a su pantalla donde está escrito su nombre me obligo a mirar a otro lado, cualquier distracción es válida, incluida la mirada de Kate hacia la otra pista. Lleva dos rondas intentando poner celoso a Milo intentado coquetear conmigo, Aaron o cualquiera que pille.

La mira de Kate es seria, maquillada para parecer una persona sensible cuando está claro que no es así. Por un segundo me coloco en el sofá que les da la espalda, será mejor que deje de pensar en esa pantalla y en ella en general, estaría bien centrarse de una maldita vez en el juego que tengo delante.