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Ya sabes dónde estoy

Lena toca tres veces en la puerta.

No tardan mucho en abrir, su madre era muy parecida a Lena. Rubia, delgada, aunque sus ojos oscuros están detrás de unas gafas violetas finas y brillantes. Detrás de ella sale su padre. Su figura no es que me ponga nervioso, no, nada de eso. Alguna vez he conocido al padre de una exnovia. Siempre fue genial... siempre...

—¿Y tú quién eres? —pregunta él detrás de los sollozos y abrazos de la señora Ridley hacia Lena.

Carraspeo y abro las manos. El sudor sigue en mis manos, y sé que no es algo agradable, pero estiro la mano hacia a él, con toda la calma del mundo y con una sonrisa leve que intenta dar buena impresión. Joder, que nervioso estoy.

—Señor Ridley, soy Hunter Miller. Soy...

Lena me mira de reojo.

—Es mi... —se queda unos segundos tratando de dar con la palabra—, estamos conociéndonos.

¿Conociéndonos? Eso hubiera estado bien si no hubiéramos pasado casi tres meses juntos pegados cada dos por tres. Si la conozco más a ella que a algunos integrantes del equipo no me jodas.

—Pasad —retoma su madre la conversación con una ancha sonrisa—. Encantada de conocerte Hunter, soy Karen y él es Richard.

Hago un saludo con la cabeza, una especie de reverencia que me sale cuando estoy nervioso. Es una forma de no volver a abrir la boca.

—¿Habéis cenado?

—Pues... no, la verdad —contesta Lena—. Había pensado cenar fuera con Hunter —es la mejor opción para mi—. Quiero ducharme antes.

Arriba tenéis espacio, tu cuarto está intacto y no sé si queréis utilizar la habitación de Milo, su cama es más grande.

Me siento en la cama, mullida y con el sonido de los muelles molestos por mi peso. La habitación de Lena es muy parecida a la mía. Pequeña, con las cosas esenciales, aunque ella tiene libros por toda una estantería llena de polvo. Me levanto interesando por algunas portadas brillantes y con ilustraciones preciosas.

El mueble podría estar lleno de polvo, pero los libros estaban impolutos. Llego a sacar alguno de ellos, ojeando las páginas marcadas, con post-its, y dibujos creador por un pasado de Lena risueño y enternecedor.

Tiene libros en toda la extensión del mueble, no son muchos, pero me encanta como los tiene colocados de mayor a menor según su altura. Todos tienen ese aspecto romántico y delicado.

Hay uno que en llama mi atención especialmente, tiene el lomo del libro algo más desgastado que los demás, como si lo hubiera doblado alguna vez. Seguro es su libro favorito. Las páginas se deslizan sobre la yema de mis dedos y siento un cosquilleo agradable al imaginarme a Lena leyendo tardes enteras con esta única forma de entretenerse. Seguro que está preciosa. Y de repente tengo la ansiedad y el deseo por querer regalarle cientos de libros para poder ver como sus ojos se alegran al leer cursiladas que estaría dispuesto a escuchar durante horas.

Las hojas van danzando hasta que una de ellas se queda pegada con otra. Frunzo las cejas. No querría que se le jodiera el libro así que trato de separarlas con cuidado, pero, cuando lo hago, varias hojas caen al suelo.

Precavidos sentimentales {Parte 1 ✔️ y 2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora