18. MI CONEJITA 🐰

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NARRA ALEX

— No puedo vivir un día más sin ella, quiero información veraz y precisa, quiero saber exactamente dónde vive y quiero conocer su círculo de amigos.

— Alex, esto es imposible de hacer en un día.

— No te pregunté qué es imposible y qué es posible, te di una orden y la obedeces, ella es mi mujer y necesito saber todo lo que hace, adónde va, con quién se junta y a qué hora sale de trabajar, QUIERO SABER TODO.

Veo a Ricardo escribiendo en el cuaderno y mordiendo el bolígrafo, me pone de los nervios cuando hace eso, tiene un tic de mierda y la verdad es que me molesta.

— Si vuelves a morder el bolígrafo, te lo clavaré directamente en la arteria y te dejaré morir en tu propio charco de sangre.

— Lo siento, no volverá a suceder.

— Eso espero cretino—, lo apunto con la pistola — en dos horas quiero toda la información, si no, te mataré, ¿entendiste?

— Necesito el nombre completo de la chica para poder ir tras ella—. La voz le tiembla y se sienta en el sofá mirándome con cara de idiota.

— Victoria Blanco—, le entrego una foto de ella y noto como su mirada se vuelve lujuriosa— si no te limpias la baba que se te acumuló en la comisura de la boca, me levantaré de mi silla y te abriré el pecho con unas tijeras.

— Ay, ¿cómo puedes creer tal cosa? No me atrevería, pero es una mujer muy hermosa.

— Cuento hasta tres, si no desapareces por esa puerta, te ayudaré a desaparecer para siempre, uno...dos...—. En menos de un segundo escucho como la puerta se cierra detrás de él.

Como fastidian estos asquerosos, no es la primera vez que un cabrón tiene esa mirada cuando ve a Victoria, pero necesito que se encargue del trabajo que le pedí y luego me ocuparé de él.

No entiendo los sentimientos de las personas, no entiendo ese amor tan grande que alguien dice que te tiene, pero luego te abandona. Si los sentimientos son tan reales, ¿por qué la gente es tan hipócrita?

Ella es mi obsesión, lo sé, pero así soy, así amo yo, si la gente puede amar de varias maneras, ¿Por qué yo no puedo amar a mi manera?

Suena mi teléfono e inmediatamente me lo acerco al oído.

— Alex, hubo un accidente en la carretera M-77 y ya no puedo llegar a mi destino, tenía que llevarle un kilo de marihuana a Antonio en menos de quince minutos y ya llevo media hora parado aquí, ¿crees que puedas venir con la moto? No quiero tener problemas con él, por eso te pido a ti que hagas el transporte, nos repartimos el dinero mitad y mitad.

— ¿Cómo mitad y mitad?, tú sales ileso de todo esto y yo me quedo con todo el dinero, si quieres, si no, te buscas la vida.

— Creí que eras mi amigo.

— Yo no tengo amigos, sólo tengo conocidos, así que dime rápido qué quieres hacer.

— Dale, lo haremos a tú manera, pero no tardes.

— Envíame tu ubicación, estaré allí en cinco minutos.

— Gracias tío.

Antes de salir, abro la puerta del dormitorio y veo a Samanta acostada en la cama.

— Alex, no te vayas, te necesito, o al menos déjame un poco de polvo, tengo calor, quiero tener sexo, quiero que me lleves contigo—. La morena se revuelve el cabello con ambas manos y le da otro trago a su cubata.

No puedo dejarla ir +21  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora