36. APRENDÍ CUÁNDO SONREÍR Y CUÁNDO TRANSFORMARME EN UNA BESTIA

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NARRA VICTORIA

Mamá se fue hace tres horas, María fue a visitar a sus padres, Darío dijo que tenía trabajo y yo me quedé a solas con Copito.

— Me alegro mucho de tenerte a mi lado—, deposito un pequeño besito en su naricita que se parece a una aceituna— al menos ya no me siento tan sola cuando tu papi no está.

Lo visto con su abrigo en tonos azules y le calzo sus botitas negras para que no se le hielen las patas en la nieve y abandono la habitación.

Le envío un mensaje a Darío y salgo por la puerta blanca que da al patio y me maravillo una vez más por el auto que me regaló, el rosa neón le da un encanto coqueto que combina perfectamente con mi personalidad.

Esta noche es Nochevieja y todavía no tengo vestido que ponerme, así que decido dar una pequeña vuelta en el auto por primera vez y llevar a Copito a tomar un respiro de aire fresco.

Me voy a dar una vuelta con Copito, cuando tengas tiempo respóndeme y no me dejes en visto.🙄

No vayas a ningún lado hasta que yo venga, y sobre todo con ese vestido negro que dejará tus piernas de gacela al descubierto.😡

Miro hacia la esquina de la puerta y veo la cámara activada, saco la lengua porque sé que me sigue y me dirijo hacia el auto.

Hasta donde puedo recordar, me mudé a una mansión contigo, no a una prisión.💅🏻

Mi casa ahora es tu casa y si quieres llamarla cárcel, entonces seré tu carcelero.😏

No seas pesado, no me voy a quedar aquí encerrada porque siento que me asfixio, estaré en casa cuando llegues. 😌

Cuando llegue a casa, quiero verte con el mismo vestido.🔥

No sé si te complaceré, me dejaste sola por demasiado tiempo.😘

Me subo al auto y presiono el botón para poder abrir las puertas de la cerca que rodea la mansión.

No me desafíes Victoria.😈

La última vez que te desafié, te gustó.😝

Pongo a Copito en el asiento de al lado y en menos de diez segundos salgo de nuestra calle y me dirijo hacia el centro de Roma. Parece que hay mucha gente esperando la noche, ya que hay muchos grupos con bolsas de compras y otros con botellas de bebidas con alcohol en las manos. Estoy entusiasmada porque creo que será la primera Nochevieja que pase tan a lo grande.

— ¡Qué auto tan genial! — grita una niña en el asiento trasero de un coche familiar.

— Deja de gritar—, la mujer que parece su madre chilla enojada— esa mujer o es una prostituta o una mantenida, así que no te sorprendas por las cosas caras, porque no son fáciles de ganar.

— Si la envidia doliera—, la miro con atención — ya no encontraríamos pastillas de ibuprofeno en ninguna farmacia.

Acelero siguiendo mi camino y en unos segundos adelanto a varios coches en la autopista.

NARRA DARIO

— ¿Estás seguro de que ese parásito vive aquí?

Piso unas latas de plástico, pateo cuatro botellas más de whisky y cuando abro la puerta de la casa, el olor a podredumbre y sangre inmediatamente me revuelve el estómago. Yo también mato gente, pero no colecciono sus cuerpos.

No puedo dejarla ir +21  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora