"Hermanos Kim"

Soltando

Poco después de entrar a mi habitación, escuché a Namjoon salir de la suya. Esa manía que tiene de tirar las puertas me estresa. Me fui a bañar, pero antes me paré frente al espejo. Vi todos los chupones en mi pecho, cuello, muslos y cadera. Fragmentos de lo que había hecho mi omega llegaban a mi cabeza y lo peor de todo era la marca en mi cuello. Lo bueno es que como yo no he aceptado a Namjoon, el lazo no está completo ni lo estará. Terminé de bañarme y decidí: ¡Llamaré a Hobi! Es momento de ponerle fin a toda esta locura.

—Hola, ¿aún sigues siendo mi omega? Pensé que nunca me llamarías.

Perdón, es que ayer me quedé hasta tarde estudiando y hasta ahora me acabo de despertar —le mentí, pero ¿qué otra cosa podía decirle? Mi omega tomó el control y se entregó a mi hermano.

Siempre tan estudioso. ¿Quieres salir un rato?

Me reí. Sí, me encantaría salir para distraerme.

Ok, arréglate. Iré con mi chófer, tal vez en veinte minutos.

Está bien, amor —dije feliz y corté la llamada.

Llegué a mi lugar de trabajo y me coloqué el respectivo mandil. Empecé a atender a los clientes, aunque no lograba concentrarme. ¿Debí quedarme en casa y confrontar a Jin? ¿O le doy tiempo?

Me empecé a alistar, me puse una camisa con cuello de tortuga para que no se vieran los chupones y un short negro con unos tenis también negros, súper cómodos. Me maquillé, cepillé mi cabello y me puse perfume. "Hobi, tú y yo somos los verdaderos destinados".

"Yo no quiero a ese alfa", repliqué desde el interior de Jin.

"Cállate, él es mi alfa, te guste o no".

"Jamás seré de ese", dije enojado. "Solo pertenecemos a Namjoon".

"No me importa lo que pienses o sientas, yo soy el que te mando", dije serio, cuando recibí un mensaje de Hobi que decía: "Amor, estoy fuera de tu casa". Corrí y abrí la puerta.

¡Wow, qué hermoso estás! Te llevaré a una cafetería que vende los mejores dulces.

Me acerqué a él, lo abracé y lo besé. "¡Vamos, amor!", dije emocionado.

Correspondí a su beso y por primera vez puse mis manos en su cadera.

"Dile a ese que no me toque con sus asquerosas manos", dije desde el interior de Jin.

"Estoy muy feliz", dije sonriendo e ignorando a mi omega.

"Bueno, vamos".

"Sí, vamos", dije y lo tomé de la mano.

Al llegar a la cafetería, nos sentamos esperando que vinieran a tomar nuestro pedido y, ¡oh sorpresa! —"Cuñado, no sabía que trabajabas aquí".

Tensé mi mandíbula y apreté mis dientes tan fuerte que sentí que rompería mis dientes, pero debía mantener la compostura. —"¿Cuñado?", pregunté serio.

Vi a Namjoon y me sorprendí. —"¿Hermano, trabajas aquí?"

"Sí, ¿amor, no le dijiste que me aceptaste como tu novio y alfa?"

"Se me olvidó decirle", dije un poco nervioso.

Apreté con fuerza el bolígrafo para anotar su pedido. —"¿Qué van a ordenar?"

"Para mí, el especial, por favor".

"Y usted, ¿qué quiere?", dije mirando a Jin.

"Yo quiero pastel de chocolate, tú sabes que me gusta mucho, y un jugo de fres... No, mejor una malteada".