CAPÍTULO 3. LA FIESTA

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PRINCESAS DE LA MODA
CAPÍTULO 3: “LA FIESTA”

Todos estaban felices en el amplio espacio de eventos del lujoso hotel Capital, festejando el cumpleaños de la heredera de Ecomoda. Todo era lujoso y de buen gusto, ya que era un evento organizado por doña Margarita Sáenz de Mendoza, con la ayuda de Catalina Ángel.

La creme de la sociedad santafereña estaba en el agasajo, desde los más importantes empresarios del rubro textil, hasta un par de senadores y ministros.

Las familias más adineradas también estaban allí, ya que Camila Mendoza concurría a uno de los colegios más prestigiosos y onerosos de Bogotá.

Cuando todos los invitados estuvieron en el salón, vieron descender por una enorme escalera, a la protagonista de la noche, Camila Mendoza Pinzón, quien iba acompañada por su “mejor amigo” Jimmy. Detrás de ellos, Betty y Armando.

El vestido de la cumpleañera era hermoso, era una creación realizada especialmente para ella por el gran Hugo Lombardi. Era corto y de color celeste. Parecía una princesa.

Todos la reciben muy felices y emocionados, principalmente sus abuelos, sus amigas y sus tías de la vida, que eran las del cuartel de las feas.

Al rato, cuando el ambiente se empezó a distender, Camila se puso a hablar con su mejor amiga Nicolle.

—Creí que te iba a acompañar Julio a bajar de las escaleras.

—Me dejó plantada, —con cara de fastidio  —no me para bolas, pero se enoja si salgo con otro chico.
—Saliste con el novio de su hermana.

—Susy es una idiota. No supo cuidar a su novio, él me invitó a salir y yo acepté. Después le fue con el cuento al hermano, para hacernos pelear.

—Es que tú no aprendes más, no tienes que salir con novios de otras muchachas. Después te metes en muchos líos.

—Pero es divertido.

🌷🌷🌷

Alejandra estaba en un rincón del salón, muy cerca de la cocina, ella tenía un vestido exquisito que le prestó Hugo, tenía un escote palabra de honor, era ceñido hasta la cintura, luego la falda se hacía más ancha, el largo llegaba hasta las rodillas, el color era un hermoso lila claro, Alejandra seguía mirando todo obnubilada porque jamás había estado rodeada de tanto lujo, hasta que sus ojos se cruzaron con la de un muchacho muy guapo, él le dice.

—¿Qué hace una niña tan guapa, tan aislada?

—Gracias por lo de guapa. —Con una sonrisa  —es que me invitaron a último momento y no conozco a nadie. ¿Y tú?

—Yo estoy escondiéndome de mi mamá, porque le desobedecí. Ya conoces a una persona, Julio Kennedy, mucho gusto.

—Alejandra García, el gusto es mío.

—¿Eres familiar de Betty?

—No. Mi mamá y ella se conocen de…
Justo llegó Marcela Valencia, tenía la peor de las caras, porque su hijo había dejado plantada a Camilita, le venía a reclamar a su hijo al mejor estilo Margarita, pero las miradas más furibundas fueron a parar para Alejandra, ya que, al no conocerla, se dio cuenta de que no era de su círculo social. Afortunadamente, Armando escuchó todo y salió de la cocina para evitar que Marcela se la agarre con la pobre muchacha.

Marcela: —Tú debiste bajar las escaleras con Camila, me tienes que explicar ya mismo ¿por qué no lo hiciste?

Armando: —Marcela, Mila ya bajó con Jimmy, ya se solucionó, por favor no armes un escándalo en la fiesta de mí hija.

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