CAPÍTULO 12

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PRINCESAS DE LA MODA.
CAPITULO 12

Hacía 10 días que estaba viviendo en esa maldita vecindad, su vida se volvió una pesadilla, extrañaba demasiado a sus padres, además, aunque con esa mujer tuvieran la misma sangre, no era nada suyo.

Recordaba lo traumático que había sido ese episodio diez días atrás.

🌹🌹🌹🌹 RECUERDO

Ella llegaba del colegio junto a Alejandra, le pareció muy extraño ver un patrullero en la puerta de su casa, cuando cruzó el jardín y llegó a la puerta se encontró con un policía, esa mujer y una trabajadora social.

Alejandra: -¿Qué hacen ustedes aquí?

T. Social: -Vinimos a buscarla. El juez le dio la tenencia a su madre biológica.

Jenny: -Si mi amor, ahora vamos a vivir juntas.

Camila: -¡No, esta es mi casa, yo no me voy de aquí!

Armando: -Yo tampoco quiero que te vayas, pero el juez así lo decidió. En unos días nos vemos y te prometo que yo voy a luchar para que volvamos a estar juntos.

Cuando entró a la casa a buscar la valija, que ya se la habían preparado, el panorama era desolador, mucho más de lo que pudo imaginar, su madre, estaba tirada en la cama debido al fuerte tranquilizante que tuvo que tomar, apenas si pudo despedirse con un beso.🌹🌹🌹

Debía reconocer que doña Panchita, la dueña de la vecindad, aunque chismosa, era una mujer muy buena y la trataba como si fuera su propia nieta. Jenny la trataba bien, aunque por sus actitudes con las demás personas, se dio cuenta de que no era una buena persona y que no tardaría mucho en sacar sus garras y tratarla mal, como lo hacía con Alejandra.

Doña Panchita le contó, que estaba por llegar un inquilino nuevo, que era un muchacho joven y guapo que había rentado una de las habitaciones. Estaba aburrida, fue entonces cuando escuchó que llegó un camión de mudanzas y salió a mirar. Se sorprendió muchísimo al ver quién era el nuevo vecino.

🌷🌷🌷

En la casa de los Mendoza Pinzón, la situación era muy triste, Betty había caído en una situación terrible, tuvo que dejar de trabajar y estaba medicada todo el tiempo.

Por las noches no podía dormir e iba a la cama de Camila, se recostaba allí y se quedaba llorando, sólo cuando la descubría Alejandra y se acostaba a su lado se tranquilizaba y se dormía en sus brazos.

Aunque a Alejandra la amaba con la vida, no podía dejar de extrañar a su otra bebé. Ale hacía todo por su mamá, jamás sintió ni un poco de celos, porque el amor que le daban en esa casa le hacía comprender que estarían igual de tristes, si fuera ella quién estuviera en esa situación.

En una de esas noches, Armando entró a dicha habitación, se enterneció cuando vio a su princesa junto a su mamá . La niña, que tenía el sueño liviano se despertó.

Armando: -¿Qué hacen mis hermosuras aquí?

Alejandra: -Es que mamá está muy triste, extraña mucho a Camila y quise hacerle compañía.

Betty se despierta,

Betty: -¿Me dijiste mamá?

Ale se da cuenta de su descuido, y se pone colorada de la vergüenza.

Alejandra: -¿Le molestó?

Betty: -Por supuesto que no. Al contrario mi amor, me devuelves un poquito de vida.

Alejandra: -Está bien, desde ahora te diré mamá.

Armando carraspea y le pregunta ¿Y a mí cómo me dirás?

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