CAPÍTULO 6. ALE LLEGA A ECOMODA

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PRINCESAS DE LA MODA
CAPÍTULO 6: “ALE LLEGA A Ecomoda”

Alejandra llega a Ecomoda y no vemos su cara, vemos la realidad, según el punto de vista de Ale. Cómo en el primer capítulo de Betty.

—Buenos días Wilson, —con una sonrisa, —nos conocimos en la fiesta. Soy Ale García y don Hugo Lombardi me está esperando.

—Sí, claro que la recuerdo, buenos días Alejandrita, pase.

Llega a recepción, y la recibe Oriana, la recepcionista e hija de Bertha.

—Buenos días Oriana, don Hugo Lombardi me está esperando.

—Quiubo Ale, hoy está triple mamita, suba a la segunda planta.

Justo llega Jimmy que escucha la conversación y mientras Ale espera el ascensor, se le acerca y le dice.

—¿Dolió?

—No seas bobo Jimmy.

Llega a la segunda planta y se saluda con las chicas del cuartel.

Patricia: —A la orden. A LA ORDEN DIJE.

Alejandra: —Hola doña Patricia, don Hugo Lombardi, me está esperando.
Patricia: —Hugo está esperando a otra persona.

Alejandra: —Don Hugo, me está esperando a mí.

Patricia: —Alejandra ¿Eres tú? ¿Vienes por el puesto de modelo de tallaje?

Ale no responde, porque justo interrumpe Marcela.

Marcela: —¿Ya llegó la estúpida que viene por el puesto de modelo de tallaje?

Patricia: —Es ella Marce.

Recién ahí vemos el rostro y el look de Alejandra. Se planchó el cabello y ahora está totalmente lacio, lo lleva atado en una coleta alta, no tiene gafas, ya que las cambió por unas lentillas que le hacen resaltar sus ojos almendrados, su rostro está levemente maquillado, dándole un aspecto juvenil. Su vestuario consiste en una blusa negra, de tiras finas, símil seda y una minifalda de jeans con unas botitas negras.

Alejandra: —Sí doña Marcela, soy yo. Tengo una cita y don Hugo Lombardi me está esperando, permiso.

Marcela casi se desmaya, y no fue por lo bonita que se veía, sino por lo parecida que se veía al garfio cuando llegó de Cartagena.

Pero quién más quedó impresionado fue Julio, quien ese día acompañó a Marcela a la empresa. No podía creer estar viendo a una chica tan bella.

🌷🌷🌷🌷🌷

En otra parte de la ciudad, Mario y Cata tenían una cita impostergable. Finalmente, Bertha tenía razón, Silvia jamás abandonó la casa que heredó de su abuela.

Cata se había imaginado que la exmodelo pondría reparos para realizar dicha reunión, sin embargo fue todo lo contrario, porque ella se mostró colaborativa, es más, enfatizó, que era necesario que se llevara a cabo urgentemente e hizo un pedido de lo más extraño: que lleven una filmadora, para grabar dicha reunión.

Cuando llegaron al domicilio, lo que más los sorprendió a ambos fue que ya no quedaba ni la sombra de lo que esa mujer fue algún día, al contrario, se la veía visiblemente enfermiza.

Silvia: —Buenos días Mario, buenos días Cata. —saludó con una mueca que simuló ser una sonrisa. —Como se habrán dado cuenta por mi aspecto, estoy muy enferma, no quiero ser grosera, pero me sería más cómodo que me digan lo que me quieren decir sin rodeos.

Cata: —Lo sentimos mucho. —Incómoda. —Venimos a hablarle de un caso. Del nacimiento de dos niñas.

Silvia: —Les voy a tratar de ahorrar tiempo, ustedes quieren información de las niñas Camila Mendoza y Alejandra García. La respuesta es sí, ellas fueron intercambiadas.

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