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En la casa de Melanie...

Tanto la rubia como la pelinegra se sintieron mal luego de que la pelirroja decidiera irse tan repentinamente, ¿pero qué iban a hacer? ¿Buscarla? fue lo primero que quiso hacer Melanie de no ser porque Luna le agarró el brazo deteniéndola. Se miraron por un instante, hasta que Luna negó con la cabeza en silencio y sin poder más, Melanie la atrajo a su pecho y escondió su cara en el rubio pelo de su amiga. Lloraba en silencio mientras la rubia lo único que podía hacer era acariciar la espalda de esta.

Luego de un rato, Luna y ella se separaron, y se sentaron para hablar un poco y pensar una solución a todo eso. Ambas empezaron a inspeccionar el video, lo reproducían una y otra vez, no consiguieron mucho y terminaron por llamar a una amiga de Melanie que sabía un poco más de esas cosas.

-¿Quién es?- preguntó la rubia mientras la pelinegra de ojos miel cortaba la llamada.

La morena la miró un instante con una sonrisa maliciosa.

-Ya lo verás.- Respondió y le tiró un guiño.

La rubia parecía un tomate, incluso se notaba muchísimo más gracias a la pálida piel de esta.

-Anda , no hagas eso.- Le respondió enojada mientras golpeaba con su mano el hombro de su morena amiga, esta solo rio para luego mirar nuevamente su teléfono.

-Yo la verdad creo que te llevarías muy bien con ella. — Habló la morena luego de un rato con una gran sonrisa en su rostro.

La rubia solo pudo mirarla con algo de enojo y confusión en su cara.

Luego de un rato que la puerta del departamento de Melanie sonó, la pelinegra se levantó a abrir la puerta luego de darle una última mirada a su amiga.

Luna podría jurar que en sus 19 años de vida nunca sintió tanto miedo.

Y en ese momento una castaña de pelo bastante largo, de piel clara, en la que resaltaban algunas casi invisibles pecas, y sus ojos... De un tono algo verdoso pero en el centro era de un color marrón que a Luna le ocasionó ganas de mirar esos ojos hasta quedar hipnotizada y estar así por horas y horas, cosa que no le molestaría la verdad.

La castaña, al entrar, se bañó sobre Melanie para abrazarla.

-¡Ayy! ya, ya, yo también te extrañé loca.- Habló Melanie con una gran sonrisa mirando a su amiga.

Melanie abrazó a su castaña amiga, deslizó sus brazos por los hombros de esta y le abrazó por el cuello. mientras la otra tenía sus brazos enroscados completamente en la cintura de Melanie. Luego de un rato, ambas voltearon a ver a Luna fijamente, la mirada avellana de la castaña se centró en Luna y un pequeño destello apareció en estos.

-Oh, ¿quién es tu amiga Meli?-preguntó entonces la castaña sin dejar de mirar a Luna.

La morena se desenroscó de su amiga y la tomó de la mano para buscarla hacia Luna. Cuando estaban frente a frente, Melanie tomó la mano de la rubia también, y la unió con la de la castaña mientras decía...

-Bueno, Alice, ella es Luna- presento mirando a la castaña mientras movia su mano para mostrar a Luna. Y luego miro a Luna. - Y Luna, ella es mi amiga Alice.- Sonrió mientras apuntaba a la castaña de ojos avellana.

-Hola- dijeron ambas al unísono, sus manos todavía seguían unidas por lo que Luna se sentía algo avergonzada.

-Muy bien, es un avance.- Melanie habló y palmeó ligeramente los hombros de sus dos amigas.

-Bien, creo que hay una razón por la cual ustedes me han llamado, ¿o me equivoco?- dijo la castaña sonriendo.

-Si bueno... ¿Todavía estudias programación?- preguntó la morena mirando a su amiga, al instante la castaña levantó la ceja para mirar a la rubia quien la miraba siendo cómplice.

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Mi chica - Por Melanie y Olivia -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora