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Melany empezó a conectar todo, comenzó a pensar, a recalcular y todo mientras caminaba cada vez más y más rápido, comenzaba a darse cuenta de todo y a recordar la voz al otro lado de la línea cuando la llamaron.

-Disculpe, ¿señorita Brunette? —

-Sí, ella habla. ¿Sucedió algo? ¿¿Quién es?—preguntó la pelinegra entonces, tenía un presentimiento de que no era algo precisamente bueno.

-Sí, hablamos desde el hospital ***** de la calle ***** ******, un chico trajo a su hermana Olivia Maori, esta bastante grave callo desde un quinto piso hace unas cuantas horas- hablo calmada la voz al otro lado de la línea.

-¿Qué? disculpe, ¿quién la llevó, qué pasó, cómo se calló?— Hablaba Melanie completamente alterada, un montón de imágenes comenzaron a rondar por su cabeza y la culpa era la que más predominaba.

-Por favor, le ruego que se calme, señorita, si pudiera venir ahora le explicaremos, sucede que no tenemos mucha información y el chico de lentes no quiso dar su nombre.-

-¿Chico de lentes?-

Theo... siempre fue Theo.

- - - - - - ¿Cómo había sido tan estúpida? - - - - -

Melanie por fin había prendido foco y corrió lo que más pudo para poder llegar hasta el hospital. Al llegar, ni se presentó a la recepcionista, solo corrió hasta llegar donde estaba Olivia.

Entró tan bruscamente que incluso olivia, que estaba semi recostada, se levantó sorprendida. Melanie tenía una clara cara de preocupación que al ver a Olivia sola y en perfect estado, lentamente se empezó a suavizar.

-¿Olivia?- habló Melanie mientras unas lágrimas caían por sus mejillas enrojecidas por correr.

-Hola, Meli- dijo con entusiasmo la pelirroja al verla, entusiasmo que se apagó al ver el estado en el que se encontraba su novia - ¿Te encuentras bien? - preguntó entonces con gesto de duda y preocupación.

Olivia estaba semirecostada en una camilla, tenía su pelo completamente despeinado y el sol estaba levemente sobre la mitad de su cara, lo que a los ojos de Melanie la hacía ver como un ángel, a su alrededor había muchas flores y regalos de parte de ella y sus otras amigas, ¿por qué Luna y Alice no estaban ahí? Y sobre todo lo másimportantes, ¿qué hacían esas cristianemos?

Melany rápidamente corrió hacia las flores y comenzó a buscar alguna tarjeta o algo que la asocie a Theo, cualquier rastro lo que sea, algo que pudiera inculparlo para poder sacarse ese peso que sentía desde el accidente de su novia.

-¿MElanie, qué carajo haces?- preguntó su novia algo fatigada, ¿quién no? Había esperado toda la mañana a su novia y cuando por fin aparece, ella prefiere ir hacia unas estúpidas flores antes que a ella.

Melanie sacó rápidamente la cabeza de los grandes ramos de flores que había y la miró llena de vergüenza.

-Eh, yo, este, bueno...- La pelinegra no paraba de tartamudear, se sentía tan nerviosa y estúpida de repente, Olivia siempre la hacía ponerse así. Como si no supiera nada, nada más que estar con ella.

Olivia alzó una de sus manos esperando un abrazo y su mano enyesada se movió ligeramente hacia el costado mientras mostraba una gran sonrisa hacia su novia antes de decir:

-Quiero que me abraces, y me llenes de amor. Por favor, es todo lo que necesito ahora mismo , dijo Olivia entonces.

Melany no lo dudó dos veces y se lanzó a los brazos de su amada con una sonrisa mientras algunas lágrimas se derramaban por sus mejillas rojas. Escondió su cara en el pecho de su novia mientras movía sus brazos para acomodarlos allrededor de la cintura de esta.

OLivia, por su parte, se dedicó a rotar la espalda de su novia con una mano, mientras que posaba su enyesada mano en la cabeza de su novia. Olivia simplemente trataba de oler a su novia,pues adoraba su perfume de olor dulce.

Ambas se mantuvieron así por un largo tiempo, tiempo que tanto Olivia como Melanie aprovecharon para asuciarse de amor, en manera de consuelo la una por la otra.

Olivia se sentía mal, pues para ella era su culpa todo ese desastre, se hubiera quedado con Melany y Luna, pero siempre hacia lo mismo, ignoraba sus problemas y se refugiaba en otros en busca de consuelo.

Y para Melanie la culpable era ella misma, por no poder salvar a Olivia cuando pudo, su novia había caído de un quinto piso, ¡por favor! era obvio que si no hubiera dejado que se vaya, habría llegado a tiempo. En verdad era una mierda de novia.

Luego de un tiempo se separaron, Melanie y Olivia se miraron un largo rato a los ojos, era una especie de batalla, los ojos verdes de Olivia que lograban hipnotizar a cualquiera que la mire, y la miel de Melanie que habían seducido a Olivia, dejándola embrujada a su merced.

Se notaba el amor que había ahí, incluso una enfermera que pasaba se quedó roja por las claras chispas que lanzaban estas jóvenes. Parecía que tenían corazones en los ojos al verse, era obvio el calor que se tenían la una por la otra.

La enfermera que pasaba solamente soltó una risita silenciosa y lentamente cerró la puerta, sin que las dos chicas que se encontraban en la blanca y pulcra habitación se dieran cuenta de su presencia.

Entonces, de repente, Melanie se acercó a Olivia robándole un corto y casto beso en los labios. Olivia solo pudo agarrar con una mano a Melanie para acercarla a ella y así empezó un largo y dulce beso, el cual al cabo de unos segundos fue interrumpido por un pequeño alboroto al otro lado de la puerta.

-¿Qué carajos están pasando afuera?- preguntó Olivia en un susurro.

Melanie levantó los hombros con una sonrisa que se veía algo triste a los ojos de la pelirroja, pues la pelinegra todavía tenía los ojos hinchados y rojos, al igual que sus mejillas. La pelinegra se acercó nuevamente para otro beso que volvió a ser interrumpido, ahora una molesta Melanie se acercaba a la puerta para abrirla y averiguar qué estaba sucediendo afuera, grata fue su sorpresa al encontrar a Luna siendo acorralada por Theo que la sostenía del cuello firmemente.

-¿PERO QUE MIERDA?.- fue lo unico que atino a decir la pelinegra.

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Mi chica - Por Melanie y Olivia -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora