Touch me, parte 6

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Lo hicimos

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Lo hicimos. Perdí la noción del tiempo. Solo supe que él entró, salió, jadeó sobre mi boca, se tragó mis pequeños gemidos y me embistió con ganas, con ímpetu, con fuerza. Mis sentidos estaban desbocados mientras mi cuerpo se restregaba rítmicamente contra el colchón, mientras su mano me llevaba al límite. Deseé que ese momento no terminara nunca, sentir a Yoongi tan inmenso, descontrolado y poderoso sobre mí, liberando aquello que él también había estado reprimiendo, generando un tsunami de placer dentro de mí.

Más embestidas, más jadeos. Su boca rozando mi nariz, mi mejilla, mis labios. Calor, gemidos, más y más placer, más fricción, unión, y más, y más...

Mi boca sólo pronunciaba su nombre.

Mi cuerpo sólo sentía su cuerpo.

Mi alma daba gracias por él.

Sí, me sentí afortunada por haber conocido a Yoongi.

Mil veces había fantaseado con aquello sin llegar a creerlo posible. Quería quedarme para siempre en esa cama, en la primera vez, en la inexperiencia, en lo inusual, uniéndonos a pesar de ser totalmente diferentes, siendo iguales porque ansiábamos el cuerpo del otro sin precisar más razones. Empezamos a rodar, abrazados como dos gatos peleándose en la noche, y luego, cuando alcanzamos el orgasmo, ambos quedamos maravillados por la nueva experiencia. Fue como un arco iris dentro de mí, un arco iris que se elevaba por encima de mí, allá abajo, donde mis ganas se juntaban con sus ganas y juntas hacían que nuestros sexos latieran como el corazón de un pájaro en vuelo.

Lo primero que sentí fue una deliciosa onda expansiva entre las piernas. Mi boca se abrió, pero no salió sonido alguno. Un placer tan inmenso que anula cualquier otra percepción, un placer que surgió entre los restos del dolor y la acumulación del deseo, un placer que dio sentido a lo que acabábamos de improvisar, sin experiencias ni pruebas. El orgasmo de Yoongi fue distinto. Permaneció muy pegado a mí y dejó escapar un gruñido brutal, tenso y, al mismo tiempo, liberador. Una expresión de verdadero orgasmo, algo muy sensual y satisfactorio para él, para los dos.

Verlo así y sentir su caliente esencia en mi interior provocó unos últimos cosquilleos dentro de mí.

Ahí terminó mi primera vez. Había salido mucho mejor de lo que yo había imaginado. ¡Cómo iba a imaginar algo así! ¡Era imposible! Sentía su calidez en torno a mí, encima, por dentro, y un sutil aroma a su piel y sudor. Me quedé inmóvil, temblorosa todavía, intentando recuperar la cordura y volver al tiempo real. Yoongi permaneció quieto, respirando agitadamente, muy profundo, con los músculos aún en tensión y los ojos cerrados.

Alcé un poco la cabeza para besar sus labios de forma suave y repetida durante un rato. Lo besé para que su pecho fuera aminorando la velocidad de subida y bajada. Lo besé para devolverlo a su estado normal, y poco a poco así fue sucediendo. Cuando abrió los ojos, ya no tenía las pupilas dilatadas, sino un brillo intenso y vivo. En seguida el rubor de su piel fue desapareciendo, y quedó otra vez tranquilo. No dijimos nada, y yo entendí su silencio, porque a los hombres se les da mejor actuar.

PROJECT: HEART ━ OT⁷ 〚+18〛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora