Iba a ser un día caluroso, como todos en aquel mes de agosto. Me había levantado temprano, había sacado a pasear a Max, mi feo pero cariñoso border terrier, y luego me había puesto a estudiar. Estaba sola en casa, o castigada sin vacaciones, según se mire. Como había suspendido matemáticas y biología, y no había podido presentarme en junio al examen de acceso a la universidad, mi madre había decidido que ese verano me quedaría en casa estudiando en lugar de ir con ellos y mi hermana pequeña al apartamento de Nam-gu.
Yo era consciente de que tenía que esforzarme mucho si quería sacar la nota necesaria para entrar en la facultad de Medicina, un 10.999, que era lo que siempre había querido estudiar. Lo malo era que las matemáticas y la biología se habían entrometido en mi objetivo de llegar a ser una licenciada en enfermería. Para conseguir superar esa ansiada nota de corte en la convocatoria de septiembre, me había autoimpuesto un programa de estudio de tres horas en la mañana y otras tres en la tarde, haciendo un par de descansos de diez minutos.
Mi único problema era la loca de mi vecina de al lado y la chalada de su hija, que se pasaban todo el día discutiendo, gritando y armando escándalo. A mí un poco de ruido no me molestaba, pero con aquella barahúnda era imposible concentrarse. Por suerte, como era verano mis vecinos se levantaban bastante tarde, así que yo aprovechaba para estudiar a primera hora y, luego, después de almorzar, me iba a la piscina de la urbanización. Allí fue donde empezó a torcerse el día con Yujin, la hija de mi vecina. Esa chica era perturbadora. Solía vestir en plan emo, a veces gótica, pero yo la encontraba más bien siniestra. Tenía unos ojos enormes y el cabello corto, pero mal cortado, como si lo hiciera ella misma.
Su padre era un empresario importante que viajaba muy a menudo, y por esa razón madre e hija solían estar solas en casa. A pesar de que Yujin tenía mi edad, nunca salía con otras chicas, sólo a pasear a Snake, su pequeño y escandaloso Yorkshire. También tenían un espantoso Rottwieler, Atila, pero a él casi siempre lo sacaba el padre de la Familia Monster. A mí eso me tranquilizaba, pues las veces que Yujin me veía en el instituto o por la calle, me lanzaba miradas de desprecio. No estaba segura de por qué, pero Yujin siempre había emanado un malvado desprecio hacia mí. Al parecer me odiaba, o tal vez a mi familia, pero el caso era que si la veía sacar a pasear al Rottwieler, yo no me atrevía a pisar la calle.
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PROJECT: HEART ━ OT⁷ 〚+18〛
Hayran Kurgu「𝐄𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐜𝐞𝐬𝐨」 ¡Hola, Kang Lia! Bienvenida a Project: Heart versión beta. Recuerda que el juego todavía se encuentra en desarrollo, por lo que podría presentar algunos bugs. ¿ℰ𝓈𝓉𝒶𝓈 𝓁𝒾𝓈𝓉𝒶 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝑒𝓁𝑒𝑔𝒾𝓇 𝒶 𝓉𝓊 𝒸𝑜𝓇𝒶𝓏𝑜𝓃...