Jungkook pierde el control y sufre un accidente en el que se lastima los ojos. Se encuentra un donante de inmediato; se convierte en un tal Park Jimin. Pero además de su visión, la noche del accidente, Jeon también perdió la memoria, en la que no qu...
Busan recibió al joven con los brazos abiertos: sus padres, que acudían al hospital no más de una vez por semana, lloraron al ver a su hijo sano e intacto, de pie firmemente. Mamá puso la mesa, papá contó todo lo que su hijo no recordaba. Compañeros de clase, amigos, conocidos: todos los que Jungkook les mencionó de una forma u otra, todos los eventos más sorprendentes de los que les contó. Todo menos lo más importante: Jimin. Este tema fue tabú desde el principio, porque todos sabían que no valía la pena sacar a relucir estos recuerdos en particular.
Las vacaciones planeadas durante dos días en Busan con sus padres se convirtieron con éxito en unas vacaciones de una semana, y solo en el octavo día, justo cuando salió el sol, Jungkook, feliz, descansado y cargado de paquetes, regresó en tren rápido a Seúl. Jimin había sido dado de alta hace cinco días y Jungkook no podía esperar para conocerlo; una separación demasiado larga de alguien a quien estaba acostumbrado a ver todos los días lo estaba volviendo loco. El joven planeaba acudir a la dirección indicada por Jimin tan pronto como se descompusiera en su casa.
En la casa, que recordaba sólo a trompicones, tenía la fuerte sensación de que no había vivido aquí durante al menos 5 años, porque la situación era muy diferente a la que estaba almacenada en las imágenes de los recuerdos en su cabeza, miró el interior de sus propias habitaciones y se sorprendió más de una vez: ¿Cómo lograste decidirte por tal o cual mueble? ¿Es posible que tuviera novia antes del accidente? Pero entonces sus padres le habrían dicho algo, ¿no?
Encontrar en una foto a alguien que viviera en esta casa con él no es realista, porque definitivamente recordó que al chico no le gustaba que lo fotografiaran. Un hábito así difícilmente puede erradicarse. Por lo tanto, Jeon sólo podía mirar de cerca las pequeñas cosas que no le decían nada.
- ¿Qué es esto? – sonrió el chico, poniéndose un jersey ancho de hombre color crema que había encontrado y, esbozando una amplia sonrisa, lo dobló y lo metió de nuevo en el armario abierto.
- ¿Realmente compré esto? Esto es tan terrible... Una vez más se estaba instalando en su apartamento olvidado hace mucho tiempo, encontrando cada vez más sorpresas para sí mismo. Tendrá que acostumbrarse al hecho de que ha estado actuando raro durante los últimos años.
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"Cierra la ventana, tengo frío ", dijo alguien de repente, y Jungkook se giró bruscamente en la dirección del sonido. El chico recordaba claramente que estaba solo en el apartamento. Miró la ventana cerrada, miró a su alrededor y se estremeció al darse cuenta de que le parecía escuchar su propia voz. Era su voz. Imágenes flotaban en su cabeza. Un joven desconocido sentado en el alféizar de la ventana, dejando su libro, se arrodilló para cerrar de golpe una de las contraventanas. Vio cómo la silueta contra el fondo de la ventana sonreía tan cálida y amablemente, cómo un gato calicó saltó al suelo desde el alféizar de la ventana y corrió hacia él, pero inmediatamente se evaporó, revelando a la mirada de Jungkook solo un piso vacío, un alféizar vacío, una habitación vacía.
Si alguna vez hubo un gato aquí, probablemente lo protegieron los vecinos o se lo llevó la persona que Jeon vio sentada en el alféizar de la ventana. Entonces, después de todo, había alguien más en el apartamento además de él... El chico exhaló pesadamente y se sentó en el borde de la cómoda, apoyando las palmas de las manos en la superficie de madera. Algo crujió bajo sus dedos, y Jungkook bajó la cabeza, sosteniendo frente a él una gruesa hoja de papel que llegó a su mano. El joven recorrió con la mirada la línea escrita con una letra hermosa y uniforme y se deslizó fuera de la cómoda, parándose derecho en el suelo. Por alguna razón mi corazón dio un vuelco.
"Yo seré tus ojos"- estaba escrito en letras grandes y hermosas. Jeon miró esta línea y... no pudo entender qué atraía tanto su atención. Su mirada vagaba sin rumbo por las letras, y lo único que Jeon comprendió en ese momento fue que la letra no era la suya. Y nada más.
"Seré tus ojos", volvió a leer.
"Seré tuyo..." Las pupilas se dilataron bruscamente y los ojos se abrieron de par en par. El tipo se estremeció y quedó atónito.
