Jungkook pierde el control y sufre un accidente en el que se lastima los ojos. Se encuentra un donante de inmediato; se convierte en un tal Park Jimin. Pero además de su visión, la noche del accidente, Jeon también perdió la memoria, en la que no qu...
– ¿Cómo? – Jimin abrió mucho los ojos y dio un paso atrás. Las pestañas empezaron a temblar y rastros de brillo se acumularon sobre las bolsas de los párpados inferiores, amenazando con desbordarse. Una delgada línea quemó la fría piel de su mejilla y se perdió en algún lugar del cuello de su sudadera.
"Lo siento, Jimin", la doctora negó con la cabeza.
- Cáncer de pulmón. "Ni siquiera fumo", sonrió nerviosamente el joven, pasándose los dedos por el cabello.
"Nadie está asegurado..." la mujer bajó la cabeza con tristeza.
- ¿Y qué será de mí?
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Jungkook gritó tan fuerte como pudo. El auricular del teléfono fijo cayó volando y golpeó el suelo con estrépito. El chico se agarró la cabeza con ambas manos y cerró los ojos con fuerza. Me temblaban las manos, sentía como si me apretaran el corazón con un tornillo de banco. No sabía nada y ahora todo cayó como una pesada avalancha en un minuto de conversación por teléfono. El mundo parecía haberse puesto patas arriba. Sabía dónde se suponía que debía estar ahora y, sinceramente, no entendía por qué seguía allí y no iba al hospital. A él. Con movimientos convulsivos y entrecortados, sus manos rebuscaron en sus bolsillos en busca de llaves.
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El sonido del trueno acompañó el creciente pánico dentro de Jungkook. El cielo, con interminables corrientes de agua, parecía lamentar la fatal desatención; rociaba la tierra con lágrimas amargas, tratando de retroceder el tiempo, de hacer a Jeon más atento. Muchas veces prestaba atención a la voz ronca de Jimin; escuchaba una tos, pero permanecía en silencio y parecía estar esperando que todo pasara.
"Idiota", murmuró el tipo entre dientes, presionando con más fuerza los dedos en el tapizado del volante. Las ruedas chirriaban desagradablemente en cada curva, Jungkook aceleró, adelantó y tocó la bocina al tráfico que se aproximaba. Docenas de conductores indignados tocaron la bocina y reprendieron al joven imprudente, que simplemente necesitaba de manera vital llegar a Jimin lo antes posible. Tenía mucho que contarle y ese "tanto" no podía posponerse para más tarde.
Grandes gotas golpearon el parabrisas intentando romperlo en miles de fragmentos. Cada vez había menos coches, la carretera estaba vacía, lo que dejaba espacio para una buena aceleración y una conducción libre y sin miedo a perder la vida. Sin embargo, fue aquí donde de repente algo salió mal y en la siguiente curva el coche patinó fuertemente. Jeon giró el volante, pero las ruedas no obedecieron. Un enorme trozo de hierro con una persona viva en su interior fue sacado de la carretera asfaltada. El horror en los ojos de Kook, el coche volcado y la caída, que hizo añicos el parabrisas, antes tan violentamente atacado por la intensa lluvia.
Fin flashback
Jungkook respiraba pesadamente y apretaba su cabeza con sus manos, miraba al suelo con una mirada ilegible y no sabía que hacer con las imágenes que llenaban su cabeza, Kook no pudo resistirlas, recibió demasiadas, ellos y como si todos a la vez. Quería detener la locura, pero el mecanismo estaba funcionando y no se podía detener. Debe volver a sentir todo el dolor que una vez pasó.
Escena retrospectiva
- Oye, sonríe y di: "Kimchi-ee". No comenzaré a filmar hasta que vea una sonrisa en tu linda cara, vamos", Jimin se movió de un pie a otro con impaciencia, extendiendo una sonrisa clara, esperando lo mismo del chico al otro lado de la cámara del teléfono, pero Jungkook no se rindió y solo frunció más el ceño.
- ¿Jeon? No será bueno que salgas triste en la foto... - suplicó Park, esperando pacientemente el momento adecuado.
- Entonces no te lo quites para nada, ¿por qué estás tan apegado? – el moreno frunció el ceño, estudiando a su hyung por debajo de sus cejas, quien parecía estar muy divertido por el acoso del menor.
- ¡Vamos, Jeon, es tan sencillo! - suplicó Jimin.
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"Guarda la cámara, esto es estúpido", Jungkook se dio la vuelta y Park dejó caer las manos con expresión condenada, mirando al joven con disgusto.
"Bueno, está bien", Park escondió el teléfono en el fondo del profundo bolsillo de su sudadera y, hundiendo un poco las rodillas, se dejó caer en el suelo, abrazándose nerviosamente por los codos. Quería silbar, fumar y hacer todo lo posible para que Jeon prestara atención a su ira e indignación, para saber cómo había derribado al tipo con su obstinación.
- Qué travieso eres, ah. "Sabes, no me gusta que me fotografíen", se justificó Kook, apoyando el hombro contra la pared.
– ¿Esta foto era tan importante para ti? Me ves así todos los días. "Me quedaría con esta foto y te miraría", refunfuñó Jimin. "Quiero recordar cada pequeño detalle de ti". Cuanto más mire, mejor lo recordaré.
"¿Qué te impide mirarme así?" Por favor, ven y echa un vistazo. Yo también... "Moriré algún día... Y me ofrecerán llevarme una sola cosa al cielo", Jimin apoyó las palmas de las manos en el suelo, levantando la barbilla, "y no lo haré". Sé qué llevar, porque si tuviera tu fotografía, la habría llevado conmigo. Allí tampoco quiero olvidarte. Cualquiera, menos tú...
Jungkook parecía confundido, no sabía qué responder, por lo tanto, no encontró nada mejor que reír con fingida ofensa por parte del joven haciendo pucheros. Jeon se estiró con una amplia sonrisa y entrecerró los ojos, mirando la pared del fondo. El chico vio perfectamente cómo Park, como si pasara desapercibido para él, sacó su teléfono de su bolsillo, cómo tomó con seguridad una foto, otra, y luego casi dejó caer el dispositivo de sus manos, solo notando la mirada del moreno descendiendo repentinamente hacia a él.
Jungkook debería haberlo superado y sonreírle a la cámara al menos por este momento. Los ojos de Jimin se movían de un lado a otro, sus dedos entrelazados, apretando el teléfono en el que supuestamente estaba buscando algo... Incómodo. Pero si de repente sucedía algo, ya había algo con qué ir al cielo.
