Libro dos: Voluntad

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Corazón frágil

Todos miraban extrañado a Cristiano ¿Por qué? Apenas toco tierra y empezó a correr en todos lados en busca de Lionel Messi, era tanto su desespero que chocaba con las personas; por fin encontró a su amigo dialogando con Zidane acerca de los reportes que recibía por parte de Diego — ¡Leo! ¡Leo! Te traigo un mensaje importante — expresó agitado y atrajo la atención de Zidane de igual forma.

— ¿Qué pasa? Me estás asustando con esa mirada — respondió Lionel.

El portugués ni siquiera pudo hablar al ver una nave descender y notando como Antonella junto con Sergio iban bajando rápidamente siendo acompañados por otros dos chicos. En ese momento el argentino pudo sentir un gran escalofríos recorrer su espalda ¿Qué era lo que pasaba en ese momento? Rafael llegó segundos después con un telegrama igual de importante — Supongo que todos traen mensajes para, Leo. ¿Cierto? — y todos se miraban entre sí en espera que alguien empezara hablar.

— Me encontré con la madre de Javier y sí, sé que ya falleció, pero de una extraña manera pudo hacer contacto — expresó Ronaldo — Te envía un mensaje Leo, en estos momentos el mundo espiritual está en conflicto y es necesario tu presencia lo más pronto posible. —

— Eso nos ahorra muchas cosas. — interrumpió Antonella — Nos acompañan dos amigos de Pedro, mencionan que Piqué fue quién orquestó el ataque a Perú y fue su idea de crear esos muros clasistas. Inclusive mencionan sentir una energía extraña desde hace algunas noches, los espíritus de la región se muestran inquietos —

Y todos miraron a Rafael quién se mostraba silencioso en ese momento, el mexicano no tuvo más remedio que pasar una de sus manos por su cuello — Andrés me envió un telegrama... están atacando las playas del sur, y no es ningún espíritu. Guillermo ha enviado varias embarcaciones para capturar todas las tropas españolas por la fuerza, ninguno quiso irse por su propia voluntad. —

— Todo esto empezó cuando Guillermo mostró su poder — expresó Sergio algo curioso recibiendo la mirada asesina de Lionel y Rafael — No estoy culpándolo. Me refiero al punto de obtener ese poder y el mundo empezó a cambiar, cada acción que realicé la energía del mundo cambia de forma negativa ¿Y sí...? — soltó un largo suspiro ante lo que diría — ¿Y sí es manipulado por algo o alguien? No lo sé, es demasiada coincidencia —

— Podría ser una opción. Vayamos al portal que está en México, ustedes podrán ayudar a Andrés a luchar y yo iré al mundo espiritual. Rafael ¿Podrías acompañarme? Siendo sincero, no quiero ir solo... — expresó Lionel y sonrió de forma tranquila cuando el mexicano aceptó acompañarlo.

Y todos empezaron alistarse para salir rumbo a México.

Lionel solo podía mirar el cielo estrellado desde la ventana de la nave, tan sumido en sus pensamientos recordando como conoció a Guillermo. Sonrió con nostalgia ante su primera pelea, cuando fueron con los guerreros del sol en busca del significado del fuego y fue inevitable no creer que en ese momento Guillermo solo buscaba el cielo perdido de su vida, con una expresión de tristeza y sacrificio. Esas lágrimas sueltas de Ochoa cuando reencontró con su padre después de tantos años buscaban expiar sus pecados — Solo los cargas dolorosamente por siempre ¿Hasta cuándo Guille? —susurró al ver una estrella fugaz pasar y pidió un deseo.

En España Guillermo estaba sobre el tejado del palacio sintiendo como el aire revolvía sus cabellos y era acompañado por esos dos espíritus que jugaba entre sus ropas, no pudo evitar reírse. Sentía como su irritado corazón quemaba su cuerpo ¿Todavía esperaba algo del mundo realmente? Y en medio de esa noche sentía que olvidaba la razón por la que aún vivía, ansiaba gritar con todas sus fuerzas hasta quedar afónico — Si lo hago ¿Podrás oírme, Leo? — cerró los ojos por unos segundos cuando observó pasar una estrella fugaz.

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