Libro uno: fuego

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Reescribir: El trono de fuego

Parte 1

Joseph escuchaba como Carlo Ancelotti ordenaba buscar a otro nuevo heredero y sin importarle recibir la misma respuesta — No, ya suficiente ha pasado Guillermo y su padre viviendo en un exilio ¿Cuál es su pecado realmente, Carlo? Sus padres solo actuaron como dos personas en buscaban de su propia felicidad e inclusive Carles renuncio a todo para ser feliz pero aun así... — soltó un largo suspiro, mal miraba al italiano por unos largos segundos — Lo han tratado con la punta del pie junto a su verdadera familia ¡Han arrastrado a Iker a ese infierno! Por eso he decidido darles su lugar en la familia y autorizado su divorcio, vivirán sus propias vidas y al mismo tiempo servirán a la nación del fuego ¡Es hora de reescribir sus vidas! Y romperé esa cadena de odio autoimpuesto por mi padre. — y el salón se llenó de un gran silencio, Iker se quedó perplejo ante esa voz autoritaria e inclusive lloraba sintiéndose libre por fin.

Joseph Guardiola sabía perfectamente que el dolor y la tristeza provocado por sus antecesores jamás se podría borrar, pero no permitiría que el fuego en el corazón de su gente se apagara.

Carlo lo miraba con ira y salió del recinto insultando de mil formas esa débil forma de actuar ¿Cómo podría permitir que el pecado anduviera en el país? ¿Cómo alguien sin apellido real puede gobernar? Por eso jamás se retractaría de todas sus decisiones, como unirse a Gerard Piqué y crear un golpe de estado.

Javier miraba todo desde un pequeño espacio en el techo, sonreía emocionado y no dudó en seguir a Carlo, tan sigiloso como el viento. Entrecerró los ojos al llegar al bosque, mirando a ese trío rabiar ante esas palabras dichas por Joseph; regresó rápidamente con una noticia para Guillermo — Planean atacar hoy mismo está por llegar un ejército desde Barcelona... hicieron una convenió con el Bayern Múnich — explicó Javier.

Ochoa hizo un leve puchero y miró a Beckham quién solo sonrió — Al parecer tendremos que adelantar nuestro planes — respondió el británico. — No contábamos con ese escuadrón, demasiado peligrosos... los conocí cuando estuve en Londres hace algún tiempo. —

— ¿Alguno peligroso? — preguntó Pedro.

— Sí, Robert, Neuer y Müller. Son lo más fuertes, excelentes maestros fuegos. También tienen en sus filas algunos maestros aire, tierra y agua... pero en la gran mayoría son alemanes. Crean grandes estrategias y sin duda alguna han podido acoplarse entre sí —

— Bueno, no será ningún problema. ¿Debemos informar a Joseph? Lo preguntó porque será una invasión y cualquier error de ellos a nosotros nos podrá costar. — dijo Pedro.

Guillermo se quedó pensativo durante unos segundos y cerró los ojos tratando de idear algún plan de contingencia — No, dejaremos que hagan el trabajo principal por nosotros. Una vez que estén en posición de victoria, los detendremos... no será nada difícil, de eso me encargó yo. Solo quiero que mantengan seguro a mis padres y Lionel... en general a todos los que han sido leal al país — ordenó Ochoa.

— Pedro y yo iremos a revisar las salidas de emergencia por cualquier cosa — dijo Javier y ambos se retiraron de la biblioteca donde usualmente tenían sus reuniones durante el día.

Beckham miraba a su amigo un poco preocupado habían pasado algunos días desde su encuentro en el lago y notaba su distancia, pensaba tantas cosas lastimando más su corazón; entre sus miedos estaba el arrepentimiento de tener sus primeras experiencias con él y no con Lionel — Lo siento, Memo — se limitó a responder sorprendiendo al mexicano quién se volteó hacia a él.

— ¿Por qué? —

— Se que te arrepentiste de la noche en el lago, debí pensar más la situación. De seguro imaginabas tener tu primera vez con Lionel, en verdad yo... —

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