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Libro dos: Voluntad

Colores

Guillermo bostezaba mientras se estiraba en su hamaca y es que por momentos tenía leves dolores de cabeza, sus padres habían insistido en quedarse en la costa por algún tiempo alegrándose de tener el mar tan cerca ¿Por qué? Significaría vacaciones después de tanto, cerró los ojos al sentir esa brisa fresca revolver sus rizos y minutos después cayó dormido; Rafael observaba a su hijo desde la ventana mientras preparaba el almuerzo con toda la calma hasta que un fuerte abrazo le provocó sonreír emocionado — Hola guapo ¿Todo bien? — preguntó Carles.

— Sí, todo bien. Solo pensaba — respondió Rafael y se alejó un poco de su pareja para sostener su rostro entre sus manos, acercándose lentamente sin dejar de observarle — Estoy feliz de tenerlos junto a mí — finalizó con un beso suave y Carles lo abrazó por la cintura con un poco de fuerza, correspondiendo con emoción donde sus manos bajaron hasta el trasero de su mexicano apretándolo con fuerza.

Después de tanto años al fin tenía a su familia cerca de él.

Lionel Messi en esos momentos estaba aterrizando en Chichen Itzá y lo primero que hizo fue entregar su ofrenda a los aluxes, sonrió divertido cuando entre 8 cargaron la caja — Son algo extraños pero adorables — dijo Henry y ambos caminaron por el denso bosque en silencio, admirando como varios jaguares los miraban con curiosidad, tragaron saliva al sentir una fuerte energía acercarse a ellos hasta llegar al gran cenote.

Messi quedó boquiabierto ante la inmensidad del lugar y alzó la mirada notando el cielo llenarse de varias mariposas azules, bajo por las escaleras de madera para llegar a la orilla sonriendo emocionado al notar su reflejo en el agua cristalina — Desde aquí podrás conectarte con Kukulcán y hablar con él. — dijo Henry sonriente y palmeó la espalda del argentino con mucha confianza para después alejarse deseándole suerte.

Lionel soltó un suspiro y se sentó en la posición de meditación, regulando su respiración al ritmo de esas pequeñas ondas de aguas provocadas por los peces del cenote y su mente divagaba con la esperanza en sus manos tratando de luchar contras las olas mentales que algunas veces lo molestaban; cerró los ojos y unió sus manos en forma de rezó, el aire empezó a tornarse frío sintiendo como era envuelto — ¿Qué es lo que desea decirme, Dios Kukulcán? — preguntó el humano sin abrir los ojos.

— Puedes abrir tus ojos... — ordenó el Dios y Lionel obedeció quedando anonadado por ver aquellas plumas de colores, por un momento recordó su visita a los guerreros del sol — Es mi deber advertirte de un nuevo peligro avatar. Una gran revolución dará inicio y buscarán usar a los espíritus para sus guerras sin sentido, te he ayudado con aquel humano así que espero sea reciproco — explicó.

El avatar contuvo la respiración por unos segundos ante esas palabras y frunció el ceño — Me disculpó en nombre de la humanidad. Evitaré a toda costa que los espíritus sean usados como armas y de igual forma siempre te estaré agradecido por devolver a Guille con vida... aunque perdió su memoria. ¿Puedo saber el motivo? ¿Regresará sus recuerdos? —

— Sí, llevará tiempo, pero regresará todos sus recuerdos paulinamente... tuvimos que limpiar su alma por completo. Si no lo hacíamos seguiría siendo un contendor para cualquier espíritu oscuro — explicó y esta vez se transformó en un humano para estar frente a frente a Lionel — Varios países buscaran su propia independencia y han aceptado usar cualquier medio para ello, no les importara morir. Las murallas deben caer y la estabilidad gobernara por un largo tiempo, tendrás que tomar una decisión... ten en cuenta que podría cambiarte por completo para bien o mal. Medita todas tus decisiones, joven avatar — La serpiente miraba al humano algo dudoso tarde o temprano iba a enterarse — Le he quitado sus poderes a Guillermo, tiene un gran don y es para evitar que caiga en la oscuridad nuevamente... pero ante lo que vendrá, empiezo a creer que tal vez no fue una buena decisión — dijo de la nada y al notar las miles de preguntas prefirió ir directo al grano — Solo tú podrás regresarle sus poderes. — finalizó para luego desaparecer.