§1§

620 24 0
                                    

Abrí los ojos molesta, el sol me había dado en la cara y eso no era agradable. Con pereza me levanté chocando con una que otra cosa hasta a mí puerta y después llegar al comedor

—¿Qué haces aquí todavía?—como si fuera poco mi madre me vio con una expresión de reproche, oh ya empezamos bien el día. Nótese el sarcasmos

—Vivo aquí a no ser que ma hayas hechado y lo he olvidado—la miré con sueño—No ha pasado verdad

—Hoy es lunes. Tienes escuela

—Con razón empecé mal el día——dije despreocupada revolviéndome más el cabello. Donde mismo sentí un fuerte golpe—¿Por que fue eso?—la miré con las cejas fruncidas y segundos después tenía una mueca de dolor

—Te dije que tenías escuela y tú te quedas como si nada. Ve a arreglarte—bufé para subir a mi habitación y prepararme cuando bajé miré a mi madre quien tenía una sonrisa en la cara con la comida hecha

Ella es bipolar y Flash

Rodé los ojos y me senté en la mesa mientras mi madre se quejaba de que tengo un nido de pájaro en la cabeza. Ya me peinaría cuando llegará a la escuela, tuve que callarme cuando mi madre ya cogió el peine

—Buenos días—mi padre apareció bostezando—Retrocedí en el tiempo

—Ambos son igualitos—bufó mi madre haciendo una cola de caballo alta

—Los genes de un policía son dominantes—avisó el hombre sentandose a la mesa. Me levanté a dejar el plato y subí a lavarme la boca cuando me cepillaba escuché el grito de mi madre—¿Que demonios?—gritó mi padre y bajé a ver qué sucedía

Mis primogénitos miraban el reloj sabiendo por que fue el grito, llegamos tarde. Subí a mi cuarto y terminé de lavarme la boca, por el susto dejé caer el cepillo y por poco me ahogaba.

—Ya me voy

—Procura no hacer mucho ejercicio—me dijo mi padre y yo me hice oídos sordos para correr a la escuela

Llegué a esta con la respiración agitada apoyándome en la pared, ¿Por qué tuve que nacer con una enfermedad cardíaca?. Suspiré profundo para entrar a la escuela, caminé por los pasillos vacíos la hora de clases ya había empezado, le rezé al de arriba para que el profesor no haya llegado y mis plegarias funcionaron ya que el aula solo estaba llena de alumnos

Caminé hacia mi puesto hasta que me detuve al ver a mi compañera de clase Satsuki Momoi hacer una mueca preocupada no hacía falta preguntarle para saber que era pero bueno yo y mi corazón de pollo

—Momoi-san—la pelirrosa me miró—¿Sucede algo?

—Yukine-chan, todo está bien—levanté una ceja sin creerle—Es solo que... Dai-chan ya llega tarde. No va a los entrenamientos y me preocupa que tampoco venga a clases

—No crees que Aomine-kun ya está bastante mayorcito para saber lo que está mal y lo que no

—Si lo creo pero no puedo dejar de preocuparme es mi mejor amigo

—Entonces permíteme ayudarte—dije y me golpeé mentalmente ¿desde cuando soy tan servicial?. Ella me miró con una sonrisa—Deja que yo hable con él, verás como mañana vendrá a los entrenamientos

—¿En serio? Gracias—ella me abrazó mi expresión cambió a una de nervios

¿Donde me metí?

Cambié mi expresión cuando la pelirrosa se separó con una sonrisa y ambas nos sentaron en sus respectivas sillas. No presté atención a la clase por estar pensando en un plan

¿Cómo haría para que el gran Aomine Daiki, el mejor jugador de Basquetball en la escuela y también el más pervertido vaya a los entrenamientos?

¿Que ropa interior llevo puesta?

Pensé para levantar disimuladamente la falda, nadie me iba a ver estoy en la mesa al lado de la ventana y mi compañero de mesa quien es Aomine, vaya suerte (sarcasmo), no ha llegado. Asentí al ver el color y miré al pizarrón usaré sus cualidades en su contra

La campana sonó y me levanté rápidamente para ir al techo había acompañado una vez a Momoi porque ella se había perdido. Abrí la puerta y subí las escaleras y por suerte Aomine no estaba acostado con su usual revista porno, subí por completo quedándome en el borde mirando la escalera. Aunque estoy segura de que me cansaré mucho si él no llega. Prendí el micrófono y esperé

A los pocos minutos la puerta se abrió y vi al chico de piel morena caminar de manera perezosa hacia la escalera y subir. Cuando subió su cabeza sus ojos azules miraban algo en específico mi ropa interior

—Son azules

—No sabía que tenías tan buen ojo Aomine-kun—dije con una sonrisa falsa—Deberías de verlas más ya que son tu premio de consolación

—¿Eh? ¿Qué demonios dices?—esta vez miró mi cara con una mueca de enfado

—Te propongo una apuesta Aomine-kun—me agaché quedando más cerca de él—Juguemos un partido de Basketball, cinco canastas gana el tres a dos. El que pierde será el esclavo del otro ¿Y bien? Jugarás contra mí o tienes miedo de que te gané una chica

—Sabes a quién le estás proponiendo esa apuesta, nadie

—Si, si, solo tú puedes ganarte a ti mismo—dije interrumpiendolo—Frase más tonta no pudiste crear—si las mirada matarán Aomine ya me hubiera enterrado tres veces—Entonces aceptas o vas a descargar todas tus energías en esa revista porno

—Esta bien, será muy divertido tenerte de esclava. Haré de tu vida un infierno

—Que miedo—dije con sarcasmo para alejarme del borde—Anda sal que necesito bajar.  Nos veremos al atardecer en la cancha que está cerca de la escuela, no vienes y lo tomaré como victoria—el me miró fastidiado para subir por lo que yo bajé, cuando cerré la puerta me dejé caer. Que miedo pasé. Saqué el teléfono y apagué el micrófono—Ahora como demonios le voy a ganar a la estrella de Basquetball de Teiko y Too—me lamenté en un susurro, tenía miedo de caer en una crisis, pero ya hice la apuesta no podía negarme

Respiré profundo y me levanté, tenía que hacer los preparativos

Domando a la panteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora