Ya habíamos llegado al lugar donde se realizarán las preeliminares y todavía no había signos de Aomine. Estaba enojada, en un día importante se atrevía a faltar y lo peor que el primer juego era contra el Seirin
—Voy a dejar calva a esa pantera—dije molesta apretando mi puño con una mirada asesina al igual que el aura que me rodeaba
—Yo te ayudo—dijo Wakamatsu del mismo modo, Momoi se rió incómoda intentando llamar a la pantera holgazana e Imoyashi si se reía al parecer era bastante graciosa la escena de imaginarse a ambos quitándole los pelos a Aomine
Fuimos a los vestidores y Momoi de alejó intentando contactar con Aomine, la seguí y al parecer el moreno decidió coger su teléfono, le quité el teléfono a la de menor estatura para hablar yo
—Oye, Aomine. No me importa donde estés o que estés haciendo pero ven al estadio enseguida
—No creo que se pueda. A más tardar llegaré a mitad del juego—dijo desinteresado y afilé mi mirada
—Pues busca la forma de llegar antes. Es una orden y es de absoluto cumplimiento—ordené y lo escuché chasquear los dientes
—Está bien, veré la forma de llegar un poco antes—dicho eso colgué
—Perdona por haberte quitado el teléfono de la nada—le devolví el aparato
—No hay problema, estoy segura de que ahora se dará más prisa en llegar—asentí
—Creo que deberías prepararte. La mánager principal es la que puede estar con los chicos
—¿Qué harás tú?—preguntó caminado yo hice una mueca pero la convertí en sonrisa cuando ella se volteó a verme
—Simplemente me quedaré en los vestidores o entre la multitud, no te preocupes—ella asintió para correr hacia los vestidores, yo caminé a paso lento y cuando entré a los vestidores ya no había nadie
Me senté en uno de los bancos mirando el techo. Se suponía que debería estar en el hospital pero le había pedido al doctor que me diera unos días hasta que al menos se acabara este campeonato. Él aceptó a regañadientes pero me advirtió que ante cualquier síntoma no podía negarme a quedarme en el hospital
Suspiré cansada para llevar mi mirada a mi bolso estaba bastante ocupado por tres envases de limones con miel que había preparado y a un lado el calendario para Aomine. Ahora que lo recuerdo ¿Cómo debería terminar nuestra apuesta? ¿Se lo digo a la cara? ¿Le mando un mensaje? O ¿No le digo nada?. Bajé mi cabeza, por alguna extraña razón me duele el pecho al imaginarme que Aomine y yo no volveremos a juntarnos como estamos en estos momentos
Seguí absorta en mis pensamientos y me sobresalté al sentir una gran mano en mi mejilla, miré hacia arriba encontrándome con la cara de Aomine, el achicó los ojos y se agachó quedando casi a la misma altura
—¿Qué tienes?—preguntó y yo me sonrojé—Tienes una mirada de lástima, no me gusta esa cara—mi sonrojo desapareció al instante y lo miré molesta. Él sonrió—Bien esa mirada me gusta más
—Quita—le golpeé la mano y este se quejó falsamente es obvio que no le dolió—¿Cuándo llegaste?
—Antes de que se acabará el primer tiempo—dijo levantándose mirando a la puerta hice lo mismo y todo el equipo estaba allí
—Ryo, ¿los trajiste?—preguntó el moreno y Sakurai sacó unos limones con miel bien elaborados
—Si—cogió uno
—Estos son deliciosos—me subí a un banco para ponerme de puntillas, coger con fuerza el cabello de Aomine que tenía cerca de la nuca acercándolo
—Oye tú no tienes derecho—el me miró con una mueca de molestia—Te atreves a llegar tarde, estoy segura que entraste al juego sin haber calentado y ahora le piensas quitar el refrigerio a Sakurai ¿y quieres que siga?—lo miré molesta y ví como sus piernas temblaban debe ser porque lo tengo en una posición incómoda pero a mí que más me da
—Yukine-san tienes razón—gritó Wakamatsu comiendo los limones
—Wakamatsu-san no le quite la comida a Sakurai—le ordené sin mirarlo pero estoy segura de que tembló. Solté a Aomine y me bajé del banco
—Oye ¿eres sádica?—preguntó el moreno acariciándose la nuca
—No más que tú
—No te lo comas todo—se quejó el capitán a Wakamatsu
—Todo está bien, yo también preparé algunos—dijo Momoi feliz, yo tragué saliva fuertemente
—Oh, gracias—cuando Momoi abrió la tapa mostró unos limones enteros con algo que no parecía miel—Sakurai, ¿Ya no hay?
—Perdón, no queda nada
—Bueno entonces me toca a mí—dije para sacar los envases y los dejé en un banco para quitarle las tapas—Si sobra algo pueden darselo a los de Seirin
—Yukine-chan eres la mejor. Cásate conmigo—rodé los ojos cuando Imayoshi-senpai me abrazó, pero este se separó rápidamente o mejor dicho lo separaron y yo pasé de los brazos de Senpai a los de Aomine bufé al sentir como el chico reforzaba su agarre en mi cintura pegando mi espalda a su pecho
—Deja de actuar como un animal y ponte a calentar—le dije jalando un mechón de su corto cabello este bufó y me soltó para hacer lo que dije
A los pocos minutos llegó el entrenador
—Vamos, es muy temprano para relajarse. Hablemos de la segunda mitad—dijo el entrenador
—Yo paso
—¡Aomine bastardo, espera!—gritó Wakamatsu molesto
—Haré todos mis tiros en el próximo cuarto...con eso debe bastar ¿no?—respondió con una sonrisa
—Siempre que lo entiendas, asegúrate de calentar—respondió el entrenador
—Si—abrió la puerta para irse y Momoi fue detrás de él
—Yukine—miré al entrenador—Ve con ellos—asentí para ir detrás de ellos. Me escondía detrás de una pared cuando ellos se detuvieron ya era de noche y la luz de la luna se filtraba por los cristales del techo
—¡He tenido suficiente! ¡No puedo creer que llegarás tarde! ¿Que crees que estás haciendo?—se quejó la pelirrosada mientras el chico se estiraba—¡Estamos jugando contra el equipo de Tetsu-kun! En la segunda mitad, es mejor que...
—Cállate. Ya lo sé—la interrumpió—Me siento mal por lo que hice. Los subestimé un poco... Tenía que haber llegado antes. Además recibí un buen regaño por parte de Yukine—me sonrojé al escuchar mi nombre—Nadie me había hecho frente así
—Eso es porque Yukine-chan es especial
—Si, gracias a ella ahora tengo que vivir con ojos en la espalda para que no queme mis revistas—me tapé la boca para no reír—Pero al menos esto se acabará pronto y dejaremos de ser esclavo-dueño
Me quedé paralizada Aomine ya tiene decidido que voy a dejarlo ir. Era de esperarse, es muy molesto tener que soportar a alguien tan recta como yo cuando su estilo de vida es muy distinto al mío. Pero lo que me entristece es que lo dice como si nada, como si cada momento que pasamos juntos no significó nada
Que tonta soy, me hice ilusiones sin ni siquiera pensar en cómo se sentiría Aomine. Corrí hacia los vestidores para recoger mi bolso
—Yukine-chan ¿Estás bien?—me detuve cuando Imayoshi terminó de preguntar, saqué el calendario y se lo entregué
—Déselo a Aomine cuando termine el juego. Será su recompensa—el pelinegro lo cogió confundido—Debo irme
Sin dejarlos hablar salí de los vestidores. Era lo mejor, si dejaba que me detuvieran me preguntarían que pasaba y no quería hablar
No quería decir
—Que me gusta Aomine—susurré deteniéndome en una de las esquinas de la calle, había corrido y sentía que me estaba muriendo. Saqué mi teléfono y marqué el número del doctor. Debía de alejarme rápidamente
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Domando a la pantera
FanficAomine Daiki x Oc Quién diría que por una apuesta podría encontrar el amor y de una enfermedad el soporte que nunca tuve Pero nunca esperé que sea Aomine Daiki, aunque no me arrepiento