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—Entonces tu eres la famosa Yukine—comentó la mujer con una sonrisa, su piel era igual a la de su hijo

—En serio, espero que sean cosas buenas—dije devolviéndole la sonrisa

—Claro que no—susurró Aomine sentado a mi lado, lo pisoteé debajo de la mesa haciendo que haga una mueca de dolor y después me vea enojado

—Por supuesto, Satsuki-chan siempre habla maravillas de tí—habló está vez el hombre con una sonrisa, Aomine sacó su cabello y ojos. Me avergoncé haciendo que me sonroje un poco aunque no entiendo la situación

Desde que los mayores vieron nuestro teatro simplemente entraron a la casa invitándonos a pasar y cuando lo hicimos la mesa estaba cervida y Momoi sentada junto a ellos, cuando nos sentamos por alguna razón la madre de Aomine decidió comenzar una conversación

¿De quién habrá sacado el mal genio Aomine?

Ambos adultos parecían buenas personas, se veía el amor incondicional que se tenían y le tenían a su hijo. Miré a Aomine buscando características similares a las de ellos que no sean física

—¿Tengo mierda en la cara o qué?—me preguntó y escuché como su madre escupía el agua

—No, solo veo el resultado de la combinación de los genes de tus padres—él levantó una ceja

—¿Y?

—Me gusta el resultado—pude ver como sobresaltó y un leve sonrojo para desviar su cara. Sonreí burlona—Vaya, ¿te avergonzaste?

—Por supuesto que no, plana

—Volvimos a los sobrenombres—Momoi estalló en risas llamando nuestra atención

—Lo siento—pidió recobrando el aire—Tío, tía la comida estuvo deliciosa pero ahora debemos ir a estudiar—miré a los mayores quienes tenían una sonrisa plasmada en su rostro

—Lo comprendemos—habló la mujer para mirar a su hijo—Deberías de limpiar tu cuarto antes de eso

—Si les molesta el desorden, que se vayan—dijo desinteresado el chico

—No se preocupe, no creo encontrar cosas que ya no haya visto—dije mirándolo con una sonrisa pero podía ver como de asustó ante eso—Entonces, si nos disculpan—me levanté de la mesa seguida de Momoi, Aomine de quedó sentado por lo que lo agarre por la parte de atrás del cuello de su ropa y lo intentaba arrastrar—Aomine—sentí la mirada de la familia sobre mi—Daiki, muévete

El chico bufó para levantarse, lo solté y lo seguí. Él entró en su habitación y antes de que la puerta de cerrará me interpuse en ella y miré con una mueca el lugar. Todo estaba regado revistas porno, toallas desechables y ropas tiradas por el suelo, la cama desordenada con una pelota de Basquetball en el centro

—Yukine-chan siéntate aquí—Momoi estaba sentada en el suelo con una mesa y palmeaba a su lado donde no había ropa o algo tirado

—Momoi-san, podrías salir un momento—pedí y ella sin entender asintió. Se levantó y salió cerré la puerta quedando sola con Aomine, con una mirada sin expresión me cruzé de brazos apoyada en la puerta—Ao-mi-ne—vi al chico temblar—Recoge todo este basurero—él me frunció el ceño—Es una orden

—Pues no lo voy a hacer, ya no tienes tú videíto para extorsionarme—habló burlón y cogí mi teléfono para mandarle el vídeo. Él lo abrió sin entender y después de unos segundos me miró

—Deberías de aprender que las cosas valiosas deben ser guardadas meticulosamente—sonreí macábramente para tirarle una foto—Cada vez me dejas el camino libre Aomine. Entonces recogerás este basurero ¿verdad?—el chasqueó los dientes para asentir—Por cierto—caminé un poco hasta quedar en el hueco entre la mesa y la cama—Quiero que apiles todas tus revistas en donde estoy, sin excepción de ninguna—me acerqué a la puerta—Te daré unos minutos, esmérate—le dije para salir y encontrarme con Momoi—Esta algo ocupado, vamos a ayudar con lo que ensuciamos—ella asintió y bajamos a ayudar a la pareja

La madre de Aomine me pregunta cosas sin sentido de vez en cuando, como cuando era mi cumpleaños, mi comida favorita y cosas así. Cuando terminamos subimos a ver a Aomine y al parecer si me escuchó la habitación estaba acomodada y todas sus revistas estaban apiladas en un lugar

—Dai-chan tu habitación parece brillar—dijo bromista la pelirrosa y el mencionado gruñó. Preparamos las cosas para estudiar y yo me senté en la pila de entrevistas, vaya son muchas

—Oye bájate de ahí, vas a estropearlas

—Aomine siéntate—ordené—Tu no tendrás tus entrevistas de regreso hasta que puedas entender varias materias

—Eso es imposible—me dijo con una mueca y yo sonreí confiada

—Tengo toda la noche—respondí con una sonrisa

Y así comenzamos a estudiar, Momoi entendía y le ponía diversión y atención a las cosas mientras que Aomine simplemente hacía lo que le diera la gana y no prestaba atención. Hubo un momento en el que Momoi tuvo que ir al baño por lo que aproveché ese momento para acercarme a Aomine cogerlo de la barbilla y hacer que me mirara

—No estás prestando atención—le reclamé y el se quedó mirándome por unos segundos

—No lo necesito—sentí su aliento caliente cerca de mi rostro dándome cuenta que tan cerca

—Sabes que no puedes jugar si tienes malas calificaciones—apoyé mi mejilla en mi hombro—Así que Aomine, si no quieres no le prestes atención a la materia, presta atención a lo que salga de mis labios—llevé mis dedos de la mano libre a mis labios, Aomine miró estos embobado—¿Puedes hacer eso?—el tragó saliva y asintió sin dejar de mirar mis labios, por curiosidad miré los suyos ¿Que se sentiría besarlos?

—Ya he vuelto—exclamó Momoi abriendo la puerta. Me separé rápidamente de Aomine para volver a sentarme sobre las revistas mirando la canasta en la pared—¿Que estaban haciendo?

—Nada—respondí con una sonrisa nerviosa, sentía mi cara caliente. Como era posible que se me pasará por la cabeza besar a Aomine, jajaja las hormonas de los adolescentes. Momoi parecía no creerme

Ayúdame Aomine

El mencionado estaba  mirando una libreta como si fuera la cosa más importante del mundo

Cobarde

—No importa. Sigamos un poco más y vayamos a mi casa—dijo la pelirrosada y yo asentí frenéticamente

Después de unas horas terminamos, Aomine pudo entender un poco estaba satisfecha con eso. Ahora mi problema era como dormir sin dolores o falta de aire porque unas horas después de caer dormida volví a despertarme por culpa de estos asustando a Momoi

—Yukine-chan ¿Que sucede?—ella se levantó de la cama y se agachó acercándose a verme

—Momoi, en mi bolso... Hay unas pastillas—dije de manera entrecortada ella asintió y corrió hacia mi bolso para sacar las pastillas y tendermelas, llenó un vaso de agua de una jarra que tenía y me lo tendió

—¿Qué es lo que tienes?—preguntó un poco más calmada después de unos minutos cuando la medicina ya estaba haciendo efecto

—Por favor no se lo digas a nadie. Desde pequeña nací con un problema en el corazón, en un tiempo será mi cirugía. Me harán un trasplante debido a que he empeorado desde que aposté contra Aomine en un juego de Basquetball

—¿Aomine y tú jugaron?

—La historia es algo larga

Domando a la panteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora