🌺Frères jaloux🌺

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CAPÍTULO EXTRA-CURSI

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CAPÍTULO EXTRA-CURSI

Apolo

Horas antes

Las luces de la enfermería brillaban con una intensidad que normalmente habría encontrado reconfortante, pero hoy sólo servían para resaltar la palidez del rostro de Cordelia. Me encontraba al pie de su cama, incapaz de apartar la mirada de su delicada figura. La desesperación me envolvía, una sensación que rara vez experimentaba, pero que ahora se apoderaba de mí sin piedad.

Percy, su hermano menor, se mantenía cerca, con el ceño fruncido y los puños apretados. Había en sus ojos una mezcla de preocupación y desafío que me recordaba cuán frágiles y, al mismo tiempo, cuán fuertes podían ser los mortales. Tritón, por otro lado, estaba de pie al otro lado de la cama de Cordelia, su postura rígida y su mirada de advertencia claramente dirigidas hacia mí. La tensión en la habitación era palpable, y sabía que ambos hermanos me consideraban con recelo.

Cordelia estaba inmóvil, su respiración apenas perceptible. Mi mente, normalmente un bastión de serenidad y lógica, se encontraba en caos. La preocupación por ella me consumía, y el miedo, una emoción casi ajena para un dios como yo, se instalaba en lo más profundo de mi ser.

- ¿Cómo está? - logré preguntar, mi voz temblando más de lo que me habría gustado admitir.

Percy me lanzó una mirada fría antes de responder: 

- Los sanadores están haciendo todo lo que pueden. No necesitan que estés aquí, Apolo.

El uso de mi nombre, sin ningún título, era una clara señal de su desdén. Comprendía su posición; para ellos, yo era un dios, una figura distante e inalcanzable que ahora parecía demasiado cercana para su gusto.

Tritón dio un paso adelante, interponiéndose entre mí y la cama de Cordelia: 

- Mi pequeña reina es fuerte. No necesita la ayuda de un dios que apenas la conoce.

Sus palabras eran como dagas, y aunque sabía que provenían de un lugar de amor y protección, me dolían profundamente. Mi corazón latía con una fuerza inusual, y la desesperación que sentía se intensificaba.

-Deseo ayudar -dije suavemente, casi como un ruego-. Cordelia significa más para mí de lo que pueden imaginar. Si hay algo, cualquier cosa que pueda hacer...

Percy bufó, cruzando los brazos sobre el pecho: 

- ¿Y qué sabes tú del amor y la preocupación? Eres un dios. Para ti, nosotros no somos más que meros mortales.

Antes de que pudiera responder, Cordelia se movió ligeramente en la cama, soltando un suave gemido. Todos nosotros nos inclinamos hacia adelante, nuestro enfoque completamente en ella. Su dolor era palpable, y en ese momento, la divinidad que poseía parecía insignificante frente al sufrimiento que ella experimentaba.

Reina del OcéanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora