🌺Arrivant au campement🌺

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Poseidón realmente no quería irse y romper el corazón de su princesa, pero con el nacimiento de su hermano, Zeus ya no soportaría sus tontas excusas para quedarse mas tiempo con sus hijos.

Nada lo llenaba mas que el escuchar a su hija decirle papá, pero no podía quedarse mas tiempo, durante cuatro años había roto las reglas y no podía permitirse mas de tiempo con sus hijos.

- Papá está aquí, mi pequeña ninfa - le decía el dios a la niña que cargaba en brazos, esta tenia lágrimas en sus pequeños ojos, las cueles intentaba limpiar con cariño el dios - Siempre estará aquí.

- ¿Lo juras por el mar? - hipaba la pequeña Cordelia, realmente no entendía porque su papi tenia que dejarla.

- Lo juro por el mar, princesa - dijo mientras la recostaba en su cama. El dios contenía sus lágrimas pues no quería llorar frente a su hija, no sabía en cuanto tiempo podría volver a verla y eso lo estaba destrozando, pero no podía permitirse derrumbarse ahora, debía ser fuerte, pues, aun debía despedirse de Percy, él bebe de apenas unos meses que amaba que lo llevara en brazos y reía por todo.

Sus hijos serian poderosos de eso estaba seguro, solo bastaba ver como el mar respondía a sus emociones. Como la vez que Cordelia quería mojarse bajo la lluvia, pero ese día no cayó ni una gota de agua y al llorar la niña comenzó una tormenta que apenas pudo controlar.

- ¿Papá? 

Poseidón se giró hacia la voz que lo llamaba, encontrando a su hija con su pijama de unicornios, el cabello revuelto y sus espantosas pantuflas de delfín.

- ¿Puedes cantarme una canción? Eh tenido una pesadilla - dijo la niña con el rostro escondido en la pierna de su padre.

- Claro que sí, mi amor - hablo tomándola en brazos para llevarla de vuelta a la cama, donde la acurruco nuevamente, pero esta vez se recostó a su lado mientras acariciaba su cabello y tarareaba una pequeña canción

- En las olas danzantes, bajo el cielo azul, mi hija de las aguas, mi niña, mi luz. Con cabellos de algas y ojos de mar, te canto, Poseidón, con amor sin par.

Oh, hija de las olas, nacida en la espuma, tu voz es el susurro de las corrientes brumas. Eres la melodía que el viento lleva al viento, mi pequeña sirena, mi eterno sentimiento.

En tu piel de coral, en tus brazos de espuma, guardas secretos antiguos, historias de la bruma. Las ballenas te escuchan, los delfines te siguen, y en tus ojos salinos, los naufragios reviven.

Oh, hija de las olas, nacida en la espuma, tu voz es el susurro de las corrientes brumas. Eres la melodía que el viento lleva al viento, mi pequeña sirena, mi eterno sentimiento.

En las profundidades, donde el sol no llega, te abrazo, mi tesoro, en la noche etérea. Las estrellas se reflejan en tus ojos de abismo, y en tus brazos de espuma, encuentro mi bautismo.

Reina del OcéanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora