Capítulo 24

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 Derek cumplió con su palabra, ya paso una semana desde que él salió hecho una furia por la puerta de mi nueva habitación

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Derek cumplió con su palabra, ya paso una semana desde que él salió hecho una furia por la puerta de mi nueva habitación. Por un lado, estaba aliviada de no haberlo visto, aunque Derek siempre encuentra la manera de fastidiarme y volverme loca con sus estúpidas ideas.

       A la mañana siguiente de nuestra charla y que el muy idiota se fuera furioso de aquí, entraron por la puerta tres chicas increíblemente jóvenes. Se presentó cada una y me informaron de que tenían órdenes de acompañarme y ayudarme en todo lo que hiciera de aquí en adelante; me sentía una prisionera en una lujosa prisión.

Nunca pensé que se lo tomarían tan enserio con la parte de ayudarme en ''absolutamente'' todo. cada que me movía tenía una de las tres hermanas al lado mío, no podía moverme con libertad en mi propia recamara ¡Me estaba volviendo loca! ni siquiera me dejaban bañarme sola. Sus tareas involucraban bañarme, peinarme, vestirme y todo lo que conlleva ser una persona normal... me sentía una muñeca de porcelana.

Con todo lo que me había pasado desde que mi mate volvió a aparecer en mi vida deseaba estar sola, pero Julieta, julia y jane no conocían el significado del espacio personal o la privacidad. Ya había llegado al punto más bajo de estar deprimida, no era agradable sentirme de esta manera. Deseaba, aunque sea unos segundos para estar a solas con mis pensamientos.

Pasaba mis tardes sentada en el sofá mirando por la ventana ignorando a las tres hermanas que estaban demasiado atentas a mi ser. Sabía que, si me largaba a llorar o hacia algún ademan de estar triste, se abalanzarían sobre mi haciéndome preguntas estúpidas sobre cómo me sentía, si estaba bien o si necesitaba algo.

''Estúpido Derek, te odio por meterme en situaciones así''

-Señorita ¿Se encuentra bien? - La voz de julia me saco de mis pensamientos interrumpiendo mis próximos insultos al señor asno que es su Alfa. Dirijo mi mirada a julia, su pelo rubio, sus ojos verdes y su sonrisa. Ella es como una maldita chispa de felicidad en mi legumbre vida. Le hago una seña afirmativa y ella se aleja. En la esquina contraria de la habitación escucho a Julieta y jane murmurando.

- ¿Por qué crees que se comporta así la señorita Allison? - la voz de Julieta es fría al igual que sus ojos color gris.

-Shh- la calla jane. - Puede escucharte, no seas descortés. - Jane es la que más me agrada, su pelo oscuro, su tez ligeramente bronceada y sus ojos ámbar me hacen recordar a Camille, es raro revivir el recuerdo de Camille en una chica mucho más joven. Pese a que hable muy poco con ella sé que su carácter no es nada similar con el de mi amiga, la extraño y estar aquí no ayuda a mi melancolía. Quería salir de aquí, irme lo más lejos que me permitieran mis piernas y no volver jamás; aunque sabía de sobra que no iba a ser posible.

Cada tarde escuchaba como las tres hermanas susurraban y hablaban de mi como si yo no estuviera ahí, me miraban con lastima y tristeza. Me estaba cansando de toda esta situación, la pierna había mejorado un poco, aunque mi mayor preocupación eran los moretones, no se iban. Supongo que el falso Derek es una criatura muy diferente y por ello mis heridas tardan en sanar.

Allison y el AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora