Después de no sé cuántas botellas de alcohol variado pude lograr sentir un leve mareo. Este no era tan fuerte como quisiera que fuera, pero logra calmar un poco la tormenta melancólica que se alberga en lo más profundo de mi corazón; la verdad es que no se cuanto tiempo pasó desde que mi vida se fue al mismísimo demonio, aunque se que fue mucho tiempo. No logro sacar de mi mente la mirada junto con las palabras de Susan, ni mucho menos que la mayor escoria de mi vida alias Derek está en la misma ciudad que yo.
Siento como mis párpados se cierran, aunque se de sobra que no es por el alcohol ya que mi lado lobo se encarga de limpiar mi organismo. En estos momentos me gustaría estar en el bar de la manada, sus bebidas si me harían olvidar toda esta situación. El no dormir por mucho tiempo si está haciendo mella en mí, JODER se que si duermo tendré pesadillas así que prefiero evitarlo, lleno el vaso una vez más y sin pensarlo me lo bebo.
El alcohol quema mi garganta y calma ese sentimiento perpetuo de ansiedad que me acompaña desde que llegué a casa, las paredes adornadas de cuadros que alguna vez pinte y fotos con Susi me provocan un sentimiento de agonía.-¿¡PORQUE!? ¿porque todo en mi vida lo echó a perder?- él suspiró qué sale de mi boca está cargado de frustración y una horrible fragancia a estiércol y alcohol que tiempo atrás me hubiese avergonzado. Para luego ir corriendo al baño a lavarme los dientes y tratar de evitar las las burlas graciosas que solo Susan sabe hacer.
El sofá se torna un tanto duro donde estoy sentada así que me acuesto para divagar en mis recuerdos una vez más.▶▶▶◀◀◀
Sentía el crepitar de las hojas y ramitas bajo mis pies descalzos; la fría brisa nocturna jugaba con mis cabellos, desordenandolos y haciéndome cosquillas en las mejillas.
Me encontraba siguiendo un sendero desconocido, no me podía detener por más que quisiera. Mi cuerpo estaba en algo parecido a piloto automático y a medida que avanzaba por el bosque la niebla se hacía más y más espesa haciendo más difícil ver por dónde iba. La noche que en un principio era tranquila se empezó a tornar más violenta, la brisa ya no me hacía cosquillas si no que me azotaba como queriendo sacarme volando, las hojas que antes amortiguaban mis pisadas ahora salían disparadas quedando solo las ramitas y las piedras que se clavaban en mis pies haciéndome daño, la niebla cubría todo, y su humedad me causaba escalofríos en la silenciosa noche.
Al mirar un costado la niebla se disipa dejando a la vista el cuerpo de una chica, mis ojos se abren y contengo el aliento. La chica estaba partida a la mitad y me miraba con sus ojos vacíos, carentes de vida. No podía dejar de ver la escena y poco a poco la niebla lo cubrió todo para luego reemplazarla por otra.
Una niña de ropas coloridas estaba llorando mientras que una chica alta y elegante se reía cruelmente con sus amigas.
-¿Porque lloras? si tu la mataste- le decía la chica alta.
-no, no lo hice- susurre al mismo tiempo que la niña de ropas coloridas.
Los ojos se me llenaron de lágrimas, sabía lo que venía y me tape los oídos justo cuando la chica alta empezaba a gritar. Los gritos me perforaban los oídos a pesar de tenerlos cubiertos.
-¡ERES UNA ASESINA! NADIE TE QUIERE, ACABASTE DE MATAR A TU ÚNICA AMIGA, ES POR ESO QUE NADIE JAMÁS...
-Será tu amiga- termine la frase con un sollozo.
La niebla aparecía y desaparecía revelando mis peores recuerdos, atormentandome, torturandome...Sentía el martilleo de mi corazón haciéndose más y más fuerte, hasta el punto de dolerme. Ya no podía más.
-¡BASTA! ¡BASTA! ¡BASTA!- grité sintiendo como la garganta me dolía hasta el punto que desperté.
Me quedé un rato sentada en el sofá tratando de controlar mi respiración que hacía que mi pecho subiera y bajara con violencia. Como eso no funcionó me levanté y fui al baño, prendí la luz y fui hasta el lavabo. El agua fría se llevaba mis lágrimas secas junto con el sudor que adoraba mi frente.Levanté la vista para ver mi reflejo en el espejo.
Todo en mí gritaba desastre. Mi piel estaba pálida, mi cabellos estaban desordenado y bajo mis ojos cafés se podían ver dos líneas gruesas de color violeta con tonos verdes resaltando más el tormento de mis ojos."Doy Ascó"
Desvíe la mirada cuando note que baje unos cuantos kilos, sin duda eso es malo y pensar que si Susan estuviera aquí ya me hubiese hecho subir de peso. Volví al sofá y levante de la mesa ratona la botella de Vodka, estaba a punto de beber su contenido cuando unos golpes fuertes aporrean mi puerta de entrada.
-Señor Anderson su gato no está aquí- gritó pero los golpes siguen. Me levanto de mala manera dejando la botella donde estaba y voy hasta la puerta.
-Santo cielo señor Anderson ya le dije que su gato...
Al abrir la puerta me quedo con la boca abierta, del otro lado de la puerta se encuentra parado un chico alto de 1.70, vestido de jeans azules, remera blanca y campera negra de cuero haciendo juego con su pelo negro y sus ojos grises.
-Que su gato no está aquí...- termina la frase con esa sonrisa juguetona tan característica suya.
Me quedo sin palabras por la sorpresa.
ESTÁS LEYENDO
Allison y el Alfa
مستذئبTodo comenzó esa noche de lluvia en donde por ver algo que no debía fui desterrada de mi manada, ese lugar que fue mi hogar de pequeña, donde fui rechazada por mi mate por ser una simple humana, en donde mi familia me dio la espalda y mi hermana se...