Adara
Tú y yo paranormal, ahora ambos somos eso, unidos por aquel lazo sobrenatural. La energía que fluye desde el fondo de mi ser está presente, solo me queda una cosa por hacer. Detener a Tempest.
Todo comenzó con un sueño, unos ojos rojos observándome en el callejón, llovía a cántaros, y ahí estaba ella, esperando a que cometiera algún error, aguardando para cruzar al mundo de los vivos.
Tengo que enfrentarme a Tempest, esta es mi batalla.
Me beso de manera ferviente con Cainán, entonces una imagen de mí, sangrando, aparece en mi mente. Me he dado cuenta de que lo hace a propósito, quiere perturbarme, pero no va a ocurrir.
Cuando hablé con Akil, estaba asustada, pero la verdad, sé exactamente qué hacer. No debo temer, este es mi destino. No va a confundirme más. Tomo con fuerza el collar en mi cuello, el cual brilla, luego alejo un poco mi boca del demonio.
—Tú y yo paranormal —repito sus palabras en un murmuro.
Nos observamos de manera profunda y él sonríe otra vez.
—¿Tienes algo más que decirme?
Percibe mis pensamientos, mis sensaciones, una de ellas es temor. Lo sabe, es el momento, es hora de advertirle.
—¿Crees en las premoniciones? —utilizo la pregunta con la que nos conocimos—. Yo ahora sí, así que sé que voy a ganar y me irás a buscar.
Alza ambas cejas.
—Adara...
Me suelto y mis pies tocan el suelo, pongo mi mano en su boca.
—¿Listo? —pregunto.
Me mira extrañado, aun así, sé que lo entendió.
—Claro.
Lo rodeo para irme, luego comienzo a correr. Observo un segundo hacia atrás, nuestras miradas se cruzan. Tarda muy poco en seguirme.
«¿Qué crees que haces?», escucho su voz en mi cabeza, por primera vez desde que ha cruzado y en esta ocasión, ni siquiera usa mi nombre, solo me cuestiona.
Vuelvo a donde todo empezó: El callejón.
Una vez que estoy allí, me detengo, dejo de correr. Visualizo un portal. Está comenzando a llover, mi cabello se empapa. Camino despacio y trago saliva al detenerme justo ahí. Mantengo presionado con fuerza el collar.
—Tempest, te invoco.
«¡Ja! Te condenaste sola».
—No voy a huir, no me perseguirás más. No permitiré que me atormentes de nuevo. Dejaremos de estar conectadas, te lo juro.
—¡Adara! —grita Cainán al llegar.
Me giro a observarlo, mientras mis cabellos se mueven, por el viento. Escucho un rugido, entonces una enorme garra sale del portal y me atrapa, introduciéndome dentro. Del otro lado, me encuentro con la enorme Tempest, la cual, se ríe por mi supuesta insensatez, pero yo sonrío. Al fin estoy aquí, así que puedo destruir el collar que sostenía desde que salí corriendo.
—Desde este lado puedo desconectarme contigo, ya que nunca me lo puse en el mundo de los vivos. —Lo rompo y me suelta al sentir la desconexión.
Grita desequilibrada al revelar su pequeño secretito. Hablando con Akil, pude entender cómo es que estuvimos conectadas todo este tiempo. Las veces que mi lado demonio se impulsó, mi paralela estuvo activa en el infierno, entonces Tempest aprovechó para conectarse con el collar. Ahora, aquel artilugio, ya no existe, no puede controlarme.
—¡¡Maldita, me arruinaste, pero te quedarás aquí para siempre!! —proclama a modo de venganza.
—Ya es demasiado tarde para ti, siglos tarde.
Comienzo a correr en dirección al portal, entonces veo la mano de Cainán, así que la tomo, rápidamente. Cruzo, luego él se encarga de cerrar la invocación. La luz se apaga y quedamos solos en el callejón. Sonrío, así que lo abrazo mientras nos mojamos por la incesante lluvia.
—Te dije que vendrías.
—Vas a infartar a B —aclara y me río.
—Era algo que debía hacer, ¿o preferías a Tempest?
—Eso jamás. —Me agarra de las mejillas, entonces me besa y le correspondo—. Solo hay una Adara, la única que hace mi corazón vibrar.
—Un demonio diciendo eso, debe ser muy humillante —me burlo.
—Lo es, pero estamos en un callejón y nadie puede vernos. Además, tuve tu corazón entre mis garras. —Literal—. Por lo tanto, la humillación se reduce de manera considerable, casi lo pude saborear.
—Qué bueno que no lo hiciste, pues sino no podríamos estar juntos ahora, señor paranormal.
—Tú y yo paranormal —me corrige.
Inclino un poco la cabeza.
—¿Será nuestra frase ahora?
—Siempre.
Me gusta esta premonición. No soy bruja, pero creo que profeticé de muy buena manera los acontecimientos. Nos volvemos a besar de forma intensa. Sé que habrá más, con muchísima profundidad. Es como un presagio de amor que demuestra que todo estará bien. Ni idea de qué cosas paranormales ocurrirán en el futuro, pero, en definitiva, estoy segura, que ahora las podré enfrentar.
—¿De verdad B casi se infarta? —cuestiono, mientras nos comenzamos a alejar de la escena del crimen.
Cainán rodea su brazo alrededor de mi cuello.
—Nah, yo jamás. —Es su tono.
Enarco una ceja.
—Claro —expreso con sarcasmo.
—¡¡De verdad!!
Me alejo de él, entonces avanzo entre los charcos que dejó la lluvia, luego me giro a mirarlo y le sonrío.
—Asumo que es otro misterio que la detective Kyleth deberá descubrir.
Él se cruza de brazos, pero cambia de actitud, entonces me regala otra sonrisa, mientras yo miro al cielo como caen las gotas de lluvia.
Supongo que ya no estamos solos. Mamá, gracias.
El fin.
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Tú y yo paranormal
ParanormaleUna detective fue enviada a investigar un asesinato en un pueblo pequeño, el único testigo y posible sospechoso es Cainán Done, un misterioso hombre que oculta un extraño secreto, así que nadie se atreve a enfrentarlo. El problema no es que sea un s...