12. Violín blanco

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—Luther, tienes que soltarme —ordenó Alessandra, mientras sonaba otra explosión.

Luther soltó un suspiro y rompió las esposas. Pequeñas marcas rojas habían quedado en más muñecas de Alessandra, pero no había tiempo que perder. Salieron al pasillo, encontrándose con sus demás hermanos.

—¿Qué está pasando?

—Es Vanya —informó Pogo—. Deben ponerse a salvo. Salgan de la academia.

Diego y Klaus corrieron, mientras Alessandra les gritaba que no olvidaran a mamá. Luther ayudó a Allison, y Alessandra los seguía por si se encontraban con Vanya y Luther tenía otra idea.

Cuando estaban cerca de la puerta, vieron a Vanya hablando con Pogo. Luther siguió junto con Allison, pero Alessandra se quedó. Debía hablar con Vanya.

—¿Lo sabías? —preguntó Siete.

—Si, joven Vanya —respondió Pogo con algo de pesar—. Lo sabía.

La casa volvió a temblar, y Pogo se elevó en el aire.

—¡Vanya, no! —gritó Alessandra, pero fue todo. Pogo voló al otro lado de la habitación, clavándose los cuernos de un alce colgado en la pared— ¡NO!

Las lágrimas empezaron a salir de los ya oscuros ojos de Alessandra, pero antes de que pudiera hacer algo, Luther volvió y la tomó para salir de ahí.

Apenas salieron, la casa se desmoronó. Alessandra seguía llorando, pero ya era Allison quien la abrazaba. No importaban las diferencias que tenía con Allison, solo quería que alguien la consolara.

Caminaron hasta encontrar a Diego y a Klaus discutiendo.

—¿Quieres a-ababdonar a mamá? —dudó Diego— ¿Y qué hay de Pogo?

—No sobrevivió —respondió Luther—. Vanya lo mató.

—¿Qué? Vanya nunca...

—Vi todo. Alessandra igual.

—¡Oigan! —Cinco llegó corriendo con un periódico en mano. Parecía confundido— Es hoy, el apocalipsis es hoy.

—Dijiste que lo habíamos impedido —Acusó Alessandra, limpiando su rostro. Allison aún la rodeaba con sus brazos.

—Este es el mismo periódico que encontré cuando fui al futuro. El titular no ha cambiado.

—Eso no significa nada —negó Diego—. El tiempo pudo alterarse desde que se publicó.

—No estás escuchandome. Cuando lo encontré, creí que la academia se había destruido durante el apocalipsis. Ahora la luna sigue brillando y la tierra sigue entera, pero no la academia.

—Me confundes —Klaus le arrebató el periódico a Cinco.

—¡Entonces escúchame, idiota! Vanya destruyó la academia antes del apocalipsis. Creí que Harold Jenkins era la causa, pero solo es el detonador... Vanya es la bomba. Tenemos que encontrarla.

Un helicóptero llegó e iluminó a los hermanos. Luther decidió como punto de encuentro el Súper Star, por lo que todos tomaron diferentes caminos.

Alessandra desapareció en las sombras y apareció en un callejón algo alejado de dónde estaba la academia. ¿De verdad todo eso estaba pasando? ¿Vanya causaba el apocalipsis?

Su respiración se agitó y sintió que se podía desmayar ahí mismo. Debía resistir y llegar con sus hermanos. Debía impedir que Vanya destruyera el mundo. Sacó sus pastillas, pensando si debía tomarse una para calmarse, pero decidió no hacerlo. Si iba a pelear contra Vanya, por más doloroso que fuera, tenía que estar en todos sus sentidos, necesitaba tods la energia que sus emociones reprimidas pudieran darle.

La ocho de los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora