Interacción #10

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Dana
1 de noviembre, 2023

Marina está molesta.

Corrección: creo que Marina me quiere matar.

Marina es la social media manager.

La razón: el maldito video, y su inmediata llegada a los medios. La manera en que me están despedazando no puede ser normal.

De entre los hashtags más destacados se encuentran:
#lafalsapalomita
#sacandosusgarras
#mentiDana

Sí, muy originales los creadores.

—¿Es que no logras comprender la magnitud de esto?—continúa su discurso, ese que debió crear ayer mientras reproducía el video en bucle, y que se aprendió en la mañana para que sonara justo como ella quería: aterrador.

Y la verdad a mi solo me está provocando pereza y muchas ganas de salir pitando de aquí. La manera en la que habla... solo me recuerda la razón por la que no puedo mantener una relación con nadie en este lugar. Todos son exactamente igual de calculadores y fríos, no ven más allá del dinero y la fama. Y la mayor parte del tiempo sus argumentos son totalmente insostenibles.

Como ahora.

Marina lleva aproximadamente una hora ladrándome miles de consecuencias que traerá para mi imagen y mi carrera (no sin antes recalcar unas veinte veces su papel importantísimo en ella, y todo el esfuerzo que le había llevado que yo estuviera donde estoy) el video de anoche.

Como si yo hubiese querido esto.

Como si no supiera las consecuencias.

Como si yo no me hubiera encerrado en esta imagen perfecta de mi misma desde el momento en que se me ordenó.

Y como si no hubiese sido Daniel quien mantuvo todo este lío lejos de la prensa.

He intentado por todos los medios no pensar en la noche anterior, en los diferentes momentos de la noche que comenzó muy bien (demasiado diría yo), luego me quedé casi muerta en mi lugar cuando ese video comenzó a contar una parte muy pequeña, pero a la vez muy malinterpretada y malintencionada de mi historia, y al final sentí algo tan hermoso...

La conversación con Alex fue algo que nunca imaginé experimentar. Algo parecido a cuando hueles el rastro dejado por la lluvia y el viento fresco te sopla la cara... algo sereno, nuevo y refrescante.

Sentí como si se forjara un nuevo vínculo entre dos personas que, sin conocerse de nada, decidieron contarse todo aquello que les atormentaba.

Amistad...

Al menos, eso pienso yo.

Porque para mí, la amistad significa estar ahí cuando te necesite, sin tener que pedírtelo en voz alta.

—...¿Tienes idea de todo lo que tendré que hacer para limpiar este desastre—regreso a la conversación (monólogo) que está impartiendo Marina y no me sorprende para nada que el rumbo de la misma siga siendo el mismo: ella echándome  la culpa de todo y dándose a sí misma más importancia de la que tiene.

Porque todos sabemos que la que va a tener que dar la cara frente a la prensa voy a ser yo, no ella.

¿Por qué no me dices lo que voy a tener que hacer ahora y así terminamos con esto de una ves?—la interrumpo, no me importa si soné grosera, en estos momentos no me importa casi nada en realidad.

Me mira mal, y no la culpo. Pero como dije antes, no me interesa en lo más mínimo justo ahora.

Creo que si no hubiese pasado esto de ayer y ella (o cualquier otra persona) me hubiesen mirado con esa expresión en el rostro me estuviera encogiendo en mi misma y culpándome por no ser lo suficientemente buena persona. Pero siento que ayer ese video tocó una fibra dentro de mí que me dejó completamente entumecida.

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