Interacción #7

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Dana

Luego de esa conversación fue como si ambos firmáramos un pacto invisible: escondimos las palabras que compartimos y luego las encerramos dentro de una cajita en nuestras mentes, para comenzar a hablar sobre el tema que debíamos abordar cuanto antes.

—Ahora que hemos resuelto las dudas—comenzó él—me gustaría que me explicaras exactamente qué es lo que necesitas de mí. Porque hasta hace poco ni siquiera sabía que de mis escritos se podrían crear canciones.

Lo miro durante unos segundos para luego tomar un leve suspiro y comenzar a hablar.

—Te había dicho que estoy algo... bloqueada en cuando a el disco que debo entregar. Y me están metiendo un poco de presión—explico y me mira interesado—Es mi primer álbum... el primero, y puede que sea muy buena con las melodías, los instrumentos y la voz, pero... escribir las letras se me da muy mal. En verdad muy mal.

—¿Y no será un problema que yo escriba tus canciones?—dice frunciendo el ceño.

—No, para nada. Además, yo te ayudaría a convertirlas en canciones, lo que nos convertiría en coautores. Tú ganarías un por ciento de las ganancias de cada canción, tendrías un contrato en la disquera y el reconocimiento total de tu trabajo.

Por favor que eso le valga.

—A riesgo de sonar pesetero debo preguntarlo—dice y ya me imagino cuál será la pregunta que se avecina—¿cuánto cobraría con este trabajo?

Me quedo pensando por un momento, luego tomo una de las servilletas qué hay en la mesa, y sacando el delineador negro que siempre llevo en mi bolso escribo a la par que hablo.

—Está será la cantidad que recibirás en tu cuenta bancaria cada mes—le muestro el papel—pero sacarás un por ciento de los méritos que ganase cada canción que escribamos, que no se incluye en tu salario mensual.

Se queda mirando un rato la servilleta y yo no logro descifrar su expresión.

—En primero lugar—dice y levanta la servilleta con dos de sus dedos—¿por qué esto?

—Es que en las películas siempre lo hacen para evitar hablar en voz alta sobre dinero—digo y tuerzo los labios hacia abajo—siempre he querido hacerlo.

Claro que sí reina, tu cumple tus sueños.

—Vale, obviando eso—suspira—¿enserio esta sería mi paga?

—¿Te parece poco?—pregunto alarmada.

Joder, que no sé de dónde puedo sacar para pagarle más...

—¿Poco?—me dice como si estuviera loca—pero si es el total de el salario de todos en casa juntos. Y además me dices que ganaría más dependiendo del éxito de las canciones... de locos.

Vale... creo que lo está tomando más bien que mal.

—Sí, eso vendría escrito en tu contrato. El cual firmarías tu primar día de trabajo, de aceptar mi oferta claro.

—¿Y cuando sería eso?

—Lo ideal sería comenzar pasado mañana—digo luego de recordar que mañana la disquera no abre debido a la limpieza del lugar.

—De acuerdo—dice asintiendo—entonces nos vemos el jueves.

Mi sonrisa es tan inmediata como mi alivio.

—Con respecto a eso—digo tanteando el terreno—verás... hoy en la noche se realizará un evento en la disquera...

—Permíteme adivinar—me interrumpe y pone su mano bajo su barbilla fingiendo pensar—Halloween.

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