Dana
Luego de esa conversación fue como si ambos firmáramos un pacto invisible: encerramos las palabras que compartimos dentro de una cajita en nuestras mentes, para nunca más hablar sobre ello y comenzar a hablar sobre el tema que debíamos abordar cuanto antes.
—Ahora que hemos resuelto las dudas —comenzó él— me gustaría que me explicaras exactamente qué es lo que necesitas de mí. Porque hasta hace poco ni siquiera sabía que de mis escritos se podrían crear canciones.
Lo miro durante unos segundos para luego tomar un leve suspiro y comenzar a hablar.
—Te había dicho que estoy algo... bloqueada en cuando al disco que debo entregar. Y me están metiendo un poco de presión —explico y me mira interesado— Es mi primer álbum... el primero, y puede que sea muy buena con las melodías, los instrumentos y la voz, pero... escribir las letras se me da muy mal. Recalcando el muy.
—¿Y no será un problema que yo escriba tus canciones? —pregunta frunciendo el ceño.
—No, para nada. Además, yo te ayudaría a convertirlas en canciones, lo que nos haría coautores. Tú ganarías un por ciento de las ganancias de cada canción, tendrías un contrato en la disquera y el reconocimiento total de todo tu trabajo.
Por favor que eso le valga.
—A riesgo de sonar pesetero debo preguntarlo —dice y ya me imagino cuál será la pregunta que se avecina— ¿cuánto cobraría exactamente con este trabajo?
Me quedo pensando por un momento, luego tomo una de las servilletas que hay en la mesa, y sacando el delineador negro que siempre llevo en mi bolso escribo a la par que hablo.
—Está será la cantidad que recibirás en tu cuenta bancaria cada mes —le muestro el papel— pero sacarás un por ciento de los méritos que ganase cada canción que escribamos, que es aparte de tu salario mensual.
Se queda mirando un rato la servilleta y yo no logro descifrar su expresión.
—En primero lugar —dice y levanta la servilleta con dos de sus dedos— ¿Era realmente necesario esto?
—Es que en las películas siempre lo hacen para evitar hablar en voz alta sobre dinero —digo y me encojo de hombros— siempre he querido hacerlo.
Claro que sí reina, tu cumple tus sueños.
—Vale, ignorando eso —suspira— ¿enserio esta sería mi paga?
—¿Te parece poco? —pregunto alarmada.
El centro de control dentro de mi mente está volviéndose loco en las manos de Ansiedad.
No debiste ver Inside Out.
—¿Poco? —me dice como si estuviera loca—pero si es el total del salario de todos en mi casa juntos. Y además me dices que ganaría más dependiendo del éxito de las canciones... de locos.
Vale... creo que se lo está tomando más bien que mal.
—Sí, eso vendría escrito en tu contrato. El cual firmarías tu primar día de trabajo, de aceptar mi oferta claro.
—¿Y cuando sería eso?
—Lo ideal sería comenzar pasado mañana —digo luego de recordar que mañana la disquera no abre debido a la limpieza del lugar.
—De acuerdo —dice asintiendo— entonces, nos vemos el jueves.
Mi sonrisa es tan inmediata como mi alivio.
Ansiedad, ya puedes pirarte.
—Con respecto a eso —digo tanteando el terreno— verás... hoy en la noche se realizará un evento en la disquera...
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Siempre a las 9:00
Historia CortaDos polos opuestos se atraen, al menos eso dice la ley física que todos conocemos. Tal vez por esa ley es que él parecía una nota que ella necesitaba aprender y ella, una sinopsis atrapante que te deja con ganas de saber más para él