Dana
15 de febrero, 2025Es casi aterrador como el ser humano puede pasar de una emoción a otra, es una situación parecida a el momento en que el sol está en lo más alto y de la nada aparece una tempestad.
Así me sentía.
Así era exactamente como me sentía parada junto a la cama de mi padre en el hospital al que lo habían trasladado, con las voces de todos en el pasillo mientras él doctor les contaba qué ocurría.
Pero yo sabía lo que estaba pasando.
Ya no teníamos más tiempo.
Y era ahora, en estas circunstancias, mientras miraba con detenimiento y en silencio su rostro dormido que notaba lo viejo y cansado que se veía mi padre.
Es cuando paso mis dedos por su rostro arrugado que siento las palabras de Daniel, en ese tono lúgubre que utiliza cuando debe ser sereno aunque la situación esté a punto de salir de su control:
—¿Entonces qué, no hay nada más para hacer? ¿Me está diciendo que va a morir pronto y no hay nada que hacer para evitarlo? —su voz toma un poco más de fuerza con esa última pregunta y siento como Ellen intenta calmarlo en voz baja.
No estoy segura de que este sea un ambiente muy bueno para ella estando embarazada, pero sé que Daniel la necesita. Tal y como yo necesito a el chico que está junto a mi hermano y mi cuñada para darme un poco de espacio.
—¿Estás bien? —me había preguntado en el auto, de camino a la residencia luego de decirle un vago "mi padre está muriendo".
—No —sin necesidad de agregar nada más, él sólo alargó su mano y entrelazó nuestro dedos mientras mis ojos no dejaban de llorar en silencio.
Cuando llegamos ya Daniel estaba allí, con los ojos igual de rojos, pero un semblante visiblemente calmado mientras recibía información de los médicos. Y es lo que ha hecho hasta el momento, hablar con todos los médicos porque no quiere admitir la realidad.
Que no tenemos la seguridad de que nuestro padre valla a siquiera volver a abrir los ojos.
Por eso no quiero separarme de él, no quiero perder la oportunidad de despedirme.
Sin embargo cuando mi hermano entra de nuevo a la habitación y me pide un tiempo a solas con él, no soy capaz de negárselo. Por lo que termino en la cafetería de hospital con Alex delante de mí y un té de ginseng entre mis manos.
—¿Recuerdas que esta mañana te dije que nunca había estado tal asustada como cuando desperté a tu lado y entré en pánico? —rompo el silencio y cuando lo miro el solo asiente para que continúe— acabo de descubrir lo que es el verdadero terror Alex, y no creo ser capaz de poder enfrentarme a él.
Entonces las lágrimas regresan, como un grifo que vuelve a ser abierto, he llorado tanto esta noche-madrugada que ya me adapté a tener las mejillas húmedas. Él toma mis manos entre las suyas y las lleva a sus labios para besarlas.
—Lo lograrás —afirma y cuando comienzo a negar con la cabeza retoma la palabra— creo que tú no te das cuenta de lo fuerte que eres, y de lo capaz que eres de hacer cualquier cosa. Eres increíble amor, y este es sólo otro imprevisto que debes aprender a sobrellevar. Porque podrás hacerlo Dana, aunque ahora estés desorientada, algún día, y no tiene que ser hoy ni mañana, en algún momento dejará de doler así. Será como el recuerdo de tu mamá.
—Pero a mi madre nunca la recordé Alex —le digo, porque no creo que sea lo mismo— amo a mi madre, pero desde que tengo memoria sólo hemos sido nosotros tres extrañando a mamá. No puedo ni pensar un escenario de mi vida en el que no esté mi papá; siento que él es como mi ancla y no sé qué haré cuando se safe.
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Siempre a las 9:00
Cerita PendekDos polos opuestos se atraen, al menos eso dice la ley física que todos conocemos. Tal vez por esa ley es que él parecía una nota que ella necesitaba aprender y ella, una sinopsis atrapante que te deja con ganas de saber más para él