Siempre a las 9:00

Interacción #8

Alex

Puedo decir muy claramente las dos cosas que pensé luego de ver las instalaciones de Kaplan Music por primera vez:

En primer lugar:
-El sitio era increíble.

Y luego...
-Ahora entiendo el dineral absurdo que voy a ganar trabajando aquí.

Un edificio enorme con el aspecto más elegante que jamás he visto se cierne sobre mí, y la noche lo hace ver incluso más espectacular, mostrando todas las luces que esconde durante el día. Y las personas a mi alrededor no detienen su caminar para apreciar el lugar, como si visitar lugares como este fuese de lo más normal para ellos.

La seguridad también me da una pista de cómo son las cosas aquí, cuando una mujer con el aspecto más temerario que he visto (y hay que tener en cuenta que he vivido con toda una vida Gina) me pide mi identificación.

Es así como termino dentro de la fiesta de disfraces más impresionante a la que he asistido jamás. Con una cantidad absurda de gente que (aún siendo muchísimas) no llegan a abarcar toda la extensión del establecimiento. Toda clase de disfraces, desde los más clásicos a los más currados.

Juraría que vi a alguien disfrazado de Voldemort.

Sin embargo, mis ojos se detienen en un vestido amarillo y una melena casi rubia.

Una versión de Bella que me deja con ganas de pedirle a Disney otro Live Action.

Se ve hermosa, y tal vez es por eso (o por la costumbre) que me detengo un rato a apreciar su postura. Cualquier persona pasaría de largo y no notaría como sus ojos no dejan de mirar disimuladamente a su alrededor, como si intentara repasar cada detalle del lugar... como si quisiera arreglar algo que aún no se ha dañado.

En los años que llevo escribiendo he aprendido a leer a las personas que se encuentran a mi alrededor, unas veces es más complicado que otras, pero esta chica... es esa clase de persona a la que le ves venir las malas noticias, y que estropea solo con su expresión las sorpresas.

Un libro totalmente abierto.

Cuando despego los ojos de ella mi ceño se frunce a más no poder, y es cuando me hago notar:

—¿Qué es esto? ¿Una reunión familiar?

El sonido de mi voz hace que la princesita frente a mi se gire a la velocidad de la luz y su mirada refleja una confusión que me resulta increíblemente chistosa. Si mi mejor amiga no estuviese también aquí (teniendo en cuenta que no tenía ni idea de ese detalle) tengo muy claro que me hubiese partido de la risa.

Resulta que su confusión era causada por mi disfraz. Ese que según yo, era más claro que el agua.

Pues ya ves. Al parecer no colega.

—A todas estas —dice y la miro— ¿A qué viene lo de "reunión familiar"?

La miro con el ceño fruncido antes de recordar que esta chica a la que llevo años observando no me conoce de nada, así que introduzco a Luna a la conversación y ella se encuentra procesando la información cuando la diabla se me tira (sí, literalmente salta y todo) encima como la garrapata que es.

Discrepo, las garrapatas no dejan sordos a los perros.

Y luego de que Lou interviniera al intento de ahogarme que llevaba a cabo su novia, la rubia se gira nuevamente a mi dirección.

—¿Crees poder socializar sin mi presencia por un rato?

La burla no pasa para nada desapercibida.