ᴍᴏᴅᴀʟᴇꜱ ᴘᴀʀᴀ ᴜɴᴀ ᴏᴍᴇɢᴀ

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Adara

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Adara

La Señorita Amelia vuelve a acomodar mi postura mientras niega por lo mal preparada que estoy, suspira un momento antes de mirarme por el espejo y una pequeña sonrisa aparece en sus labios

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La Señorita Amelia vuelve a acomodar mi postura mientras niega por lo mal preparada que estoy, suspira un momento antes de mirarme por el espejo y una pequeña sonrisa aparece en sus labios. Se gira mirando a su hijo y yo solo me quedo quieta sin querer mirar a Kellen, sigo confundida por cosas que no comprendo muy bien.

— Ahora camina hacia enfrente, conservando la postura adecuada —asiento antes de empezar a caminar—. Respira con tranquilidad, muestra tu confianza y mantén una postura recta. Muévete con elegancia y finaliza con una sutil sonrisa. Perfecto —.

— ¿Podemos tomar un descanso ahora? —. Compartimos miradas.

— El Rey debe de aceptar esa petición —.

— ¿Podemos, Majestad? —. Murmuro nerviosa al mirarlo por primera vez después de las largas 2 h de clases de etiqueta por parte de la Señorita Amelia.

— Está bien, un descanso es necesario. Orzil, pide que traigan la comida —.

Su mayordomo asintió dando una reverencia antes de salir del salón de baile de Amelia, suspiro dejando aquella postura que aún me hace dolor la espalda. Camino mirando la decoración del lugar, nunca había visto un sitio así y era más que esperado, puesto que todo esto es nuevo para mí. Yo recuerdo vivir en un lugar demasiado pequeño, compartíamos cama mi hermana y yo, solo era una litera y nosotras dormíamos en la parte de arriba.

La decoración no era tan extravagante, muy apenas y podía tener una planta y fue muy costosa, por lo que recuerdo, mi padre se había esforzado tanto en su trabajo de minería que eso hacía más especial el regalo. Suspire con amargura, recordar esas cosas solo acuchillaban mi corazón con dolor.

La presencia de Kellen me hizo regresar al lado suyo dejando a un lado esos recuerdos de mi vida, evite su mirada lo más que podía, ya que no quería ponerme nerviosa y causar un problema con mis feromonas. No sabía que esto podía causar encontrar a mi pareja, no sabía mucho del tema, mi estado económico no me permitía mucho ir a una escuela, por lo que desconocía cosas de mi rango.

Mon OmégaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora