ᴄᴇʟᴏ ᴅᴇ ᴀʟꜰᴀ

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Adara

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Adara

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Cuando siento en mi cara el primer rayo de sol, me tapo con las cobijas para dormir un poco más, inhalo el aroma de Kellen con fuerza al sentirlo en mis cobijas y sonrío. Siento una calidez momentánea envolver mi cintura y la fuerza de unos brazos que me atraen al cuerpo de mi alfa, que por sorpresa hoy parece estar en mi habitación, aun cuando la señorita Amelia le ha prohibido visitar mi alcoba.

— Buenos días, Rey —. Murmuro dormida.

— Sentía la necesidad de cuidar a mi Omega en sus sueños, no sabía que tenías sonambulismo—. Dice con un susurro que me hiela al sentir su aliento tan cerca de mi oreja.

— ¿Otra vez caminé dormida? — Pregunto en un bostezo.

Me giro sobre mi eje y cuando lo miro me sonrojo, su cabello desordenado cae por su frente, dejándome ver algo de imperfección en él. Bajo mi mirada cuando la de él se encuentra con la mía, su mano sostiene mi mentón llamando de nuevo mi mirada, me siento ansiosa en este momento y llena de energía al tenerlo aquí a primera hora del día.

— Tengo que pasar más tiempo con mi Omega para conocer todo de ella. No me gusta ser un mal alfa con ella —.

— Lo siento, Rey. No fue mi intención caminar dormida, ¿no interrumpí nada?—.

— Nunca interrumpirías nada, creo fue una señal para que dejara mi trabajo por el momento. Fue refrescante dormir a tu lado después de días —.

— Entonces te interrumpí en tus deberes, ¿eso es malo? —.

— ¿Tanto te preocupa eso? —ríe—. No tienes de que preocuparte, nunca será algo malo si se trata de ti —. 

— ¿Y si la señorita amelia se entera? —.

— ¿Qué hará? —.

— No sé, solo dijo que no deberíamos de estar juntos. Ella fue muy estricta en eso, dijo que es peligroso —.

— No es peligroso, ¿o piensas que soy peligroso, lunita? —.

Negué mirándolo a los ojos, él tenía razón, para mí él no debería ser peligroso. Él solo me protege o eso espero. Sentí sus labios contra mi frente y suspire saliendo de mis pensamientos, observe sus ojos mirando un brillo extraño en su mirada y un rojo intenso que luchaba con el gris de sus ojos.

Puse mis manos entre nosotros mientras bajaba mi mirada, el sentimiento que sentía en este momento solo me provocaba un sonrojo. Era algo distinto y podría entenderlo un poco por las novelas que he leído. Él me gusta, eso me indica el cosquilleo de mi corazón. Con un ardor en mis mejillas evito su mirada sintiendo que él puede leer mi mente con solo ver mis ojos, escucho un toque en la puerta e imagino que es la señorita amelia.

Mon OmégaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora