⊏actualizaciones regulares⊐
Adara huía de un peligro que la seguía desde su nacimiento, su pasado es borroso para ella. Y tampoco sabe quién es, de donde viene o cuál es su destino.
Su camino es obstruido por un alfa puro, uno que llevaba buscando...
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Omnisciente
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Adara paseó libremente por los jardines de la villa, le gustaba de nuevo poder salir después de su celo. Había pasado una semana después de eso y ese día soleado se sintió con buena energía como para poder salir, Dalia acompaño a la omega en un paseo por las hectáreas de la villa y mientras contaba de algunos sucesos importantes.
Como el hecho de que las flores se dividieran en zonas y como estas pueden crecer sin importar que no estén en su habitad normal. Aparte del significado profundo con el cual el rey, padre de Kellen, mando a plantar cientos de flores en esta villa y porque ahora viven ahí.
Amelia en su país de nacimiento vivía rodeada de flores, se llegó a rumorear que la reina tenía un poder especial que hacía que las flores crecieran bajo su presencia.
Dalia paro de hablar cuando unas sutiles risas se escucharon, Rosaline venía caminando junto a otras dos jóvenes que parecían haber visitado a la exreina. La sirvienta se tensó, aquello podría ser peligroso más por como la joven de la nobleza se refería a su señora, la próxima reina. La omega miró con atención quien caminaba hacia donde ella estaba, escuchaba muy bien del porqué esas nobles se burlaban y la causa era ella.
— ¿Quiere ir hacia el extremo contrario? —.
— No. Porque moverme, no es como si estuviera huyendo de ellas —.
Comento Adara dejando a un lado las flores que tanto estaba admirando.
Las lilas que portaba Rosaline Dikins dieron con Adara, barrio con la mirada a la omega y sonrió cínicamente cuando estuvieron frente a frente. La sangre de la pelirroja ardía, estaba enojada por tener en presencia a dicha omega. Tenía un peculiar odio por la rubia que le había quitado su lugar de la noche a la mañana, porque sí, el puesto de próxima reina era de ella.
Había basado su vida a cumplir la petición de su padre y cuando estaba a punto de alcanzar la cima convirtiéndose en alguien tan poderosa, cayó desesperada contra un abismo. Le molestaba el solo hecho de que la hicieran a un lado por una fugitiva, una plebeya que no está a su nivel tanto en estudios como en rango social.
No era la única disgustada, ya una nota sobre el diario de la nación había tallado a Adara como una hechicera, obviamente aquello se dio a conocer por Rosaline. Quién logro provocar que otros se enteraran de que el rey tenía a una omega y no solo eso, una omega que podría tener crías en cuanto se quisiera del rey.
Una descendencia que con la irresistible pelirroja no tendría, pues esta no podría concebir ningún heredero al no ser pareja destinada de Kellen.
Aparte la molestia de la omega, Rosaline Dikins, era porque su padre la regaño. Y eso era lo que más odiaba. Había sido regañada por no cumplir su única meta en la vida y haber dejado que su puesto sea tomado por una cualquiera.
