Inmediatamente volvimos a la base para contar a Enzo sobre nuestro nuevo plan y el descubrimiento del Zephyr. Al fin lo teníamos entre nuestras manos. Al tocarlo sentíamos una energía extraña fluir por nuestro cuerpo, pero era momentáneo. No llegaba a comprender que podía ser aquello, pero seguro que encontraríamos la forma de tratarlo y poder convertirlo en nuestro nuevo elixir.
A las pocas horas, Leo aterrizó la nave junto a la base. Nathan nos estaba esperando en la puerta ya que habíamos avisado por radio de nuestra vuelta.
—Me alegro de veros sanos y salvos —dijo nada más vernos.
Nathan acercó su mano a Leo y este se la estrechó.
—Buen aterrizaje.
—Gracias —respondió Leo agradecido por el comentario.
—Tenemos que entrar rápido —apremió Nathan.
—¿Por qué? ¿Qué pasa? —pregunté.
—Tenemos que probar el Zephyr con el padre de Emma, con suerte nos dará algo más de tiempo —respondió Nathan bajando la mirada.
En cuanto entramos a la base, recorrimos los pasillos hasta el ala médica. Encontramos a Noah junto a su familia en una de las salas. Emma cogía la mano de su padre y aguantaba las lágrimas.
—No sé cómo funciona, ni si será suficiente al no estar tratado —comenté sacando el trozo de Zephyr de la mochila que llevaba colgada.
Robyn, la enfermera me miró confusa. Acto seguido miró a Leo.
—Lo encontramos —Leo sonrió.
—Déjame ver —dijo Robyn agarrando el Zephyr entre sus manos.
El Zephyr desprendió unas virutas nada más tocarlo y Robyn respiró hondo.
—¿Cómo te encuentras? —preguntó Leo.
—Es raro —murmuró—. Tal vez...
De repente desapareció con el mineral y entró en la sala. Emma se quedó con los ojos como platos en cuanto vio como Robyn traía consigo un mineral brillante y azul. Desvió su mirada a través del cristal dónde nos encontrábamos y nos suplicó con la mirada. Tanto Leo como yo asentimos con la cabeza. Robyn se acercó a Noah y dejó el mineral encima de su pecho. El padre de Emma, que en ese momento estaba postrado en la camilla, vestido con una bata blanca y con decenas de cables por alrededor de su cuerpo, comenzó a respirar levemente por si solo. Estaba consciente, lo cual era buena señal. La energía misteriosa del Zephyr comenzó a fluir por su cuerpo, pero ¿Sería suficiente?
Tras un par de horas de espera, Emma y Robyn salieron de la sala médica y se dirigieron a la cocina, donde Leo, Enzo y yo nos encontrábamos comiendo un tentempié para llenar el estómago.
—Está estable por el momento —dijo Robyn sentándose a nuestro lado.
No la conocía de nada hasta aquel momento. Había visto a Robyn pasear por la base varias veces, pero hasta el momento en el que le cedimos el Zephyr no había intercambiado palabra con ella. Tenía la piel de ébano, ojos oscuros y una larga melena negra rizada que en ese momento la tenía acomodada en un moño alto con varios rizos rebeldes que se le escapaban a ambos lados de la cara. Por lo que tenía entendido era la hermana de Enzo. El parecido era asombroso.
—¿Ha funcionado? —pregunté con esperanzas de que nuestro nuevo descubrimiento sirviera para algo tan inmediato como eso.
—No lo sé, al menos por el momento. He hablado con varios científicos de la base y tendrían que tratarlo para que el efecto sea más duradero, pero para ello se requiere más tiempo y... —Robyn agachó la cabeza.
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CASSIOPEIA CIUDAD DE CRISTAL Parte 2 -COMPLETA-
Science FictionTras la última guerra por el poder, muchas cosas han cambiado en la ciudad de Cassiopeia. Grace Thorne, hija de la nueva líder de la ciudad, descubre que sin el elixir que los mantenía sanos, muchas personas a su alrededor están enfermando y mucho...