Capítulo 5

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Emma mostró su pecoso rostro cuando dejó caer la capucha negra que llevaba sobre la cabeza.

—Te confundes, yo no... —intenté decir todavía con la navaja sobre mi cuello y las manos hacia arriba.

—Tu cara... Yo te conozco.

—Soy Grace, nos hemos visto un par de veces por la ciudad —logré decir una vez guardó la navaja en uno de sus bolsillos.

—Cierto, eres tú, perdona —añadió ofreciéndome su mano para saludarme.

Ambas estrechamos las manos.

Un hombre más alto que ella y con el pelo rubio atado en un moño alto apareció tras un árbol.

—Grace, la hija de Amelia ¿verdad? —me preguntó algo reservado.

—Sí, la misma —respondí todavía con el latido de mi corazón a mil por hora debido al susto.

—Soy Nathaniel —se presentó.

Nathaniel era su prometido, de eso me sonaba su cara. Él la esperaba sonriente en el altar cuando ella decidió correr dejándole ahí plantado. El resto es historia. Al parecer y a pesar de todos los problemas seguían juntos y por lo que mis ojos podían ver, seguían muy enamorados. Nathaniel abrazaba delicadamente a Emma por la espalda mostrando todo su apoyo e incluso algo sobreprotector desde mi punto de vista.

—¿Y Cassie? —pregunté al ver que la pequeña no estaba con ellos.

—Esta con nuestra otra hija, Julie.

—Sí, Enzo y su mujer Tania suelen quedarse con ellas de vez en cuando. Cassie se lleva muy bien con su hijo Will a pesar de su corta edad —me contó Emma ya más relajada y sin ningún arma blanca de por medio.

—¿Qué haces por aquí? Es peligroso —preguntó Nathaniel.

—Podría decir lo mismo —respondí sorprendiéndoles con mi respuesta.

—Nos has pillado —se rio Emma—. Necesitaba algo de aire y Nathan me acompañó en su nave. A veces solemos venir aquí a despejarnos del ruido de la ciudad. No estamos acostumbrados.

—No sabes lo mucho que te entiendo —suspiré.

Emma y yo teníamos mucho más en común de lo que había podido imaginar en un principio.

De repente, una violenta tos interrumpió nuestra conversación y me aparté de ellos. La cabeza comenzó a martillearme durante unos segundos. Me arrodillé y me llevé las manos a las orejas, como si así pudiera contener el dolor.

—Grace, ¿estás bien? —preguntó Emma detrás de mí apoyando una de sus manos en mi espalda.

A mi no, no ahora.

—Sí —afirmé en cuanto el dolor cesó un poco.

—¿Estás segura? —preguntó de nuevo.

—Sí, es solo que... —dudé un par de segundos en contarles la verdad, ¿pero que podría perder?

—¿Qué pasa? —preguntó Nathaniel acercándose a nosotras.

Me senté en el suelo para estar más cómoda y ellos me imitaron.

—Los ciudadanos de Cassiopeia se debilitan. Yo me debilito. Mi madre se debilita —comencé a decir.

—El elixir... —susurró Emma, al parecer sabía de lo que hablaba.

—Pensábamos que no necesitabais el elixir, que solo os habíais acostumbrado a tomarlo y con con las píldoras que os suministran sería suficiente, pero...

CASSIOPEIA CIUDAD DE CRISTAL Parte 2  -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora