Capitulo 3

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-No puedo creer que ese tipo te haya dicho eso Tea- Embry era uno de los más enojados con el asunto -Y todavía te amenaza, yo mato a ese tipo-

-No tiene importancia chicos, no es más que un niño mimado hijo de papis- espete enojada recargándome sobre mis piernas.

-Aun así peque, nadie se mete con nuestra amiga- se agacho a mi altura Quil -De por sí ya nos parecían muy raros, con esto solo se hunden más- me sonrió tranquilizándome un poco.

-Nosotros te cuidamos Tea, tú no te preocupes- me sobo la espalda Jacob.

En ese momento el culto de Sam Uley paso enfrente de nosotros, nos dirigieron una pequeña mirada para seguir su camino.

-Su última adquisición, - comento enojado Jacob levantándose de su lugar agarrando su melena en un chongo.

-Pensé que era su amigo chicos, ¿Qué le paso? - le tendí una liga de cabello a Jacob.

-Un día simplemente dejo de asistir a la escuela, llamábamos a su casa pero decían que no podía atender- Quil se levantó poniéndose al costado de Jacob.

-De pronto lo vimos junto a Sam como si fueran íntimos amigos- se puso del otro lado Embry -No sabemos que paso, pero ya no nos dirige la palabra- suspiraron los tres.

-Lo lamento chicos, si quieren puedo ir con su familia a preguntarle qué le pasa- me alce de hombros.

-No tiene caso peque, somos los cuatro mosqueteros contra la copia barata- me despeino el cabello mientras se reía.

- ¿Qué no los originales son tres? - le pregunto Embry

-Es que en la edición secreta son cuatro, que es el arma sorpresa- le responde Jacob

-Ah yo pensé que era la mascota- soltó Quil sin mas

-Yo no soy la mascota aquí Ateara- le di un pequeño golpe ofendida

Nos reímos los cuatro, deseaba que estos momentos nunca acabaran. Con ellos me sentía en casa, una parte de mi sentía que ellos, que la reserva era mi segundo hogar.

Vimos el atardecer sentados en la arena, comiendo unos malvaviscos entre bromas y platicas banales.

-Creo que es hora de regresar chicos, se hace tarde- me levante sacudiéndome la arena que se había pegado al pantalón.

-Te acompaño Tea, quiero darte algo- vino detrás mío Jacob

Nos despedimos con la mano del par que se quedó en la Push.

Otra vez ese ambiente cómodo, no era necesario las palabras, el simple conocimiento que estaba a su lado era más que suficiente para sentirme en paz... sentirme completa.

- ¿Podemos pasar a mi casa? - se rasco la nuca -Es rápido, solo no quería cargarlo todo el día-

-Claro, aparte hace tiempo que no veo a tu papá- le sonreí.

-Perfecto-

Al llegar a su puerta me dejo pasar yendo rápido a su cuarto, dejándome con su papá en la sala.

-Mucho gusto Bill- lo salude de beso en la mejilla -Espero no incomodarlo, es rápido-

-Para nada Tea, sabes que siempre eres bienvenida- me dio una sonrisa sincera -Aparte este viejo ya te extrañaba –

- ¿Quiere que le prepare te o café? - tome camino a la cocina, me sentía en casa por las tantas veces que había venido antes.

-Un café por favor, ya sabes...-

-Leche y poca azúcar- di una ligera risa -Nunca lo olvidaría Billy-

Mientras calentaba el agua prepare las tres tazas, preguntándome que tanto hacia Jacob que no bajaba.

Running With the WolvesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora