dragon queen. (house of the dragon)

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REY DE CENIZA

Los días pasaban convirtiéndose en semanas y las semanas en meses, y aún no había señales de Elena en ninguna parte del reino. Los Tyrell estaban desesperados, buscando a su hija por todos los rincones del continente, yendo tan lejos como para comenzar la búsqueda en Essos, y detrás de ellos estaba la Princesa Heredera. Desde la desaparición de la joven dama la Princesa no había dejado de recalcar lo importante que era encontrarla, nada tenía más importancia que encontrar a Elena y a los culpables del ataque. La tensión en la fortaleza era peor que antes y todos huían de la Princesa para no terminar siendo víctimas de su ira. Los únicos que podían acercarse sin ser verbalmente atacados eran su familia más cercana, especialmente sus hijos que se habían convertido en un refugio para la mujer cada vez que necesitaba olvidar sus problemas por un momento.

Era tan normal ver a la mujer con sus hijos, sobre todo con su hijo mayor que siempre iba pegado de su madre cuando no tenía clases. Maegor, con nueve veranos ya, se había convertido en el copero de su abuelo y sombra de su madre, un niño que se esforzaba en sus estudios y sus entrenamientos. Era el primogénito perfecto. Sin embargo, siempre había algo que señalar y en el caso de Maegor era su actitud tosca con todos. Varias veces se le había visto golpear a otros niños, siempre reaccionando con violencia para proteger a sus hermanos, y aquel aspecto comenzó a preocupar a la corte entera. Si Maegor, heredero de su madre, no podía controlar su violencia ahora, ¿cómo sería cuando fuese Rey? Y lo más importante, ¿qué pasaría con la dulce Helaena que estaba destinada a ser su esposa? Aunque esta última pregunta era muy fácil de responder.

Nadie veía realmente a Maegor con Helaena pues la mayoría de sus interacciones eran tras las puertas cerradas de los aposentos de sus padres, sus abuelos, o sus tíos. Nadie veía la forma en la que Maegor siempre buscaba complacerla y hacerla sonreír, o cómo la miraba con adoración en sus ojos porque para él Helaena era la niña más hermosa de todo el mundo conocido. La que sí podía notar aquel lado de su hijo era Visenya que lo observaba con atención cuando estaba alrededor de su hermana.

—Maegor me lo obsequió—presumió Helaena mostrando su nuevo vestido a las señoras y sus hijas que las acompañaban esa tarde—, siempre sabe escoger cosas bonitas porque dice que me merezco estar aún más bonita que el día anterior.

Aquella declaración de su hija hizo que las mujeres comenzaran a susurrar entre ellas, pero madre e hija las ignoraron, sobre todo Helaena que estaba encantada con el regalo de su hermano.

—Helaena, querida, ¿por qué no vas con tus primas a jugar?—Visenya señaló con su cabeza a las gemelas que estaban sentadas en una manta no muy lejos de ellas.

—¿Puedo llevar a Daeron conmigo?—preguntó viendo a su hermano en las piernas de su abuela.

—Cuida de él, ¿bien?—la niña asintió. —Y cuidado de manchar tu vestido cariño.

Daeron se dejó cargar por su hermana, sacudiendo su mano como despedida a su abuela y su madre mientras se alejaban y Visenya no pudo evitar sonreír. ¿Cómo no podía hacerlo? Daeron y Jacaerys eran niños encantadores, tranquilos y obedientes, siempre sonriendo y repartiendo besos a toda su familia. No iba a negar que le salieron perfectos cada uno de sus hijos.

—¿La Princesa piensa tener más hijos?—una mujer a su derecha preguntó.

Sus ojos dieron con Rhaenys que también esperaba una respuesta, seguramente esperando escucharla decir que sí.

—Daeron y Jacaerys van a cumplir su primer día de nombre, no planeamos tener más hijos por el momento—respondió con una sonrisa forzada.

No volvieron a hablar del tema, cosa que agradece, realmente odiaba que le hablaran como si su único propósito en la vida fuese darle hijos al reino. Puede que tenga cinco hijos, seis contando a Aegon, pero cada uno de sus hijos nació por una razón. Incluso Daeron y Jacaerys que llegaron juntos de sorpresa. No pensaba tener hijos sin razón como muchas de las mujeres que la acompañaban en ese momento, unas más jóvenes que ella y con más de tres hijos a su alrededor.