1x08
EL PRECIO DE LA AMBICIÓN
La fortaleza se encontraba en silencio, pocos sirvientes se movían por los pasillos, y los guardias estaban atentos a cualquier inconveniente que pusiera en peligro a los residentes de la misma. Todo estaba calmado, como si hace una semana no hubieran estado en alerta por la salud de la Reina que decayó tras su enfrentamiento con la Princesa Heredera. Todos habían estado en alerta por varios días después de aquel suceso. Una fiebre acompañada de alucinaciones había atacado a la mujer que no paraba de culpar a la Princesa de todos sus males y no la dejó en paz por varios días. Muchos pensaron que ese sería el final de la mujer, solo para que se recuperara de forma casi milagrosa. Incluso su hermano había estado con ella durante aquellos terribles momentos cuando pensaron que la perderían para siempre.
Se podría decir que Gwayne Hightower estaba realmente preocupado por su hermana menor y es que el estado en el que se encontraba era realmente preocupante. La Reina era apenas una sombra de lo que era antes. Su cabello había perdido brillo, sus ojos siempre estaban distantes, todo el peso que había tenido durante su embarazo de Aegon había desaparecido e incluso perdió más del que era necesario, sus manos siempre temblaban y no podía estar de pie sin ayuda por más de dos minutos. En conclusión, era solo una triste cáscara de lo que alguna vez fue una joven hermosa.
Visenya estaba en su habitación, meciendo a Aegon que esa noche parecía no querer dormir, Laenor había salido con Joffrey así que solo era Visenya con el niño. El niño estaba incómodo, todo le molestaba y solo estar en brazos de su madre le podía brindar algo de paz, por eso había mandado a buscar a Laenor con Elena y Cyrielle. Si bien ella se interesaba por los niños, Laenor era mucho mejor con ellos cuando estaban enfermos y por lo que podía notar de Aegon el niño estaba enfermando. Laena la había dejado hace apenas unos minutos para ir en busca del maester y ella no podía dejar de caminar de un lado al otro pidiendo que el hombre llegase pronto.
Aegon se removió en sus brazos dejando salir un suspiro, al fin cediendo ante el sueño, y ella se encontró suspirando también. Al día siguiente tenía una reunión con el concejo para presentar su ley de protección para los niños y no quería lucir desarreglada por dormir muy poco tiempo. Estaba dejando a Aegon sobre su cama cuando escuchó una puerta abriéndose, pero no era la puerta principal, era la puerta que llevaba a la red de túneles de la fortaleza. Sin levantar sospechas de que había escuchado algo metió su mano bajó la almohada en la que descansaba Aegon y agarró la daga que tenía oculta bajo la misma.
Laenor y ella eran los únicos que usaban aquella puerta cuando entraban y salían de la fortaleza sin querer ser vistos, y sabía que no era Laenor. No, Laenor ya hubiera dicho algo. Escuchó pasos suaves acercarse a ella y tuvo que luchar con todo su ser para no moverse hasta que la persona estuvo directamente detrás de ella. Sabía quién era, de hecho lo había estado esperando, quizás lo único que no se esperaba fuese que se atreviera a venir cuando Aegon estaba con ella.
—Dulces sueños, mi príncipe—susurró besando la frente de Aegon que volvió a suspirar.
Se estaba enderezando cuando sintió que la agarraron del brazo. La hoja de su daga brilló bajo la luz de la luna que se filtraba por la ventana cuando la levantó al darse la vuelta. Sus ojos se encontraron con los de la persona que estaba esperando y no pudo evitar sonreír al sentir el filo de una daga presionada en su cuello, la suya en la misma posición en el cuello de su atacante.
—¿Eres lo suficientemente valiente como para asesinar a la Heredera?—su pregunta salió cargada de burla porque sabía la respuesta a ella.
—Vas a pagar por lo que le hiciste a mi hermana, tu Reina.
ESTÁS LEYENDO
dragon queen. (house of the dragon)
Fanfic❝Dragon❞ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤA mythical monster resembling a giant reptile, sometimes shown as having wings. -ˏˋ En donde Visenya Targaryen despierta décadas después de su muerte con el nombre de Rhaenyra Targaryen y el deseo de sentarse en el trono de hierr...