dragon queen. (house of the dragon)

03; LA BODA NEGRA

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LA BODA NEGRA

Planear una boda era tan estresante como se podía esperar, sobre todo cuando era la boda del Heredero de Driftmark y la única hija del Rey. Por suerte, lo único sencillo de planear fue la boda en sí ya que sería una boda valyria, así que dejaron que su madre se encargará de la planeación. El torneo fue lo que más llevó tiempo, los vestuarios, la comida, la organización, todo fue una pesadilla que Visenya arrojó a sus damas de compañía porque ellas sí parecían disfrutar de aquello. Los Velaryon no escatimaron en gastos para la boda de su hijo y Rhaenys se aseguró de darle ciertos consejos a Visenya en medio de sus pláticas que cada vez se hacían más frecuentes.

Rhaenys era una mujer con carácter, que a ojos de Visenya le hacía justicia a la mujer por la que había sido nombrada. Más que hablarle sobre la boda y su futuro matrimonio, Rhaenys le habló sobre su futuro en la línea de sucesión, de su propia experiencia al haber sido ignorada como posible heredera de su abuelo. Secretamente la estaba preparando y ella lo agradece siempre con una sonrisa amable y las palabras correctas. Nadie tenía idea del juego que la joven Princesa estaba jugando, excepto Rhaenys Targaryen. Y quizás Daemon.

El día de la boda llegó más pronto de lo que esperaba, realmente no había notado lo cerca que estaba la fecha escogida hasta que se encontró tomando el desayuno con su madre y su padre por primera vez en meses. Habían llegado a Dragonstone la noche anterior, en dragón porque no querían inconvenientes. Claro que ella no había transportado a su padre, él había viajado con Daemon en Caraxes, ella había viajado sola con Vhagar. Laenor, Laena, y la Princesa Rhaenys llegaron pocos minutos antes del desayuno, pero decidieron dejarlos solos para que comieran en familia.

—Estoy orgullosa de ti, Rhaenyra—le susurró su madre tomando su mano—. Pensé que no viviría para verte casada.

—Vas a vivir para conocer a tus nietos, madre, te lo prometo—Visenya le sonrió a través del espejo que estaba usando para ver que todo estuviera en orden con su atuendo.

—Me asegurare de ser una buena abuela entonces—Aemma la agarró por los hombros para poder verla mejor—. Recuerda que el trono es tuyo, Rhaenyra, tu y yo sabemos que no estaré aquí para pelear por ti así que tendrás que hacerlo sola.

—Los haré pagar, madre—aseguró. Sus ojos perdieron cualquier rastro de sentimientos y su rostro tomó una expresión neutra que Aemma ya conocía—. Van a pagar por todo lo que te han hecho, haré que sufran el doble por cada lagrima que derramaste.

—Mi reina dragón—Aemma la abrazó cuando escuchó la puerta abrirse—, tráeme sus cabezas—susurró dejando un beso en su mejilla.

Visenya le sonrió y asintió cuando se separaron. Era momento de dar el primer paso en su plan.

La ceremonia fue sencilla, solo con su familia más cercana de testigo y los dragones dando vueltas en el aire, más rápida de lo que a ella le hubiese gustado. Al acabar la ceremonia Aemma fue la primera en felicitarlos, disculpándose por no poder regresar a King's Landing con ellos para celebrar, pero prometiendo verlos muy pronto. Cuando llegaron los momentos de las despedidas Visenya fue la última en despedirse de su madre. Lo hizo con un abrazo fuerte y palabras susurradas que solo ellas dos escucharon.

—Te veré en la jaula de piedra—fue lo último que le dijo su madre.

Vhagar y Seasmoke volaron lado a lado, tomándose su tiempo en el aire mientras el resto de los dragones aterrizaban en la fosa. Los recién casados volaron por la ciudad dando un espectáculo a los residentes que esperaban pacientes el inició del torneo. Seasmoke fue el primero de los dos en aterrizar en la fosa para dejar que Vhagar tuviese todo el patio cuando descendiera. Visenya desmontó de la silla de su dragona a los brazos de su nuevo esposo. Laenor la guió hasta el caballo que esperaba por ellos y la ayudó a subir antes de subirse él.