No supo por cuánto el sol dejó de escoltarle. Se había quedado dormido. No sentía el trasero y su cuerpo entumecido se quejaba en el más mínimo tanteo por reincorporarse. Girando sobre su sitio, el lavamanos y la pared más cercana le auxiliaron para alzarle, pero el equilibrio sustituido por un perturbador oscilar le guiaron directo a la superficie, donde sus rodillas impactaron contra las frías baldosas.
Desorientado, palpó alrededor de la puerta sujetando con fuerza el pomo. A través le esperaba libertad, sin embargo, su raciocinio insomne susurró no lo hiciera, que no girara el pestillo cuando el peligro aún divagaba especulador, interesado en el más exiguo equivoco de su parte.
La angustia comenzaba a trastornarle, el desespero por gritar y clamar socorro le sofocaban perverso, como si cierta zona de su percepción se mofara expresando merecía aquello y mucho más, lo merecía por una condenada traición inexcusable.
Presionó la oreja derecha encima de la madera, procurando captar cualquier ruido o movimiento dentro de la residencia. Más nadie merodeaba por allí. Controlando la exasperación de sus movimientos, rodó el cerrojo, sujetando el perímetro de la puerta evitando anunciar saldría. Asomó la cabeza con la pretensión de contemplar el entorno, pero solo se halló con penumbras. El constante tic tac del reloj era el único eco que le circundaba, alentándole a ir más allá e inspeccionar. Sus pies descalzos y las prendas ligeras de su pijama eran de gran protección, facilitándole el sigilo del desplazamiento pegado a las murallas blancas.
Era definitivo, Taheyung había salido. Contaba con un tiempo indeterminado, no se atrevería a desafiar la suerte que le amparaba misericordiosa. Corrió hacia la habitación desnudándose en el retorno, colocándose cualquier indumentaria que estuviese al alcance. Tomó una mochila, echando prenda tras prenda sin siquiera evaluar a qué parte del cuerpo correspondía y se la colgó al hombro. Rodeó la cama recogiendo el celular del suelo. Guardó la billetera, la llaves y abandonó el departamento presuroso.
Rechazó la ilusión de subirse al ascensor y toparse con Taehyung al azar. Le conocía y sabía que sería incapaz de subir por las escaleras, más aun si el lugar donde se hospedaban quedaba en las alturas del edificio; decidiendo escapar por allí. Acopló la gorra negra sobre su cabeza de modo que la visera cubriera el nacimiento de sus cejas y emprendió su camino lento, pero seguro.
Se adentró al ajetreo de la ciudad con un solo objetivo en mente. Quizás tardó. Quizás le dio a considerar no llegaría y que le olvidaría. Pero en medio de la tempestad, él se empeñaría en cumplir su promesa. La atmósfera era cálida, no obstante, el desespero por ser atrapado causaba sus manos sudaran y su cuerpo temblara de frío.
Lucía como un bandido. La vestimenta totalmente oscurecida, el mirar constante hacia atrás y el caminar presuroso le daba a entender a la gente que le rodeaba que así era. Con tal que nadie le detuviera, estaba bien con eso. No importaba en absoluto.
Una vez más se agasajó a sí mismo por la buena memoria que poseía. Si bien memorizó el camino para visitarle seguido, jamás pensó algún día acudiría temeroso y repleto de desconsuelo. Desde la lejanía las luces dentro de la estancia resplandecían, anunciando se hallaba en casa. Subió los últimos peldaños del ante jardín y se quedó allí, frente al timbre que dudaba presionar.
«Ignoré su mensaje y no le avisé que vendría —cuestionó—. ¿Qué tal si se ha cansado de esperar por mí?»
Risas desde el interior le mantuvieron inmóvil. «Sí, tiene alguien más que le acompañe», pensó, afianzando las correas de la mochila sobre la rigidez de sus hombros. Odiaba no saber qué hacer, sobre todo polemizar con algo tan sencillo como aceptar irse y dejarle en paz. Jeongguk tenía demasiada presión para soportar a un hombre cargado de malas vibras y confusiones externas.
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ARRIVEDERCI ✿ KOOKMIN
Fanfiction© HISTORIA ORIGINAL. PROHIBIDA SU COPIA Y ADAPTACIÓN. | Arrivederci | Años a su lado le obligaron a habituarse al desenfreno constante de sus sentimientos, soportar la desdicha de llevar consigo un vínculo tortuoso y marchito, acorralado por la fa...