Capitulo 15

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Aquel piso de aquella estación de policía estaba demasiado frío, sentía como sus manos temblaban, como su corazón se estaba comprimiendo, se sentía tan débil en todos los sentidos.
Solo quería por un momento, que todo se detuviera ¿Acaso no podían ser felices?
Ver a su pequeño hermanito encerrado en aquella celda, ver cómo de sus lindos ojitos caían lágrimas de dolor, como ese brillo que lo caracterizaba estaba apagado, su lindo hermanito ya no era feliz al igual que él.

Recordaba esos momentos donde los dos se encerraban en su cuarto, ya cuando todos estaban durmiendo y su hermano corría hacia su cuarto para huir de todas las pesadillas que lo atormentaban. Pero, esa noche de invierno, esa noche fue la más feliz de toda su vida.

Pasado.

Esa noche hacia demasiado frío, aunque su mami había encendido el calefactor, todavía sentía sus pies demasiado fríos. Así que fue por sus calcetines, para después hundirse en su cama debajo de las sábanas.
Tratando de dormir, cerraba los ojos, siempre decían que si cerrabas los ojos fingiendo dormir en cualquier momento caías en un profundo sueño, pero eso nunca pasó ya que su hermanito estaba entrando a la habitación, para luego mover la sabana y abrazarse a su cuerpo.

– No guta domi solito – sus ojos estaban llenos de lágrimas, lo que hizo que el corazón de Jungmin se rompiera.

Tanquilo, bebito – el niño de cinco años ayudo a su hermanito a subir a su cama – ta ben – acariciaba su cabello con cariño, para luego limpiar sus lágrimas – todo ben, bebito – beso su frente.

– Quelo a mami – se aferró a la cintura de su hermano mayor – min, suelo a mami.

Jungmin rápidamente tomo el intercomunicador que tenía en su mesita de noche, sus padres lo habían puesto ahí para cualquier emergencia, así que lo tomo oprimiendo el botón y así poder comunicarse con su mamá.
A lo que Jimin ni siquiera contesto, se levantó rápido de la cama para ir a la habitación de su hijo mayor, encontrándose con la escena mas tierna de todas. Sus dos hijos abrazados mientras que Jungmin besaba la frente de Juno con cariño.

– Mis lindos bebés – de acercó para acomodarse en la cama, dónde inmediatamente Juno de subir encima de su regazo buscando el cuello de su mami para percibir de sus feromonas – ¿Que paso mi lindo cachorrito?

– Tuve pesadilla, mami – se aferró al cuerpo del Omega – muy fea.

– Pero solo son eso, pesadillas – acarició su cabello – cuando abres los ojos estaremos nosotros, siempre estaremos para ti jamás lo olvides.

– Eso es cierto – Namjoon entro a la habitación, tomando a Jungmin para abrazarlo – siempre vamos a estar para ustedes, mis pequeños bebés – se acercó a Jimin para besar sus labios, luego beso la frente de Juno y por último beso las dos mejillas de Jungmin.

– Papi – Jungmin paso sus bracitos por el cuello del alfa, luego besando las mejillas de su papá – ti amo.

– Yo más, papi.

Jimin miro con amor a Namjoon invitándolo a la cama, pero este se negó.

– ¿Por qué no vamos a dormir todos juntos?

– ¡Shi papi! – gritaron los dos cachorritos emocionados.

Claro que así concluyó su noche, yendo a la habitación de sus padres, para ver una película que dejaría a los dos adultos dormidos, lo que hizo a Jungmin tocar la pequeña frente de su hermanito.

– Sempe seremos hermanos, bebé – levantó el dedo meñique – pomesa.

Él pequeño Juno levantó su dedo para entrelazarlo con el de su hermano.

– Pomesa.

Presente.

Fue la noche donde se sintió tan cálido, tan verdaderamente en familia, solo quería retroceder en el tiempo, quería volver a ese momento donde sus padres solo iban a su cuarto para calmarlos, para llenarlos de besos y decirles lo mucho que los amaban.
Solo se acercó a su hermano, se acercó para acariciar su mano, luego entro su brazo para acariciar su cabello.

– Juno – este lo miro con bastante tristeza, con tanto dolor – todo estará bien, bebé – ahora sus ojos se llenaron de lágrimas – todo va a estar bien, bebito.

– Quiero a mamá – empezó a llorar con fuerza – solo quiero a mamá.

Jungmin lo entendía, lo entendía bastante bien, porque el también quería a su madre, quería que llegara para abrazarlos, solo quería que llegara para que calmara ese dolor que los dos estaban sintiendo en ese momento.
Jungmin no podía con el dolor de saber que estaba sufriendo un bullying escalofriante por gustarle los alfas y Juno no podía con el dolor de perder a su destinado, los dos ya no sabían que hacer, no sabían cómo manejar tanto dolor, sentían que todo se estaba destruyendo, que cada cosa que habían planeado se estaba cayendo en mil pedazos.

– Yo también quiero a mamá, quiero que llegue para que nos cure las heridas – limpio con delicadeza las mejillas de su hermano – solo se que debemos continuar – este asintió – te amo, bebé.

Este solo se derrumbó, ya no podía causar problemas, no quería. Pero, también sabía que su hermano mayor estaba sufriendo, que los dos estaban sufriendo.

– Yo también te amo, Jungmin – se acercó un poco más, aunque esa celda los separara, intento abrazarlo – te amo mucho.

Los dos simplemente se abrazaron, mientras que Namjoon quería saber que era lo que tenía así a sus hijos, quería saber ¿Por qué estaban sufriendo tanto?
Solo verlos tan derrumbados, hacía que su lobo se enfureciera.

Claro que esa misma tarde cuando saco a Juno de la carcel y saber que su sobrino era el destinado de su hijo pequeño, lo que aún lo tenía con la intriga era saber quien era la o el destinado de Jungmin.
Lo que no se esperaba Namjoon, era que su hijo mayor ahora estuviera viendo en secreto a sus dos socios enigmas, lo que dejaría una gran grieta en el futuro y muchos, muchos problemas.

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