Capitulo 22

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Su cuerpo fue reaccionando, su cabeza dolía como si la estuvieran martillado y su cuerpo temblaba, al abrir los ojos pudo notar que tenia una venda, lo que lo hizo recordar como era que estaba en aquel lugar.
Trato de levantarse de dónde estaba, pero sus brazos estaban atados junto a sus piernas, intento forcejear pero era inútil, así que las lágrimas no se hicieron esperar, el nudo en su garganta no lo dejaba gritar por ayuda y su cuerpo aun se sentia muy debil por las feromonas que habia usado Haerin.

Tras escuchar una puerta abrirse, todos sus sentidos se pusieron alerta, percibir el maldito olor a durazno lo hizo sentir bastantes náuseas, jamas penso que sentiría bastante asco hacia su destinada, pero, lo sentía. No sabía que era lo que estaba planeando Haerin, pero estaba muerto de miedo.

– Tranquilo, mi alfa – la Omega tocó sus mejillas, haciendo que Jungmin alejara su rostro – pronto no temblaras del miedo, vas a temblar del asco que te darán todos los alfas y solo me preferirás a mi y a nadie más.

Después de que la chica dijera toda esa mierda, se escucharon varios pasos, hasta que alguien le quitó la venda de los ojos, parpadeo varias veces para acostumbrarse a la luz, claro que en el momento que sus ojos recuperaron la vista, deseo con todas sus fuerzas tener la venda de nuevo puesta.
Ahí estaba Jisung, junto a un montón de alfas, que se acercaron para rasgar su ropa, mientras empezaban a besar todo su cuerpo, hasta que Jisung se acercó a su agujero para introducir uno de sus dedos ocasionando que llorara aún más.

Ayúdame, eres un lobo dominante, eres un alfa puro, ayúdame.

Le suplicaba a su lobo para que saliera a hacer algo, necesitaba que hiciera algo.
Cuando sintió como uno de los alfas se introducía dentro de él, lastimandolo por completo.

Por favor.

Siguió suplicando, hasta que sintió a otro adentrarse, eran dos malditos penes dentro de él, se estaba rompiendo, lo único que podía hacer era gritar del dolor.

Vamos, eres mi lobo, ellos no podrán hacerle daño a nadie más, pero si me están haciendo daño. Ayúdame, lobo.

Claro que el lobo lo estaba dudando, no quería que lastimaran a su familia, pero su humano estaba sufriendo, cuando vio como ese maldito de Jisung introducía su pene a la boca de su humano, fue que decidió actuar de una vez, tomando el mando para clavar sus dientes en su pene haciendolo gritar del dolor. Sin ningún problema rompió aquellas cuerdas, acercándose a los alfas, debía matarlos, nadie se metía con su humano, los miro a todos haciendo que temblaran en su lugar.

Esto lo van a pagar muy caro – uso su voz de mando, haciendo que todos se arrodillarán pidiendo perdón.

– ¡Jamás nos dijiste que era un maldito alfa puro! – grito uno de los alfas, pero Jungmin ya lo había tomado del cuello – e-eres un hijo de puta Jisung – lo decía entrecortado, por el apreton en su cuello.

Haciendo que luego cayera sin vida al suelo, eso no quitó que Jungmin atacará al resto de alfas que lo habían atormentado, dejando lo último para el final, acercándose hacia Jisung que lo miraba con bastante miedo, temblando en su lugar acercándose a Jungmin para arrodillarse y besar sus pies, no quería morir, ver como todos sus amigos estaban muertos, lo llenaba de bastante terror.

– Amor – abrazo los pies del alfa – ¿Recuerdas las veces que disfrutábamos juntos? Me gustabas mucho Jungmin.

Este lo tomo del cabello con bastante fuerza, haciendo que el alfa se quedará del dolor, le dió unas cuentas cachetadas hasta que el alfa escupió un poco de sangre.

– Me lastimaste, dejaste que varios abusaran de mi – seguía golpeándolo – lastimaste a mi humano.

Jisung estaba muriendo de miedo, hasta que escucho la puerta ser abierta de golpe, viendo a la unica salvación que tenía en ese momento.

– H-Haerin – hablo con dificultad – acaba con este maldito alfa o quedarás como la maldita idiota que no pudo conquistarlo y prefirió que le partieran el culo antes de estar contigo.

– ¡Cállate! – se acercó a ellos – el me va a preferir a mi, siempre será a mi.

– No, cariño – Jisung le sonrió – este maldito alfa fenómeno, no te preferiría a ti porque no tienes una gran polla para llenarlo.

Y con eso Jungmin lo tomo del cuello, ya no aguantaba un momento más de verlo, quería arrancarle todo. Del enojo se convirtió en un gran lobo negro con los ojos color esmeralda brillante, acercándose a Jisung como su presa, su pata delantera se la colocó en el cuello, con sus dientes le arranco los ojos, haciendo que el alfa gritara de dolor.

– ¡Haerin, maldita perra! – la llamo – si no lo haces ahora, de igual forma te va a matar, idiota.

Pero la Omega estaba temblando de miedo, mirando como el gran lobo le arrancaba cada extremidades, hasta que él alfa quedó sin vida, cuando el lobo se acercó a ella, fue que empezó a retroceder, se iba a rendir ya no había forma de ganar esto.

– ¡Cachorrito! – al escuchar la voz de uno de esos enigmas, fue que el miedo se fue de su cuerpo, trayendo el enojo – ¡Bebé!

Con eso se levantó del suelo, acercándose al lobo, uso sus feromonas para marearlo, haciendo que Jungmin volviera a su forma humana.
Se acercó a él tomándolo del cabello, haciendo que sus ojos se conectaran.

– Lo último que verás, será a mi – saco de su bolsillo aquel frasco – vamos a ver si ellos te quieren ciego, maldito fenómeno.

Con eso derramó el ácido en los ojos de Jungmin haciendo que este gritara del dolor, ocasionando que después la puerta fuera derrumbada.

– ¡Jungmin! – San se acercó al alfa, tomándolo de las mejillas – mi amor – beso sus mejillas, tratando de calmarlo.

Este seguía llorando, hasta que Changkyun decidió entrar, no le importaba si afuera se encontraba toda la familia de esa mocosa, no le importaba absolutamente nada. Solo ver cómo su lindo bebé estaba desnudo, con marcas en su cuerpo y ver sus ojos lastimados, ya nada le importaba.
Mientras que San dejaba a Jungmin a un lado, para levantarse y acercarse a la Omega, que retrocedió lentamente, pero claro que eso no le llevo mucho tiempo, porque San la tomo del cabello con fuerza.

– Te atreviste a tocarlo – apretaba más el agarre – te atreviste a lastimarlo – le dió una fuerte cachetada – hija de puta – le dió otra.

– San, así no – Changkyun lo alejo – conozco una mejor manera para acabar con esta maldita.

La tomo del cuello, sin importarle que los demás estuvieran adentrándose en la habitación, sin importar que Jungkook le estuviera gritando y que Jimin estuviera llorando del dolor al ver a su hijo así. Solo uso sus feromonas ocasionando un gran dolor en la Omega, haciendo que se retorciera del dolor, sintiendo como todo quemaba y como una parte de ella moría.

– Estás muerta, serás una insignificante humana sin lobo, ni siquiera llegas a beta maldita perra – la soltó – pero tranquila, que los años que te esperan en la carcel serán demasiado buenos.

Con eso se alejo para acercarse a Jungmin, que se encontraba llorando.

– Lo lamento – se disculpo con Jimin – no pudimos protegerlo, si quiere que nos marchemos.

– No – en eso hablo Jungmin – ustedes no se irán de mi lado, por favor – se abrazo al enigma – ¿Se irán porque quedé ciego?

Los dos enigmas se miraron, acercándose para abrazar a su cachorrito.

– No seas tonto – San beso sus mejillas – nuestro lindo cachorrito, jamás nos iremos de tu lado a menos que tú nos lo pidas.

– Buscaremos la forma de hacer que recuperes la vista, se que no quedarás ciego, solo tenemos que confiar – Changkyun beso su frente – nuestro alfita, ya jamás nos iremos de tu lado.

Aunque las cosas se calmaron un poco, todavía sentía un gran dolor en su corazón.

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