Capítulo 25

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Taehyung se alejo, sabía perfectamente que era hora de dejar ir a su hijo, él hizo todo lo que estaba en sus manos para quitar ese dolor que su pequeño bebé sentía. Habían veces en las que se sentía bastante culpable, pero recordar todos esos momentos en que lo había hecho feliz, su niño no tan niño ya podía ser feliz.

– Tae – se giro solo para darle una sonrisa de boca cerrada – lo siento, perdí la cabeza hace rato.

– Entiendo, en serio que si – suspiro – tu hija estaba actuando igual que yo hace algunos años.

– No es cierto, tu me secuestraste esa vez solo para calmar tu dolor, Haerin lo hizo por puro capricho.

– Eso no me reconforta, Jungkook.

El alfa solo le sonrió, no podía hacer nada más que eso.

– Yo si te amaba, Tae – este lo miro sorprendido – yo te amaba como no tenías idea, pero mi lobo te rechazó, mi lobo me hacía sentir náuseas cada vez que estaba cerca de ti, pero yo si te amaba.

– ¿A qué viene todo esto? Estoy con Hoseok ahora.

– Y yo estoy con Yoongi – los dos se miraron – pero tenía que decirlo, no te culpes más por aquello que pasó hace años, porque nada de eso fue tu culpa y odie saber por todo lo que pasaste y que por culpa de mi lobo no pude protegerte.

– Jungkook – el Omega se acercó para abrazarlo – fuiste una parte importante en mi vida, fuiste mi primer amor y creeme que aprecio mucho esto, gracias.

– Era lo menos que podía hacer por ti, Tae.

Ya no había rencor entre ellos, ya todo estaba mejorando, solo tenían que pasar la hoja y eso era todo, en algun momento se amaron, en algun momento quisieron una linda historia de amor, pero ahora los dos estaban con sus destinados.

Taehyung solo lo abrazo con fuerza, despidiéndose de su primer amor, al girarse se dió cuenta que Hoseok estaba detrás de él, no sabía cuanto tiempo llevaba ahí, esperaba que no mucho.

– Así que... – se acercó a él besando su frente – ¿Tu primer amor?

– ¿Cuánto tiempo estuviste escuchando?

– Desde que él se te acercó, pensé que diría algo o te haría algo para lastimarte – lo abrazo – te amo tanto, Tae.

– No tienes que decirlo, se cuánto me amas y yo te amo de la misma manera, mi lindo solecito.

Los dos se sonrieron, se sonrieron con tanto amor, sabiendo que siempre se amarían, que siempre estarían los dos juntos, sin importar nada.

...

Taehyun se encontraba recostado en el pecho de su alfa, siempre soño con este momento, con el momento en que encontraba el amor y todo aquel dolor que sentía desapareciera, soño tanto con ser feliz, lo había esperado tanto tiempo.

La vez que los separaron cuando eran niños le dolió mucho, pero también recordaba esa primera vez donde se conocieron, dónde sus lobos se reconocieron en ese primer momento, no sabía el por qué cuando estaba cerca de Juno todo su dolor desaparecia, a penas era un niño, pero en estos momentos si sabía porque su dolor se calmaba cuando el estaba cerca.
Era porque estaban destinados, estaban destinados a encontrarse, destinados a enamorarse y pertenecerse uno al otro.

– Te amo – el alfa lo miro sorprendido – te amo como no tienes una idea, no sabía que era el amor porque era muy pequeño, pero yo te ame desde el primer momento en que te conocí, Juno.

– Mi lindo Omega – sus ojos se llenaron de lágrimas – no me quedan palabras para decir lo agradecido que estoy con la Diosa Luna por ponerte en mi camino – beso su frente – juro que si no hubieras sido mi destinado, hubiera hecho todo lo posible por tenerte a mi lado.

Los dos se besaron con tanto amor, con tanta devoción, finalmente las cosas cambiarían, finalmente las cosas serían diferentes para todos, tal vez ya venía la calma después de la tormenta.

– ¿Cómo están todos? – Juno acarició con suavidad su cabello – ¿Cómo está Jungmin?

Tal vez, solo faltaba una tormenta más para que todo se calmara, porque había olvidado completamente que Juno estaba en coma cuando Jungmin desapareció, había olvidado como Jungmin estaba sufriendo en la otra habitación y Juno no lo sabía.

– ¿Que pasa? Sabes que puedo percibir todo y se que algo te está preocupando – tomo sus mejillas con delicadeza – ¿Que está pasando?

– J-Juno – lo abrazo para cubrir su rostro en el pecho del alfa – perdóname.

– Me estás asustando, mi vida.

Taehyun no sabía cómo decirle lo que habia pasado, no sabía ni por dónde empezar para que el alfa no se volviera loco, porque sabía que Juno era capaz de todo para proteger a su familia y más si se trataba de su hermano.

– Hace dos días secuestraron a Jungmin – Juno se levantó de inmediato de la cama.

– ¿Y ya lo encontraron? – Taehyun se quedó callado – respóndeme.

Las manos del Omega empezaron a temblar, no sabía cuando había empezado a llorar.

– Cariño – se acercó despacio – necesito saber que paso con Jungmin.

– Haerin lo secuestro con Jisung – Juno se quedo callado – Haerin era su destinada, pero no podía soportar que Jungmin escogiera a los dos enigmas amigos de tu padre, así que lo secuestro e iba a hacer que la marcara, que la embarazara para así salirse con la suya.

– Esa maldita hija de puta – sus ojos cambiaron de color – ¿Está bien? – Taehyun no sabía si continuar – Jungmin ¿Está bien? – más silencio – amor, necesito que me digas si mi hermano está bien.

– Jungmin saco su lado alfa, matando casi a todos y cuando lo iba a hacer con Haerin, ella le tiró ácido dejandolo ciego.

Eso hizo que el corazón de Juno se rompiera, se rompiera en mil pedazos.
Sin importarle nada salió de aquella habitación para buscar a su hermano, abriendo cada puerta, corriendo por cada pasillo, hasta que lo encontró, no podía ser cierto, debía ser una broma de mal gusto. Su hermano siempre lo había protegido, su hermano siempre había sido su superhéroe, pero está vez no pudo ayudarlo, no pudo ayudar a su hermano mayor.

– Jungmin – cuando vio como su hermano trataba de buscarlo, se dió cuenta que todo era cierto, su hermano estaba ciego – perdóname.

– ¿Juno? – pregunto tratando de encontrarlo – Ya saliste del coma.

– Si, perdóname – se acercó tomando su mano – yo debí cuidarte, yo debí hacerlo.

– No, jamás debiste hacerlo – le sonrió – estaré bien, no te preocupes.

Juno se alejo, no podía verlo así, no podía soportar que su hermano estuviera ciego por culpa de esa maldita hija de perra.
Así que salió para buscarla, recorriendo de nuevo todos los pasillos y habitaciones, tratando con desesperación poder encontrarla, tenía que encontrar a esa perra.

Hasta que abrió aquella puerta, viéndola con una camisa de fuerza, estaba llorando pero eso le importaba una mierda.

– Juno – dijo en un hilo de voz.

– Te voy a matar, hija de puta.

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