Carolina
El disco empezó y terminó con ambas cantando alguna de las canciones y el atasco a penas había acabado un metro. Quizá aún menos que eso.
—Llevamos casi una hora. —me quejé.
—Te dije que debí haber pedido un Uber. Ya estarías en tu casa. —me dijo Aurora.
—No es eso. —dije. —Prefiero que estés aquí a encerrada en un Uber con vete a saber quién. —dije sincera.
—¿Puedo conectar el Bluetooth? —preguntó buscando algo en su teléfono.
—Claro, puedes coger mi teléfono si quieres. Ya está conectado.
—Genial. —digo tomándolo. —Espera ¿tienes Spotify Premium?
—¿Crees que soy demasiado mayor? —reí.
—Nunca se sabe. —bromeó.
—Sí que lo tengo, ahí tienes la app.
—Tu última canción escuchada es "Light of love" ¿Te gusta Florence?
—Me encanta Florence. Me las sé todas. —declaré.
—Te apuesto lo que quieras a que todas no. —retó.
—Te apuesto a que sí. —dije.
Ella alzó las cejas y buscó algo en el buscador de Spotify, posteriormente comenzó a sonar la voz de Taylor Swift por los altavoces del coche.
Tras varios versos escuché la inconfundible voz de Florence diciendo "Florida" acompañada con la de Taylor. Lo que me hizo mirar a Aurora sorprendida.
—Lo mejor de ambos mundos. —declaró encogiendo los hombros con una sonrisa.
Escuchamos la canción hasta que terminó y quedé sorprendida de no haber sabido de su existencia antes, pero aún mas de lo mucho que me había gustado.
—Es del nuevo disco de Taylor. "The Tortured Poets Department" lo lanzó en abril.
—Me recuerda a "Dead Poets Society" —dije.
—Pues sí. —sonrió. —¿Quieres escuchar el resto?
—Me encantaría. —dije viendo como una sonrisa se formaba en su rostro.
Había pasado otra hora más, cuando una moto policial pasó entre medio de los coches pidiendo que los conductores no abandonaran los vehículos pues si la cosa empezaba a moverse, los coches sin conductor serían un peligro en la carretera, por lo que pidieron calma y paciencia y anunciaron que el atasco ocuparía varias de las horas siguientes debido a un accidente múltiple en una de las salidas que daban a la autopista. Pensé que la salida mas cercana aún estaba a mas de cinco kilómetros, por lo que si el atasco llegaba hasta ahí, es más, empezaba ahí, efectivamente tardaríamos varias horas aún.
—¿Tienes hambre? —me preguntó Aurora.
—¿Tú sí?
—Un poco. En la calle de en frente hay un McDonalds.
—Sí, pero es imposible llegar al McAuto. —bromeé.
—¿Quién ha hablado de McAuto? —preguntó sacando su cartera de su bolso. —Vuelvo en un minuto.
—Ni se te ocurra. No vas a sortear coches. Además la policía ha dicho que no abandonemos los vehículos.
—Que los conductores no abandonen los vehículos. —me corrigió ella.
—Es muy peligroso.
—No nos hemos movido en dos horas. No nos vamos a mover ahora. Vuelvo súper rápido. —dijo bajándose sin que pudiera detenerla.
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EL RADIO DE SUS OJOS
RomantizmAurora, una chica de Seattle, no esperaba que su último año universitario en Toronto pusiera su vida patas arriba. Pero lo que solo sería un año más, de convirtió en la experiencia más importante de su vida. Carolina, una profesora española de prest...