—Como ya os comenté a principio de curso, toca empezar con el trabajo de historia que he de evaluaros para la nota de este temario.
—Profe —dijo una voz grave proveniente de las filas de delante —, ¿es ese trabajo que contaba más que el examen?
—En efecto Iker. Aprovecho para informaros que si no superáis este trabajo, tendréis automáticamente la unidad suspendida —dijo secamente, aun salivando por dentro por las ganas que tenía de meternos presión con ello, porque ella era justa a la hora de calificar, pero pedía muchas cosas de manera minuciosa y clara.
Se oyeron unos cuantos "¿Queeé?" de varios alumnos que estaban sorprendidos seguramente por los porcentajes de la nota que había estipulado la profesora. También llegué a escuchar una voz que preguntaba que a qué se refería con no superar el trabajo, seguidamente del aclaramiento de un compañero que le simplificaba la palabra para que la entendiera. A veces me pregunto como hay alumnos así que han pasado el primer año de bachillerato.
—¿Y este trabajo tendremos que hacerlo solos, por grupos...? ¿Habrá que exponerlo en clase? —preguntó Anna, que estaba sentada al lado de Lara. Esta no estaba muy pendiente de lo que se estaba hablando.
—Será en parejas, y para ahorraros tiempo y a mí dolores de cabeza, me he tomado la molestia de emparejaros a suertes. Así no repetimos el inconveniente de la última vez.
Os pongo en contexto: resulta que mis compañeros son tan infantiles, que la anterior vez, por una riña entre dos amigos, la cosa acabó en una disputa entre todos para elegir en que grupo meteríamos a regañadientes a uno de estos dos, porque al parecer no estaban dispuestos a verse la cara más de dos segundos. Ya sé lo que piensas, pero admitámoslo, ni tú ni yo estaríamos en el mismo grupo con alguien con quien estuviéramos encarados.
Ni siquiera Lara.
—Profe, enróllate. Lo de la otra vez fue una tontería de nada, esta vez no pasará lo mismo —suplicaba uno de los dos amigos.
—Pues claro que no pasará, os estoy diciendo que ya tengo decididas las parejas —Estaba claro que no iba a dar su brazo a torcer.
Sin embargo, algo me rondó por la cabeza.
—¿Piensas que podría ser mi oportunidad para poder hablar con Lara? Digo, a lo mejor el hecho de estar obligados a relacionarnos para esto, me da cierto chance para enfriarme un poco con ella —Carla parpadeó un par de veces antes de responderme.
—No sé Eric. ¿No crees que deberías darle su espacio? Piensa que es ella la que se ha de enfriar contigo, y no es por nada, pero si yo tuviera que verme forzada a entablar conversación con un chaval con el que no querría ni compartir el mismo aire, lo más probable es que acabara el doble de agobiada.
—¿Crees que me desprecie tanto como para no querer respirar el mismo aire que yo? —Era una pregunta estúpida, pero que mi cabeza realmente se la hacía. Por un momento me derrumbé.
Carla me dedicó una sonrisa de pobre compasión.
—No te preocupes tanto por ello, en serio.
Quizá Carla tenía razón, debería dejar correr todo esto, al menos por un corto tiempo, porque no dar ese margen podía suponer no volver a estar como antes con Lara. Sin embargo, no era fácil; cuanto más intentaba hacerme el indiferente, más la perdía, aunque seguro que eso era solo una sensación mía. Por no haberme acostumbrado a no tener contacto visual con ella, a no saludarla alzando ligeramente la cabeza, a no chocar unas sonrisas cómplices muy de vez en cuando...
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Mi galaxia
Teen FictionDicen que cada persona es un mundo. Yo creo que mi persona fue una galaxia, y todos los planetas de esta fueron las personas que me rodearon durante mi existencia. Las mismas que me han creado vida en muchos momentos, y las que también han desaparec...